La sobrecogedora noticia conocida en la mañana de este viernes sobre la muerte de dos mellizas en Oviedo, coge por sorpresa a los psicólogos clínicos que, en esos momentos, se preparan para intervenir en una mesa de infancia y adolescencia en el Congreso de la Sociedad Española de Psicología Clínica-ANPIR que se celebra en A Coruña y al que asiste EL PERIÓDICO DE ESPAÑA, del grupo Prensa Ibérica. Los expertos piden prudencia. Sí afirman que la adolescencia es, de por sí, un grupo de riesgo y que los datos son los que son: han aumentado las visitas a Urgencias y las hospitalizaciones en salud mental infanto-juvenil tanto por autolesiones como por tentativas de suicidio. "Es una realidad. Lo que nos tenemos que preguntar es qué está ocurriendo con esto. Qué está pasando", advierte Gloria Bellido, psicóloga clínica del Hospital Germán Trias i Pujol (Badalona, Barcelona).

Bellido es, también, coordinadora de la sección infanto-juvenil de ANPIR. Conversa con este diario antes de finalizar esa mesa en la que han hablado de los problemas que, desde su ámbito, ven en niños y adolescentes, como la atención que se presta en Primaria o en el ámbito hospitalario, o a las menores víctimas de violencia sexual. No se ha hablado expresamente de suicidio pero, señala, la importancia de la psicología clínica infantil está, precisamente, en la prevención y detección precoz de casos. Nadie quiere que un adolescente piense que no hay salidas.

El determinante social

¿Realmente está habiendo más casos de suicidio -o tentativas- entre niños y adolescentes?. "Da la sensación de que sí. Los datos que tenemos son objetivos", responde Gloria Bellido. Se remite al taller que ha impartido esta misma mañana Lucy Johnstone, miembro de la Asociación Británica de Psicología y una de las autoras principales del Marco Poder, Amenaza y Significado, una nueva propuesta, respaldada en la revisión de la científica, que pretende servir de alternativa para la comprensión del sufrimiento humano frente a la visión recogida en los sistemas de clasificación diagnóstica tradicionales.

En su exposición, la experta indicó que los datos eran muy similares en Reino Unido y que, al igual que en España, los servicios de salud mental están desbordados. "Ella lo relaciona con las condiciones sociales que hay actualmente, que no nos permiten cubrir las necesidades de la infancia y la adolescencia. Nos encontramos bajas de maternidad y paternidad muy cortas, situaciones de cuidados desde muy bebés en guarderías, con que la conciliación familiar es muy difícil, todos los casos de bullying que se están dando... Parece que hay una serie de condicionantes sociales que están ahí y están influyendo", asegura Bellido.

Las secuelas de la pandemia

¿Sigue pasándoles factura la pandemia?. Gloria Bellido dice que es más lo que se arrastra de la crisis sanitaria. Que en consulta sí están viendo a muchos adolescentes a los que les cuesta el volver a clase. Habla de una paciente a la que atiende en estos momentos y no ha querido volver a la escuela. "Te lo explican así. Que cuando volvieron se encontraban como muy perdidos. Que, a nivel académico, como que tampoco se enteraban, porque no habían podido conectar con los medios más on-line y eso es un problema grave", indica la experta.

La psicóloga clínica vuelve al taller impartido esa mañana por Lucy Johnstone. Confiesa que le gusta mucho lo que sostiene esta experta sobre cómo uno de los determinantes de la salud mental infanto-juvenil son lo que se llama eventos adversos en la infancia como por ejemplo, sufrir violencia, negligencia... pero que son sólo "la copa del árbol". La raíz, destaca, está en las condiciones sociales adversas (problemas económicos o paro en las familias) que impactan directamente en los niños y adolescentes, que estarán peor cuidados.

Gloria Bellido, psicóloga clínica. N.S.

Con trabajo, precisa Bellido, la recuperación de esos niños, incluso de los que han vivido situaciones muy extremas, atroces, es posible. Pero, resalta, hay que tener medios y la prevención ha de ser no sólo en caso de suicidio, añade, sino universal. Es decir, que esos niños y adolescentes crezcan protegidos en familias que, a su vez, se sienten seguras.

Prevención del suicidio

Cuando se habla de lo sucedido en Oviedo, todo son incógnitas por el momento. "El saber lo que pasó es un proceso largo como para sacar una conclusión" añade Carlos Losada sobre el caso de las niñas, que habrían cumplido recientemente los 12 años. Losada es uno de los psicólogos clínicos que forman parte del Plan de Prevención del Suicidio en Galicia. Un programa que es para pacientes a partir de los 16 años, explica. Antes de esa edad, la atención se hace, coordinada con los colegios, en los dispositivos de infanto-juvenil, que está "bien planteado". Otra cosa es que, precisa, siempre hacen falta más recursos.

