Carlos III ha visitado Mallorca en cuatro ocasiones, como Príncipe de Gales y siempre acompañado de la que fue su primera esposa, Diana, la mítica Lady Di. La primera vez lo hizo en agosto de 1986, acompañado además de sus dos hijos, Guillemo y EnriqueFue una visita de alto calado político, que supuso un punto de inflexión en las tirantes relaciones entre ambas monarquías. Don Juan Carlos y Dona Sofía, pese a estar emparentados, no acudieron al enlace de Carlos y Diana en la Catedral de San Pablo de Londres por la ofensa que suponía para España el hecho de que iniciaran su viaje de novios en Gibraltar, a bordo del Britannia. La invitación a Marivent fue un gesto de acercamiento que ayudó a reconducir la relación entre las familias reales.

Carlos, Diana y sus hijos fueron recibidos en la base aérea de Son Sant Joan por la reina Sofía, el entonces príncipe Felipe y un comité de bienvenida encabezado por el presidente del Govern de la época, Gabriel Cañellas. A su llegada al palacio de Marivent, les esperaban ciudadanos británicos, emocionados de tener a la regia pareja tan cerca. Y por supuesto, también los paparazzi que seguían la vida de la princesa al minuto. La estancia evidenció la distancia del matrimonio.

Mientras Carlos pintaba acuarelas en Valldemossa, Lady Di prefería broncear su blanca piel en la cubierta del Fortuna y aprender a navegar sobre una tabla con vela. Colin Campbell destacó en la biografía que escribió sobre Diana que la princesa convirtió a don Juan Carlos en su confidente, ya que "a menudo se quedaba sola en Marivent, porque Carlos pasaba menos días en España". 

Sin embargo, la atracción por Mallorca les hizo repetir visita tres veranos más. En 1987 permanecieron una semana y fueron de nuevo acogidos en Marivent por la Familia Real. El hecho de que Diana prolongase la estancia unos días más sin su marido hizo correr ríos de tinta en la prensa británica sobre la estabilidad de los entonces herederos al trono. Al año siguiente, regresaron para disfrutar una semana de la isla y, como había ocurrido en anteriores ocasiones, fue Felipe VI, entonces Príncipe de Asturias, quien les acompañó a la base militar Son Sant Joan. Las dos familias reales disfrutaron de días de navegación en el Fortuna, aunque Carlos siempre encontró momentos personales para sus acuarelas. La última visita del matrimonio se produjo en 1990.

Uno de los biógrafos de Lady Di, José Martí Gómez, publicó que esa libertad que vivió en sus estancias la llevó a buscar una residencia estable en la isla y que llegó a interesarse por la mansión que el constructor inglés Roy Harry Strudwick tenía en el Port d´Andratx. Ya con el divorcio tramitándose, Diana de Gales regresó sin su marido, esta vez para alojarse en La Residència de Deià, invitada por el millonario Richard Branson. Era mayo de 1996 y pasó en Mallorca un fin de semana, acompañada por su amiga Cosima Somerset y prácticamente recluida en el hotel debido al mal tiempo y a la presión de los fotógrafos.