Una agente de la Policía Judicial italiana sostuvo ayer que la joven muerta al caer del sexto piso de un hotel en Palma en agosto de 2011 huía de una violación. La investigadora mantuvo, durante el juicio en ese país a dos acusados de intento de agresión sexual y homicidio, que su compatriota Martina Rossi se precipitó al vacío al tratar de escapar a través del balcón de la habitación. El caso, cerrado en su día en Mallorca como un suicidio, fue reabierto por las autoridades italianas y ha llevado al banquillo a dos jóvenes que estaban alojados en el mismo establecimiento. La fiscalía sostiene que intentaron abusar sexualmente de la chica, con la que habían estado de fiesta esa noche.

El tribunal de Arezzo, en la Toscana, donde se celebra la vista oral escuchó ayer a una de las máximas responsables de la investigación. La policía ofreció una reconstrucción de lo ocurrido según sus propias pesquisas, informó el diario regional Arezzo Notizie. De acuerdo con el relato de la investigadora, Martina Rossi, de 20 años, llegó a Mallorca el 1 de agosto de 2011 con unas amigas para pasar unos días de vacaciones. El grupo se alojó en el hotel Santa Ana, en Cala Major. Esa misma tarde conocieron a cuatro chicos, también italianos.

La agente explicó que poco antes de las siete de la mañana del 3 de agosto, Rossi se encontraba en la habitación 609 del establecimiento junto a dos de esos jóvenes italianos tras pasar la noche de fiesta con ellos. La testigo señaló que, según sus sospechas, los dos hombres trataron de mantener relaciones sexuales con la chica.

Ante la negativa de ella, habrían intentado forzarla. La chica trató entonces de escapar de la estancia para evitar la violación. Lo hizo por el balcón, a cuya barandilla se encaramó para acceder a la habitación contigua. Pero acabó precipitándose al vacío y muriendo en el acto por las gravísimas lesiones sufridas.

La investigadora de la Policía Judicial contó además cómo los dos acusados se pusieron en el punto de mira cuando fueron citados a declarar en 2012. Durante una pausa en sus interrogatorios -todavía como meros testigos-, los agentes captaron una conversación en la que pactaban declarar que la chica "se había vuelto loca" y salió corriendo al balcón sin motivo aparente para lanzarse al vacío. En la charla, uno los jóvenes trató de calmar al otro, asegurándole que la Policía no tenía "ningún indicio de violencia sexual". La agente afirmó ayer en el juicio que por aquel entonces nadie les había planteado la hipótesis de la violación y que esta conversación revelaba, a su entender, la implicación de los acusados en la muerte de Rossi.

La muerte de la joven fue investigada por el grupo de Homicidios de la Policía Nacional de Palma, que no encontró ningún indicio de criminalidad. Las pesquisas concluyeron que se trataba de un suicidio y el juzgado archivó el caso. Pero los padres de Rossi impulsaron una investigación en Italia. El cadáver fue exhumado meses después y se practicó una segunda autopsia para intentar encontrar ADN ajeno a la víctima. La degradación de los restos impidió hallar nada relevante.

Un centenar de testigos

La acusación descarta que la chica se quitara la vida. Un informe forense realizado en aquel país sostiene que de haberse arrojado voluntariamente, el cuerpo habría trazado una parábola y no caído junto a la fachada del hotel. La investigación de la Policía italiana apunta además a que los sospechosos le cerraron el paso hacia la puerta de la habitación, por lo que la chica acabó escapando por el balcón.

El juicio contra los dos jóvenes continuará durante las próximas semanas con las declaraciones de casi un centenar de testigos. Entre otros, el tribunal ha citado a declarar a los agentes de la Policía Nacional de Palma que investigaron los hechos, varios trabajadores del hotel Santa Ana y turistas que estaban alojados en el establecimiento.