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Investigación clínica

Barcelona alberga el banco de tumores infantiles más grande de España: "Es un tesoro para la investigación"

Los investigadores del Hospital Sant Joan de Déu utilizan las muestras de más de 4.200 niños con cáncer pediátrico para investigar nuevos tratamientos

Una investigadora del Hospital Sant Joan de Déu enseña el banco de tumores infantiles en el que se almacenan las muestras de miles de pacientes. RICARD CUGAT

En un discreto rincón del laboratorio de oncología infantil del Hospital Sant Joan de Déu, resguardado como si fuera un verdadero tesoro, se encuentra el banco de tumores infantiles más grande de toda España. Se trata de un 'archivo' iniciado hace casi veinte años y que, hoy por hoy, cuenta con las muestras de más de 4.200 niños y niñas con cáncer pediátrico. "Es un verdadero tesoro para la ciencia. Gracias a estas muestras podemos seguir avanzando en la investigación de estas enfermedades, mejorar el pronóstico de los pacientes y acelerar la búsqueda de tratamientos", explica, con talante didáctico, Cristina Jou, la responsable de este biobanco.

La iniciativa se puso en marcha allá por 2004. La idea, según explica Jou, era crear un repositorio de algo tan valioso y escaso como son las muestras de diferentes tipos de cánceres infantiles: desde los más frecuentes, como los neuroblastomas, hasta los más raros, como los de retina. "Cuando se le extirpa un tumor a un paciente, una parte se utiliza para hacer la biopsia y otra se procesa y se almacena en el banco de tumores", comenta la científica. "Estas donaciones solo son posibles gracias a la generosidad de las familias. Prácticamente todas acceden a incluir las muestras de sus hijos en nuestro repositorio porque entienden el valor de la investigación para el tratamiento de estas enfermedades", comenta.

"Estas donaciones solo son posibles gracias a la generosidad de las familias"

Cristina Jou - Responsable del banco de tumores infantiles

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Algunas muestras apenas miden unos milímetros. Otras, a lo sumo, pueden llegar a sumar unos centímetros. Pero pese a su reducido tamaño, todos y cada uno de estos fragmentos de tumor abren la puerta a una infinidad de estudios científicos para, por ejemplo, buscar biomarcadores que ayuden a predecir la evolución de la enfermedad o testar la eficacia de potenciales tratamientos. "A partir de estas muestras podemos extraer material muy valioso como el ADN, el ARN o las proteínas del tumor. A partir de ahí podemos 'revivir' estas células, cultivarlas para que se multipliquen y utilizarlas en experimentos", explica Jaume Mora, director científico del servicio de oncología y hematología del Sant Joan de Déu.

Investigadoras del Hospital Sant Joan de Déu trabajan con muestras de tumores infantiles. Ricard Cugat

Circuito de profesionales

El banco de tumores infantiles del Sant Joan de Déu cuenta, en estos momentos, con cinco personas dedicadas enteramente a su gestión. Pero para que funcione de manera correcta, y sobre todo para que vaya creciendo, cuenta con el apoyo de todo el personal del hospital. Según explica Mora, cada vez que se opera a un niño o a una niña de un cáncer pediátrico, todo el personal del quirófano se prepara para recoger un fragmento de tumor idóneo para ser almacenado en el banco. A partir de ahí, la muestra se traslada rápidamente al servicio de anatomía patológica para que los técnicos la limpien, la procesen y la congelen lo más rápido posible.

"El proceso es sencillo, pero requiere la coordinación de muchas personas y, sobre todo, mucha rapidez"

Jaume Mora - Director científico

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"Hay todo un circuito de personas involucradas en este proceso. El proceso es sencillo, pero requiere la coordinación de muchas personas y, sobre todo, mucha rapidez", explica el doctor. En estos momentos, según calcula el especialista, por cada extracción se movilizan una decena de profesionales del centro. El circuito se ha perfeccionado hasta tal punto que, hoy por hoy, las muestras tan solo tardan entre 30 minutos y una hora desde que se extraen del paciente hasta que se almacenan en el banco de tejidos. "Imaginen que es una colección de sellos raros. Cada uno tiene un valor incalculable y hay que hacer lo posible para preservarlos en las mejores condiciones", añade Mora.

En este banco de tumores se almacenan las muestras de más de 4.200 niños y niñas con cáncer pediátrico. Ricard Cugat

Investigaciones punteras

En las instalaciones del Sant Joan de Déu se guardan las muestras de más de 25.000 donantes con diferentes patologías. De estas, al menos 4.200 son de niños y niñas con cáncer infantil. "El hecho de tener una colección tan amplia es lo que nos permite hacer estudios sólidos sobre estas enfermedades", explica Ángel Montero, director del grupo de investigación sobre tratamientos de cáncer pediátrico en el Institut de Recerca Sant Joan de Déu. "Cogemos fragmentos de las muestras tan pequeños como el cabezal de una aguja y las 'multiplicamos' hasta conseguir grandes poblaciones. A partir de ahí hacemos estudios 'in vitro', con las propias células, o las pasamos a modelos animales", explica.

"Cogemos fragmentos de las muestras tan pequeños como el cabezal de una aguja y las multiplicamos para investigar"

Ángel Montero - Director del grupo de investigación

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Según explica Montero, gracias a las muestras recopiladas en este banco se ha podido crear el modelo animal más sofisticado hasta la fecha para estudiar los gliomas difusos (un tipo de tumores primarios del sistema nervioso central). "Este modelo se utiliza en más de sesenta laboratorios de todo el mundo. Todo el que está estudiando esta enfermedad lo hace a partir del modelo creado en este hospital", explica. Las investigaciones realizadas con estas muestras también han permitido estudiar una veintena de tumores pediátricos diferentes y afinar tratamientos para enfermedades como, por ejemplo, el retinoblastoma (cáncer de retina) que ahora mismo ya se están testando en pacientes.

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