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‘Tendido Cero’ emite dos reportajes de las ganaderías de bravo en la isla

El espacio dedicado a la tauromaquia en la televisión pública relató los orígenes y actividad de Son Sant Martí y El Onsareño, que siguen criando sus reses pese a la compleja realidad de la fiesta en la isla

Imagen del reportaje de ‘Tendido Cero’ sobre la cría de ganado bravo en Mallorca donde se ve la finca de El Onsareño. | TENDIDO CERO

El programa de TVE Tendido Cero realizó en sus dos últimos episodios, un repaso de la historia y los orígenes de la cría del ganado bravo en Mallorca. Ambos reportajes estuvieron centrados especialmente en las ganaderías Son Sant Martí y El Onsareño. No sin grandes vacadas ni ocupando grandes extensiones de terreno, pero con ganaderos que las dirigen sobrellevando, con ciertas dificultades el duro cometido de la crianza de reses bravas en la isla, conscientes a la vez, de la compleja realidad taurina de Mallorca. El programa quiso dar voz a los propietarios de estas ganaderías que se han volcado en esta ardua andadura.

Son Sant Martí

Está al frente Juan Antonio Álvarez Malondra quien, realizó un repaso a la historia de la crianza ganadera en Mallorca y a la importancia que, desde hace siglo y medio, ésta tuvo para popularizar las corridas de toros en las islas. Rememoró la tradición taurina en Mallorca citando decenas de plazas de toros fijas, ya desaparecidas, que hubo en diferentes pueblos de la isla desde finales del siglo XIX hasta mediados del siglo XX.

La ganadería Son Sant Martí fue creada con reses jijonas y navarras y desaparecida en 1956.

Hace ocho años que Juan Antonio Álvarez recuperó el histórico nombre para formar una vacada con una punta de vacas de origen Santa Coloma, vía Dionisio Rodríguez que, junto con unos machos de La Ventana del Puerto y El Puerto de San Lorenzo fueron la base de estos nuevos inicios.

Juan Antonio Álvarez Malondra, dueño de Son Sant Martí. | TENDIDO CERO

En 2023 ingresó en la Asociación de Ganaderos de Reses Bravas, adquiriendo vacas de procedencia Baltasar Ibán y Jaral de la Mira y otra vía de procedencia con vacas y sementales de Hermanas Moreno Lemonche con la intención y el propósito de definir ambas líneas.

Las tareas de tienta se llevan a cabo en la amplia plaza de la finca de Son Rossinyol, un hierro en desuso, creado en 1992 con reses de Domecq por Bartomeu Pons y su hijo Jaume.

En las imágenes del reportaje se muestra la lidia de un novillo a cargo del novillero catalán Mario Vilau.

El Onsareño

Sus reses pastan próximas al aeropuerto de la capital balear y adquiere dicho nombre debido a los orígenes familiares del fundador de dicha ganadería, Ángel Galdón, natal del pueblo Onsares, sito en la Sierra de Segura, en Jaén. Ganadería fundada hace ya 33 años con animales de Miguel Mateo Miguelín y Toros de Orive. A principios del presente siglo se añadieron reses de Salvador Domecq, incluyendo como semental el novillo Rulero, de la ganadería Son Rossinyol, indultado en novillada picada, en Inca, en 1998.

Sergio Galdón, hijo de Ángel, manifestó en el reportaje que, recientemente, la ganadería se ha incrementado con un lote de Domingo Hernández y Garcigrande.

También trató la problemática de la insularidad y la escasez de festejos taurinos, hechos por los que se vieron obligados a destinar ganado a la península en los últimos años, si bien lidiaron en 2022 y 2023 en el coso de Inca. Galdón dejó significado el esfuerzo y sacrificio, tanto moral como económico, que requiere ser ganadero en Mallorca.

Ángel y Sergio Galdón de El Onsareño. | TENDIDO CERO

Sa Plana d’en Moix

Junto a un grupo de ocho aficionados, es Mariano Aguiló quien está al frente de esta recién creada ganadería, formada con reses de procedencia Santa Coloma, compradas a la ganadería Son Sant Martí.

Por su parte, el joven novillero mallorquín Rafael Arrom, pretende crear su propia ganadería, pendiente aún de trámites administrativos, en terrenos familiares de Son Verd, con vacas de Domecq.

En ambos episodios intervino el que fuera novillero, después subalterno y actual asesor artístico Gabriel Nadal, quien reivindicó la necesidad de derogar la ley de 1/1992, de 8 de abril, de Protección de los animales del entorno humano, ya que dicha ley impone trabas para fomentar la tauromaquia, así como para organizar festejos, prohibiendo espectáculos en plazas portátiles y la entrada de menores, entre otras leyes.

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