Otra vuelta de tuerca en el caso Martina Rossi, la joven italiana fallecida al caer del sexto piso de un hotel de Palma en agosto de 2011. Un tribunal de apelación de ese país ha revocado la sentencia que condenó a dos jóvenes a seis años de prisión por provocar la caída mortal de la turista cuando intentaban violarla. El fallo considera ahora que no hay pruebas de la implicación de los acusados y los absuelve. El caso fue archivado inicialmente en España como un suicidioarchivado inicialmente en España como un suicidio, pero la justicia italiana lo reabrió años después.

La Corte de Apelación de Florencia ha aceptado el recurso de los dos procesados contra la sentencia del tribunal de Arezzo, que los declaró autores de intento de agresión sexual en grupo y homicidio como consecuencia de otro delito.

"Los hechos no existen", concluye el último fallo judicial del caso, al que ha tenido acceso este diario. El padre de la víctima, Bruno Rossi, cuyo empeño propició que se iniciara una investigación propia en Italia, se mostró muy decepcionado con la resolución definitiva del asunto. "No hay justicia", señaló en declaraciones a los medios de su país.

Martina Rossi, estudiante italiana de 20 años, vino de vacaciones a Mallorca con unas amigas en el verano de 2011 y se alojaba en el hotel Santa Ana, en Cala Major. A primera hora de la mañana del 3 de agosto, la chica se precipitó al vacío desde el balcón de una habitación del sexto piso del establecimiento y murió en el acto.

El Grupo de Homicidios de la Policía Nacional de Palma concluyó en su investigación que Rossi estaba sola en su habitación y se había suicidado. El juzgado de instrucción encargado de las pesquisas archivó el caso.

Ausencia

La familia de la víctima nunca creyó en esta versión de lo ocurrido. Los padres de Martina Rossi contrataron a un abogado para conseguir que las autoridades italianas llevaran a cabo su propia investigación. Lograron que a mediados de 2012 la fiscalía de su país reclamara toda la documentación del asunto al juzgado de Palma y citara a declarar a dos jóvenes italianos que habían estado alojados en el hotel Santa Ana en las mismas fechas. Cuando esperaban a ser interrogados en una comisaría, sin saber que estaban siendo grabados, uno de ellos trató de calmar al otro. "Tranquilo, en el cadáver no encontraron ninguna prueba de violencia sexual", le dijo.

Para entonces, nadie relacionaba todavía la muerte de Rossi con una violación. En la misma charla los dos chicos pactaban un relato común para admitir que estaban con ella en la habitación y que la chica había "enloquecido" hasta lanzarse al vacío por el balcón.

Esta conversación dio un giro al caso. El cadáver de Martina Rossi fue exhumado y sometido a una nueva autopsia en busca de pruebas de la agresión sexual, que no se encontraron. Pese a todo, la fiscalía presentó cargos contra los dos sospechosos.

El juicio se celebró en 2018 y acabó en condena. El tribunal de Arezzo consideró probado que ambos intentaron violar a la víctima y que ésta, en un intento desesperado de escapar a través de la terraza, se precipitó al vacío. El fallo les impuso sendas penas de seis años de cárcel por intento de agresión sexual en grupo y homicidio como consecuencia de otro delito.

Este segundo cargo fue considerado prescrito después, por lo que la condena quedó en tres años de prisión para cada uno de los jóvenes. Ahora, la Corte de Apelación de Florencia los ha absuelto también del intento de violación. El tribunal considera que no hay ninguna prueba de que los dos procesados trataran de agredir sexualmente a Rossi, revocando así la sentencia que los condenó.

Protestas

La absolución de los dos jóvenes que habían sido condenados por la muerte de Martina Rossi ha desencadenado una ola de protestas en varias ciudades italianas, como Florencia o Génova. Colectivos feministas se han manifestado en los últimos días ante edificios judiciales para mostrar su rechazo a la sentencia, que exculpa a los procesados. En la imagen, varias personas durante una de estas protestas el pasado viernes en Florencia.