La vida de Irene Gutiérrez, la cocinera al frente del restaurante peruano Sumaq ha sido muy dura y ha aprendido a convivir con las dificultades. Nacida en Cuzco, de pequeña fue dada en adopción a una familia que la criaba a golpe de palizas. Escapó siendo una adolescente y se formó para llegar a lo que es hoy, un referente de la cocina andina en Palma. Aunque los retos en su vida continúan, esta vez en forma de una enfermedad crónica y dolorosa, esta mujer sabe sacar lo positivo de la adversidad.

«Desde que enfermé he aprendido a escuchar a los demás, a dar placer a los de mi entorno, a entrar en sus vidas. Antes era exageradamente decidida, todo debía ser al momento, instantáneo. Estoy aprendiendo a pelear con rabia y con amor", afirma esta mujer, luchadora desde niña.

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