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Conjunción fatídica en Cala Mandia

El desconocimiento de la playa, la euforia de las jóvenes y la oscuridad fueron determinantes en los ahogamientos

La playa de Cala Mandia presentaba un fuerte oleaje horas después del siniestro. | GULLEM BOSCH

Una cala estrecha, con acantilados en los lados, en medio de un temporal con fuerte oleaje. El desconocimiento del lugar. La falta de luz, que probablemente hizo que el grupo no se percatara de la peligrosidad del mar. La euforia de las jóvenes, recién llegadas de vacaciones y que habían estado de fiesta en la playa... Toda una serie de circunstancias se conjugaron en el siniestro que en la madrugada del martes costó la vida a dos jóvenes hermanas, turistas alemanas de 23 y 25 años, que se ahogaron en Cala Mandia, en el término municipal de Manacor.

Mandos policiales de la zona tratan de explicar así el accidente, en que fallecieron las hermanas Hannah y Vanessa Arndt, de 23 y 25 años, originarias de la localidad alemana de Lemgo.

«Habían hecho una pequeña fiesta en la playa», comenta un policía destacado en la zona, «pero tampoco creemos que fuera algo determinante. Habían cenado y probablemente habían bebido algo, pero hubo toda una serie de circunstancias añadidas que influyeron en la gravedad del siniestro».

El grupo de seis chicas acababa de llegar de Alemania para pasar unos días de vacaciones en una vivienda de alquiler de Cala Mandia. Este desconocimiento del lugar es uno de los factores que la Policía apunta como determinante. «Se trata de una cala estrecha, con acantilados en los lados, con una única salida hacia la playa». El fuerte oleaje empujó a las dos jóvenes hacia las rocas y les provocó numerosos golpes. La autopsia realizada ayer confirmó que las causas de la muerte de las chicas era el ahogamiento, pero los cuerpos presentaban múltiples traumatismos.

En la playa ondeaba la bandera roja, que prohíbe el baño, pero a esa hora, las dos de la madrugada no había vigilancia. «De haber sido de día, lo más seguro es que el socorrista hubiera evitado que se metieran en el mar en esas condiciones», apunta un agente.

Otro de los factores a tener en cuenta es precisamente que era noche cerrada. La falta de visibilidad posiblemente les impidió calibrar la peligrosidad del oleaje. La zona se encontraba en alerta amarilla, con olas que superaban los dos metros de altura. Cuando se percataron de la violencia del mar ya era tarde.

Y la euforia del grupo, que disfrutaba de sus primeras horas de vacaciones en Mallorca, habría influido también en su decisión de probar ese baño nocturno. La Policía intenta no cargar las tintas sobre la imprudencia de las fallecidas. «Eran chicas jóvenes de vacaciones. Fue un siniestro desgraciados que nos podría haber pasado a otros muchos».

Según declaró en un primer momento una de las cuatro chicas que logró salir del agua por sus propios medios, una de las jóvenes había quedado inconsciente en el mar y su hermana había intentado ayudarla. La primera fue finalmente rescatada por un chico, también alemán, que las acompañaba, aunque estaba ya en muy mal estado y falleció en la misma playa. La segunda joven fue recuperada posteriormente por cuatro agentes de Policía, que tuvieron que hacer una cadena humana para sacarla del mar. Esta chica fue trasladada con vida al hospital de Son Espases, pero su estado era crítico y falleció a las diez y media de la mañana.

La muerte de las dos hermanas veinteañeras ha tenido una gran repercusión en Alemania, donde numerosos medios destacaban la noticia.

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