Aunque prácticamente no tiene efectos en la vida ordinaria de las personas, sí supone un impacto en el imaginario colectivo de la ciudadanía. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha levantado la emergencia internacional por la pandemia de covid-19, que estaba vigente desde el 30 de enero de 2020. Esto no significa que la pandemia haya acabado, definición específica que utiliza la ONU cuando un virus se extiende por varios países y continentes. De hecho, la declaración específica de "pandemia" del covid-19 no llegó hasta el 11 de marzo de 2020, un mes y medio después de que la OMS declarara la emergencia internacional.

La reducción de los casos graves es lo que ha llevado al organismo a tomar esta decisión, este jueves, en el marco de la décimo quinta reunión de su comité de emergencia, que se reúne trimestralmente desde hace más de tres años. Los expertos consultados por este diario temen que este anuncio haga creer a la ciudadanía que la pandemia ha acabado, cuando no es así, insisten. "En España sigue siendo la enfermedad de declaración obligatoria con más contagios", recuerdan.

En la anterior reunión, a finales de enero, se decidió mantener la emergencia internacional al considerar que el covid seguía siendo "una enfermedad infecciosa peligrosa", con potencial aún para causar daños considerables en la salud de las personas y a los sistemas de sanidad de los países.

Sin embargo, la experiencia en el hemisferio norte, que pasó el invierno sin restricciones y sin que el virus se descontrolase, demuestra que sí ha lugar al levantamiento del nivel máximo de alerta por la pandemia, según el jefe de sección de Enfermedades Infecciosas del Hospital del Mar, Robert Güerri.

Seguir "vigilando"

"La vida de la gente no cambiará mucho", señala este infectólogo que, no obstante, llama a continuar "vigilando". La declaración de la emergencia internacional es una regulación de la OMS para hacer una serie de recomendaciones "más o menos" vinculantes. Permite al organismo pedir información a los países de las medidas que toman o detectar si hay zonas más complicadas que otras.

"Seguimos en pandemia -insiste Güerri-. Puede haber brotes, pero se ha de ir rebajando poco a poco la intensidad de las cosas, pues ya no estamos en la misma situación". Es partidario de que la vacunación anual contra el covid-19 esté indicada al menos para la gente vulnerable. En las últimas semanas el Hospital del Mar ha tenido "varios ingresos" de ancianos con neumonía grave por covid. "Hacía meses que no lo veíamos", destaca.

Para el catedrático de medicina molecular de la Universidad de Leicester, Salvador Macip, tiene sentido cambiar el nivel de alerta porque la pandemia está "en otro momento" y ya no es "una crisis tan urgente" como antes. "Pero el peligro de todo esto es reforzar la idea de que el covid ya no es un problema".

Más cambiante que la gripe

Macip advierte de que el covid (y es es el "principal problema") nunca se ha llegado a "'gripalizar'", porque hay olas "todo el año", no solo en invierno como ocurre con la gripe. "Es un virus que cambia más que el de la gripe. Eso sumado al hecho que los anticuerpos duran poco hace que vayamos a tener infecciones siempre con olas menos predecibles que las de la gripe", apunta este experto.

Además, pone el foco en que muchos de los contagiados de covid-19 acaban desarrollando covid persistente. "Ignorar el virus tiene cierto peligro", alerta Macip, que pide no "despreocuparse" de la pandemia. "Aún hay una determinada circulación del virus como para llamarle así", defiende.

"Hemos de partir de la idea de que la pandemia continúa. Al año hay en el mundo unas 200.000 muertes por covid", dice por su parte Joan Caylà, miembro de la Sociedad Española de Epidemiología (SEE). Caylà pide a la OMS que explique bien que la gente se debe seguir vacunando, sobre todo de cara a este invierno en el hemisferio sur. "Se ha de bajar la mortalidad y la incidencia lo máximo posible".

En Cataluña los contagios de covid-19 subieron ligeramente la última semana (sobre todo por el efecto de la Semana Santa), si bien los ingresos en hospitales y ucis se mantienen estables y en mínimos históricos: 313 en planta (el 80% son mayores de 60 años) y 11 en ucis.