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Interrail

Vuelve la fiebre del Interrail entre los jóvenes: "Es un viaje 'top' que te entrena para la vida adulta"

Chicas y chicos de entre 20 y 23 años coinciden en que se trata de una experiencia iniciática con la que se sale "de la zona de confort"

Carla Devoto, en Gante (Bélgica). CARLA DEVOTO

Tras décadas de languidez, la generación zeta ha vuelto a dar una nueva vida al Interrail, el billete que ahora permite viajar por 33 países europeos y que en las décadas de los años 80 y 90 supuso el primer gran viaje iniciático para varias generaciones de jóvenes.

De hecho, de un tiempo a esta parte el Interrail se ha convertido en una especie de ritual para jóvenes adultos que cambian de etapa y celebran el fin del bachillerato o del grado universitario. ¿Qué mejor que coger un tren al terminar las clases? "Queríamos vivir algo diferente, algo que no hubiéramos hecho nunca en verano", explica Víctor Cortinas, joven de 22 años que en julio del año pasado se fue de viaje junto con cuatro amigos de la infancia. El grupo visitó siete países en 22 días, en una de las vacaciones más ajetreadas, pero también especiales, que ha vivido. "Es uno de los viajes más 'top' que he hecho. Fue muy liberador y nos permitió desconectar" afirma.

Para Víctor, como para muchos otros jóvenes, el Interrail fue una forma de despedir un curso que supondría un cambio en su vida. "Nos lo tomamos como un premio tras el año académico. Fue la forma de celebrar el cambio de ciclo y de prepararte para la vida adulta", añade.

Madurez mental

Algo muy similar vivió Maria Francesc, una joven de 21 años locutora de radio que hizo el Interrail junto a un grupo de amigas por el norte de Europa tras acabar bachillerato. "Queríamos pasar tiempo juntas porque sabíamos que después íbamos a separarnos. También nos permitió volvernos a juntar después de un tiempo sin vernos", cuenta Maria, quien admite que, para ella, el viaje le reportó más madurez mental y salir de su zona de confort. "Me di cuenta de todo lo que podía hacer y me envalentonó para afrontar la vida adulta", recalca.

El hecho de diseñar el propio viaje -destinaciones, rutas, alojamientos o excursiones- es algo que ponen en gran valor y, de hecho, es uno de los grandes alicientes de este billete.

Está claro que a las nuevas generaciones les llama la atención esta opción de viaje, más ligado a vivir una experiencia única y compartir un camino que al hecho de visitar una destinación concreta. Tanto Víctor como María coinciden en que el motivo de hacer Interrail no pasaba tanto por los lugares a los que se dirigían como al viaje en sí.

Gastos y madurez

"Es idóneo para visitar localizaciones a las que no irías a propósito como única destinación", afirma Albert García, de 23 años, quien también hizo el Interrail el año pasado. Albert recorrió seis países en tan solo dos semanas al acabar tercero de carrera. "Tienes que espabilarte solo, cuadrarlo todo y ponerte de acuerdo con tus amigos", afirma. "Pueden surgir discusiones sobre los intereses de cada uno -admite-. Hay que comunicarse bien porque implica hacer muchas cosas con las que algunos se sienten incómodos".

Enric Elías, de 22 años, hizo el Interrail hace poco y decidió por iniciativa propia irse él solo por distintas ciudades de Bélgica, Países Bajos, Alemania y República Checa durante 10 días de sus vacaciones laborales. En su caso, no se trató de celebrar un fin de curso importante ni un cambio de ciclo, sino de ganas de viajar. De hecho, se fue en abril. "Lo que sí debes tener es suficiente madurez para gestionar los gastos", afirma.

A nivel personal asegura que le supuso una experiencia "excelente". "Al ir solo, también me permitió conocerme a mí mismo y adaptarme a otras culturas -explica-. Fue todo muy redondo".

"Hacerlo solo o acompañado no es mejor ni peor, solo diferente", afirma Jordi Clavero, también de 22 años, quien pese a realizar un recorrido por Europa Central junto con un par de amigos, defiende la opción de emprender este viaje solo. "Depende de la convivencia, el vínculo con tus amistades puede mejorar o empeorar", subraya.

Precio económico

Jordi y sus amigos hicieron el viaje tras dar con un importante descuento del 50% que les permitió planificar todo a un precio mucho más económico. A Víctor y sus amigos también les supuso una ventaja el hecho de encontrar en internet y redes sociales promociones de los tipos de viaje y las ciudades por visitar.

Carla Devoto, estudiante de 20 años, pudo costearse el Interrail gracias a la beca de la UE, que siempre ha sido consciente de que Europa también se construye viajando. "Fue una gran oportunidad para visitar muchos lugares y ver culturas distintas a buen precio", comenta. "Yo quería ir a muchos sitios, y hay ciudades europeas que con estar dos días ya la conoces". Un billete que, de una tacada, abre la puerta a nuevos paisajes, culturas distintas y experiencias iniciáticas. "Queríamos hacer un viaje por nosotras mismas y acabamos creando un vínculo de hermandad", explica María Francesc. Palabras que se suscribe Víctor Cortinas. "Si fuera posible, lo repetiría".

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