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Menores tutelados

Las reclamaciones de las familias de acogida: más apoyo, más dinero y menos burocracia

Las familias acogedoras solicitan tener más información sobre los niños que acogen en su seno, sobre su historia clínica o su pasado, para dar una respuesta más adecuada a sus necesidades

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Casi 18.500 familias acogen en España a uno o varios menores tutelados en su seno. El deseo de ayudar a niños vulnerables -que no pueden ser cuidados por sus padres debido a motivos como abandono, negligencia o maltrato- y una gran vocación de justicia social motivan a estas familias al acogimiento familiar, pese a las dificultades que entraña. La mayoría de las familias se siente satisfechas con este tipo de crianza solidaria e, incluso, si el menor vuelve con su familia biológica, se animan a repetir con otros niños. Pero su satisfacción está más relacionada con las alegrías que dan los menores que con la gestión efectuada por las administraciones, que puede mejorar en varios ámbitos.

Un reciente estudio de Cruz Roja arroja luz sobre cuáles son sus principales necesidades y demandas, como disponer de más información, más apoyo económico o la simplificación de la burocracia:

Información pasada y futura

Las familias acogedoras solicitan tener más información sobre los niños que acogen en su seno, sobre su historia clínica o su pasado, para dar una respuesta más adecuada a sus necesidades, dado que son ellas las que se ocupan del cuidado y la crianza en el día a día. A veces existen demasiadas cortapisas legales a proporcionar información debido a la protección de datos. Asimismo, demandan tener una información más inmediata si la administración decide que el niño vuelva con su familia biológica o sea adoptado, para gestionar mejor la separación del menor, dado que, en la mayoría de las ocasiones, se establecen vínculos de unión muy fuertes. Se dan casos en los que las separaciones se tienen que efectuar de un día para otro, sin que la familia tenga tiempo para asimilarlo, según denuncia Cruz Roja en su informe.

Apoyo económico

Las familias reciben ayudas económicas para compensar los gastos del acogimiento, pero existe una gran desigualdad territorial en la asignación y los requisitos para acceder a ellas. Existe una diferencia de casi 500 euros entre los 120 euros de remuneración mensual que otorga Murcia y los 616 euros que concede Navarra. Además, las familias indican que, en el incluso en las comunidades que otorgan una mayor subvención, la cuantía es "insuficiente" para cubrir todos los costes. Por ello, sobre todo los gastos extraordinarios derivados de tratamientos especializados o terapias -que necesitan muchos menores tutelados debido a que la separación de su familia biológica les deja huella- tienen que ser asumidos por las familias acogedoras.

La necesidad de autorizaciones

Los padres acogedores se quejan, además, de que deben solicitar autorización para decenas de trámites, como las excursiones escolares, el permiso para que les hagan fotografías en el colegio, los tratamientos dentales, los viajes, etcétera. Reclaman que haya un mayor elenco de cuestiones sobre la crianza del menor en el que ellos puedan decidir. Asimismo, demandan que se facilite la relación entre las familias acogedoras y los servicios sanitarios y simplificar todos los trámites.

Sensibilizar a la sociedad

Aunque los programas de acogimiento tienen décadas de andadura, las familias acogedoras coinciden en señalar que es necesario que las administraciones sensibilicen más sobre la existencia de este tipo de crianza solidaria y que las particularidades del acogimiento se conozcan más en todos los ámbitos, especialmente en el escolar y el sanitario, para que los menores y sus cuidadores encuentren más apoyos y comprensión. "Cada vez que voy al hospital, tengo que explicar que los apellidos no coinciden con los míos porque la niña está acogida", explica Camino, una madre de Ponferrada que ha acogido a niños durante 23 años y ahora acoge a un niña de 16 años con discapacidad severa.

Apoyo profesional

Los protagonistas del acogimiento familiar reclaman también más acompañamiento de las comunidades y de la entidades del sector que colaboran en el proceso, sobre todo en el inicio del acogimiento, en la separación del menor, -si este vuelve con la familia biológica o es adoptado- y en las relaciones con el entorno educativo, sanitario o de la administración. Los servicios sociales y las entidades dan cobertura a las familias, pero las demandas son cada vez mayores y se necesitan más técnicos implicados en la acogida. Además, existe una alta rotación tanto en los servicios públicos de ayuda a la infancia como en las organizaciones colaboradoras, lo que dificulta, en ocasiones, la continuidad en el apoyo a las familias y los niños.

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