El mar Mediterráneo es un punto crítico por la presencia de fauna exótica invasora y uno de los territorios más afectados por las invasiones biológicas de todo el mundo. La costa española bañada por estas aguas no se libra de estos animales, y desde el litoral catalán y el delta del Ebro, una de las grandes puertas de entrada de estos ejemplares a España, hasta el mar de Alborán, se extiende un problema que tiene difícil solución

Francisco José Oliva Paterna . EFE

Un grupo de investigadores del departamento de Zoología y Antropología Física de la Universidad de Murcia ha puesto cifras a este problema con un estudio científico que identifica qué especies alóctonas habitan en aguas de transición de la costa mediterránea en España, es decir, en desembocaduras de ríos, estuarios o lagunas costeras como el Mar Menor o la Albufera de Valencia. 

En total, estas superficies a caballo entre los ríos y el mar dan cobijo a 129 animales exóticos invasores que se han establecido o han sido citados en alguna ocasión. El trabajo analiza en concreto hasta 30 zonas, consideradas de las más importantes por la presencia de esta fauna que ha llegado hasta nuestras costas por distintas vías. La mayoría tienen su lugar de origen en América del Norte o Asia. 

Captura de cangrejo azul en la lonja de Lo Pagán. IVAN URQUIZAR

Peces, moluscos y crustáceos son los grupos taxonómicos con mayor registro en las cinco grandes regiones estudiadas: la costa catalana, la valenciana, la balear, la levantina (donde se ubicaría la Región de Murcia) y la de Alborán. El investigador principal del trabajo es Francisco José Oliva Paterna, profesor de Zoología en la UMU y coordinador del proyecto Life Invasaqua, que estudia e intenta concienciar sobre la problemática de las exóticas invasoras en la Península Ibérica. Junto a él han participado los investigadores José Zamora, Antonio Herrero y Ana Ruiz.

Este inventario trata de ser una poderosa herramienta informativa para las administraciones, con el fin de que puedan "establecer protocolos de prevención, vigilancia y detección de estas especies que permita actuar rápido en aquellas vías de entrada más preocupantes", sobre todo, con la fauna que todavía no ha logrado adaptarse ni reproducirse en un territorio. Junto con esto, el estudio pretende abrir los ojos sobre el importante coste económico que puede suponer ir detrás de una especie invasora si se quiere reducir su presencia o eliminarla de un espacio. "Es equiparable a otras catástrofes naturales como los terremotos o huracanes". 

Ambientes alterados

El cangrejo azul, los sirulos o el mosquito tigre son de las especies no autóctonas más conocidas por su presencia en ambientes acuáticos o marinos. Oliva Paterna señala que el medio de llegada se diferencia, ante todo, por una clave: si es intencionado o no. En concreto, las vías más destacadas por el estudio son, en el caso de que sea intencionado, por la liberación de especies procedentes del comercio de mascotas o el escape de ejemplares de una piscifactoría, por ejemplo. En el caso contrario, las invasoras llegan por la contaminación o como polizontes, dos factores vinculados al transporte marítimo internacional (pegados al casco de un barco o escondida en las aguas de lastre, que dan estabilidad a las embarcaciones).

Las especies más plásticas son las que tienen una gran capacidad de adaptación a condiciones diversas, como la salinidad o el nivel de oxígeno. Muchas de las exóticas invasoras que se hallan en el Mediterráneo son así: generalistas. «Otro factor que determina la adaptación a un medio es si este está alterado o deteriorado». El investigador pone el ejemplo del río Segura, con un caudal muy regulado «que favorece» la presencia de especies de fuera y perjudica a las autóctonas; o el Trasvase Tajo-Segura, vía de entrada en la cuenca de animales invasores ya que el acueducto no tiene filtros que frenen dicha introducción. Las embarcaciones recreativas también son otro factor clave. 

Los entornos urbanos han servido de origen a la entrada de plantas exóticas o mascotas

"El tema de las invasoras es algo a lo que no se le está poniendo atención", señala Francisco Oliva, "acabar con una especie que ha logrado asentarse y reproducirse es casi imposible, por eso es importante centrarse en la prevención". Protocolos en los puertos marítimos, control de las embarcaciones pesqueras y recreativas o vigilancia de las aguas de lastre de los barcos que llegan a nuestras costas. 

Las aguas de transición de Cataluña fueron más invadidas por estos animales que los sitios ubicados más al sur, "probablemente como consecuencia de la mayor actividad de la acuicultura y el transporte", pero también de la propagación desde tierra adentro hasta las costas tomando como canal los ríos. 

Al menos 80 especies exóticas invasoras en el Mar Menor

La apertura del canal del Estacio, la creciente navegación marítima o la bajada de la salinidad son factores que han propiciado la llegada de especies exóticas invasoras al Mar Menor. Al igual que el cangrejo rojo americano o el recién llegado mejillón cebra a los pantanos del Segura son dos especies que se han introducido en el río, la laguna salada es otro de los puntos calientes de la costa mediterránea en este aspecto. 

Un reciente proyecto en el que ha estado trabajando el investigador y profesor de la Universidad de Murcia, Francisco José Oliva Paterna, ha concluido que el Mar Menor y su entorno tienen al menos 80 especies exóticas invasoras, entre flora y fauna. Un entorno ambiental tan alterado ha sido propicio para la llegada de este problema. Los núcleos urbanos han servido de origen a la entrada de plantas exóticas, o mascotas en el caso de los animales, al territorio. 

Animales como el cangrejo azul no han tenido un ‘boom’ de población en la laguna en parte gracias a la mortandad que ha sufrido la especie con los procesos de anoxia, pero el investigador no descarta que a medio o largo plazo no pueda causar un problema mayor o termine con otras pesquerías de las que se benefician los pescadores de San Pedro del Pinatar. 

Oliva Paterna ha instado al Comité de Asesoramiento Científico del Mar Menor a que se elabore un plan de prevención para las exóticas invasoras en la laguna. "Nos hemos centrado mucho en los impactos procedentes de la cuenca vertiente, pero nos estamos olvidando de otro muy problemático".