España es el tercer país del mundo con mayores niveles de igualdad de género, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Sin embargo, aún hay mucho por hacer contra las brechas y los estereotipos machistas sobre el ámbito laboral: el 26 % de la ciudadanía cree que niños y niñas sufren cuando sus madres trabajan fuera de casa y un 11 % considera que los varones tienen más derecho que las mujeres a trabajar.

Son datos del Índice de Instituciones Sociales y de Género (SIGI 2023) de la OCDE, hechos públicos este jueves en Madrid, en el que también se denuncia que las mujeres españolas dedican el doble de horas diarias que los hombres a las tareas del hogar y los cuidados no remunerados, cinco horas ellas frente a dos horas ellos.

"Tienen dos jornadas, el trabajo y la casa, haciendo dos veces más que sus maridos", ha denunciado la jefa de la División de Redes, Alianzas y Género del Centro de Desarrollo de la OCDE.

Líder en igualdad

El SIGI, que mide la discriminación por género en las leyes, las normas sociales y las prácticas de 179 países, coloca a España en la tercera posición de la igualdad mundial, sólo por detrás de Bélgica y Suecia. Si la discriminación total es 100 y la igualdad es 0, España puntúa 9,2. La media mundial está en 30 puntos y la europea en 15.

En sólo cuatro años, ha escalado ocho puestos: de la undécima posición ha pasado a la tercera gracias a su legislación no discriminatoria, a cambios culturales y a la existencia de modelos de liderazgo femenino. El informe evalúa de forma pormenorizada cuatro ámbitos: discriminación en el entorno familiar, integridad física de las mujeres, la esfera financiera y económica y las libertades civiles y políticas.

España sale bien parada en muchas de las variables analizadas (representación política, seguridad de las mujeres, rechazo de la violencia de género, acceso a la propiedad...), pero presenta retos claros en dos esferas: la desigualdad en el reparto de tareas y cuidados y en el acceso de las mujeres al mercado laboral y a los puestos de responsabilidad.

En este país, sólo el 35 % de los puestos directivos están ocupados por mujeres, un porcentaje que se reduce al 18 % cuando se analiza el número de empresas que tienen a una directiva al mando.

Discriminación laboral

Una de cada diez personas en España considera que los hombres deben tener prioridad en el acceso al empleo, más derecho a trabajar (a nivel mundial, ese porcentaje asciende al 45 %). Esto es, que si no hay suficiente oferta, ellos deben ocupar los puestos disponibles porque el lugar de las mujeres es la casa y el cuidado de los hijos. Sin duda, una de las principales causas de la brecha laboral en España es el impacto que la maternidad tiene en las carreras profesionales de las mujeres y este estereotipo evidenciado por el índice de la OCDE viene a reforzar esta cuestión.

En España, una de cada cuatro personas cree que el hecho de que una mujer trabaje fuera del hogar incide negativamente en sus hijos, les genera sufrimiento, según el SIGI (y el 56 % en el mundo y el 36 % en el conjunto de Europa). Un 50 % estima que es igual de gratificante ser ama de casa que tener un trabajo remunerado.

Para el 7 %, los hombres ejercen mejor las tareas directivas de las mujeres y para un 9 %, ellos son mejores líderes que ellas. Esos porcentajes, a nivel mundial, son del 42 % y del 48 %, respectivamente; mientras que en Europa, del 17 y el 20 %.

Uno de los puntos que afea la OCDE a España es que la ley autorice el matrimonio de personas menores de edad con la autorización de un juez o un tutor.