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Estudio científico

Descubrimiento inédito: los orangutanes también utilizan plantas medicinales para curar sus heridas

Un equipo de investigadores describe por primera vez el caso de un animal que utiliza de forma pautada un remedio natural para curar una úlcera

A la izquierda, Rakus con una herida en la mejilla. A la derecha, el orangután con la úlcera curada tras aplicar un remedio natural. / ARMAS / SUAQ PROJECT

Dicen que la naturaleza es sabia y que, junto al tiempo, todo lo cura. Los humanos lo descubrimos hace miles de años, en los albores de nuestra especie, y desde entonces hemos hecho lo posible para utilizar el poder curativo de las plantas sanar nuestros males. Pero no somos los únicos animales en hacerlo. Varios estudios han demostrado que hay otras especies que utilizan sustancias naturales para apaciguar ciertos dolores. La historia que se presenta hoy va un paso más allá. Según relata un equipo de investigadores en la revista 'Scientific Reports', Reports', por primera vez se ha observado el caso de un animal que utiliza las propiedades medicinales de una planta para curar una herida en su rostro. Los expertos afirman que es el uso más sofisticado descrito hasta la fecha del uso de plantas medicinales en el mundo salvaje.

El protagonista de esta historia lleva el simpático nombre de Rakus. Se trata de un orangután macho de Sumatra (Pongo abelii) que vive en el Parque Nacional Gunung Leuser, un paraje salvaje situado en el extremo norte de Indonesia. Los investigadores llevaban tiempo observándolo hasta que un buen día, en verano de 2022, el animal amaneció con una enorme herida en su mejilla. Probablemente derivada de un combate territorial entre los machos del grupo. Desde la distancia, los expertos observaron signos de que la herida era profunda y grave. Pero antes de que pudieran intervenir, vieron que Rakus hizo algo totalmente inesperado.

El animal utilizó las hojas de una planta muy conocida por sus propiedades antibacteriana y antiinflamatorias para cubrirse una herida

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El orangután empezó a arrancar hojas de una especie de planta conocida como 'Fibraurea tinctoria', muy utilizadas por las comunidades locales por sus propiedades antibacterianas, antiinflamatorias, antioxidantes y fungicidas. Según observaron los expertos, el animal masticó las hojas, extrajo masticó el tallo y las hojas de la planta hasta obtener un líquido que aplicó directamente sobre la herida durante unos diez minutos. Después, creó un amasijo verde con las hojas y lo utilizó para tapar toda la úlcera durante treinta minutos. Y a continuación, se echó a dormir. Algo que repitió, más de lo habitual, durante los siguientes días. El resultado sorprendió a todos.

Remedio natural

"La herida de Rakus no se volvió a infectar después de que aplicara este remedio, se cerró por completo en tan solo cinco días y se curó del todo en un mes", relatan los investigadores en el artículo publicado este jueves en la revista 'Scientific Reports'. La parte más curiosa, tal y como explican los investigadores, es que todo apunta a que el animal sabía exactamente qué estaba haciendo. Tanto es así que no se observó el uso de esta planta en otras partes del cuerpo. Tampoco se lo vio utilizándola en otros contextos. "Parece que Rakus sabía lo que hacía", afirman, entusiasmados, los expertos.

"La herida de Rakus no se volvió a infectar después de que aplicara este remedio, se cerró por completo en tan solo cinco días y se curó del todo en un mes"

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¿Pero acaso es este orangután el primero en utilizar el poder medicinal de las plantas? ¿Ya lo había hecho con anterioridad? ¿O estamos ante una práctica habitual entre los orangutanes? ¿Son estos animales capaces de transmitir el conocimiento sobre las propiedades medicinales de ciertas sustancias naturales? Pues bien, según explican los autores de este análisis, la respuesta a todas estas preguntas es, por ahora, un misterio. "Es la primera vez que observamos a un orangután hacer algo así, pero esto podría deberse a que, en general, no solemos observar a individuos heridos ya que estos suelen pasar más desapercibidos", explican.

Por si la historia no fuera lo suficientemente apasionante, antes de acabar, los autores de este estudio lanzan una hipótesis más que apasionante. De ser cierto que Rakus trató intencionalmente su herida y de confirmarse que tanto él como sus congéneres utilizan esta técnica para tratar sus heridas, "este comportamiento para estudiar, entender y utilizar las propiedades medicinales de las plantas podría haber surgido de un ancestro común compartid­­o por humanos y grandes simios". Es decir, que se trata de algo que podríamos llevar en los genes y que nos habría acompañado a lo largo de nuestra historia evolutiva. 

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