"El tránsito de la niñez a la edad adulta es muy complicado. Es un grupo de riesgo", señala el psicólogo clínico Carlos Losada

Su reflexión pasa porque la edad de las menores "es una edad muy compleja y la adolescencia es un grupo de edad de mucho riesgo. El tránsito de la niñez a la edad adulta -once, doce, trece años... depende de cada niño, precisa- es muy complicado. "Imagínate desde dentro, todo ese cambio procesarlo. A la gente le cuesta. Y no hay un apoyo o unas ayudas sociales, ya no digo profesionales, sino de la sociedad que te cuente lo que te está pasando. Te cuentan que tienes que ser un rebelde, que tienes que sufrir mucho, pero no te dan una narrativa de cómo llevar bien esa etapa, ni un entorno que te permita llevarlo mejor", abunda.

Carlos Losada, psicólogo clínico. N.S.

Losada añade que es verdad que la salud mental y el suicidio se ha puesto "en el epicentro de todo, pero hay que tener cuidado en cómo se hace", un mensaje que en estos días, en A Coruña, se ha repetido con insistencia. Cita el llamado 'efecto Werther' -ese aparente contagio de los suicidios asociado con la exposición a noticias sobre personas que terminan con su vida- o el Papageno (nombre tomado del personaje del mismo nombre de “La Flauta Mágica” de Mozart) señala que aquellas noticias sobre conductas suicidas que siguen determinadas reglas tienen un efecto preventivo y puede reducir el número de muertes por esta causa.

Ni importante, ni romántico

"El suicidio no es una solución para ningún problema. A veces cuando queremos hablar tanto de esto, lo ponemos como algo importante o romántico, y es muy triste", asegura. Habla de los testimonios de supervivientes que cuentan lo vivido: "Gente que se ha arrojado de una ventana y, por fortuna, ha sobrevivido, cuenta que, cuando ya habían pasado dos o tres pisos de bajada, se estaban arrepintiendo. Esto es algo de mucho sufrimiento y de personas que se sienten atrapadas y piensan que no van a salir de ninguna manera de la situación en la que están".

"Cualquier cosa que hagamos para que la gente vea que sí hay una salida y tienen un camino, les permitirá salir", apunta. El psicólogo clínico gallego vuelve al caso de Oviedo -que no se sabe si es un suicidio porque ahora mismo se están investigando las circunstancias, remarca- e insiste en la vulnerabilidad de los adolescentes. Incide en que no hay una sola causa que lleve a una persona al suicidio, "pero si la gente no puede dar de comer a sus hijos, si la echan de su casa, estamos poniendo otro factor de riesgo más".

La desesperanza

Llama la atención sobre otro aspecto: "Socialmente se está transmitiendo un mensaje de sufrimiento. La economía va a ir fatal, todos vamos a ser más pobres, el planeta se está muriendo...Somos una sociedad un poco depresiva, desesperanzada y si no hay futuro, si tienes 40 o 60 años, tienes pasado y te consuelas en eso; ¿pero y si tienes 10 años, 12, 20?. Se dice que tienes todo el futuro por delante, pero si es desesperanzador y, por otro lado, estamos hablando mal de suicidio, la gente puede unir esos puntos y es ahí donde tenemos que cortar".

¿Es por eso por lo que nuestros niños están tan rotos?. Losada responde: "Es una posible explicación. Una hipótesis. Los 12 años son una edad de crisis, con cambios sociales, físicos, biológicos, orgánicos, cerebrales... Tú tienes que responder a ese cambio. De repente, empiezas a ver el mundo de otra manera y no tienes capacidad para manejar eso. No sabemos tratar a las personas en esa edad. En el sistema sanitario, debería haber dispositivos en los que se atienda desde los 11/12 hasta los 24/26. Ahora acabas con el pediatra y pasas a los adultos", afirma.

De hecho, recuerda, la sociedad científica a la que pertenece (ANPIR), está intentando recabar el apoyo de las comunidades autónomas para la creación de la especialidad de Psicología Clínica de la Infancia y la Adolescencia. "Y ya, mucho antes, muchos de nosotros, pedimos reorganizar los servicios y los dispositivos para dar atención a la infancia, adolescencia, primera juventud y adultos, porque son perfiles distintos", finaliza el psicólogo clínico.