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ESPACIO

La primera luz del minisatélite Drago-2 revoluciona la observación de la Tierra

En tan solo cuatro meses, la apuesta tecnológica del IAC posiciona a Canarias en el sector espacial | El instrumento ‘low cost’ tiene una resolución seis veces superior a la de su antecesor, Drago-1

El IAC muestra las primeras imágenes de DRAGO-2. IACTEC

Canarias ha conquistado el espacio y en menos de cuatro meses ha revolucionado la observación de la Tierra. Desde que se puso en órbita, el 4 de enero de este año, el pequeño satélite canario Drago-2 ha recopilado imágenes de las montañas de Turkmenistán, los ríos de Queensland (Australia) y los incendios de Malí. Documentos gráficos que sorprenden por su gran resolución, que llega a superar, en ciertos contextos, a los de los grandes satélites de observación planetaria

Drago-2 –que toma su nombre de las siglas de Demonstrator for Remote Analysis of Ground Observations– es un instrumento único en la órbita terrestre. Creado por la sección Espacio de los talleres del Instituto de Astrofísica de Canarias, IACTec, este minisatélite es capaz de observar la Tierra en una longitud de onda que se encuentra entre el infrarrojo y el espectro visible: SWIR (siglas de Short-Wave Infrared). 

"Hasta ahora solo había un satélite que trabajara en esa frecuencia", explicó Álex Óscoz, investigador principal del proyecto y responsable de IACTec Espacio. Se trata de un satélite de la NASA que, sin embargo, tiene unas dimensiones mucho mayores y, por tanto, es más costoso. También hay muchos satélites que observan la Tierra desde el espectro visible, como son los Sentinel-2, pertenecientes a la Agencia Espacial Europea (ESA). 

Pero su gran tamaño no les predispone a tener una mejor resolución. Lo cierto es que, aunque estos satélites puede tomar imágenes de amplias regiones de la Tierra, hay situaciones en las que las nubes o el humo entorpecen la toma de imágenes. «Con Drago podemos salvar estos problemas», insistió Oscoz. No obstante, el investigador remarca que la contribución de este instrumento a la observación terrestre será "complementaria" a la de otros instrumentos que orbitan la Tierra.

Como su antecesor, Drago-1, esta cámara apenas mide un palmo. Pero pese a su pequeño tamaño, los ingenieros e investigadores del IAC han conseguido que tenga una resolución "seis veces superior a su predecesora", Drago-1. Drago-1 fue la primera prueba realizada por el IAC para comprobar el potencial que tenían los artilugios made in Canarias. Se lanzó en enero de 2021 y lleva ya dos años orbitando alrededor de la Tierra. El pequeño instrumento ha tomado imágenes de todo el planeta, pero no olvida sus raíces. 

Cada 14 días sobrevuela las Islas. "Cada dos semanas toma imágenes de alguna región de Canarias", expone Oscoz mientras muestra con orgullo en una gran pantalla, la nítida imagen del Archipiélago conseguida gracias a la suma de varias fotografías tomadas en distintos días por parte del Drago-1. 

El IAC muestra las primeras imágenes de DRAGO-2 IACTEC

Pero los trabajos de esta primera prueba no se quedaron en la observación terrestre desde el espacio. Los investigadores crearon una réplica exacta para ayudar a vigilar el volcán durante la emergencia del volcán de La Palma. Sin embargo, su resolución de 300 metros por cada píxel le limita. Pues aunque logra fotografiar grandes extensiones de terreno, a la larga pierde algo de nitidez. 

"La idea era ir más allá", afirma Oscoz. Los investigadores querían construir un instrumento que permitiera ver la tierra con una resolución nunca antes vista. "Era la evolución natural de Drago-1", insiste el responsable del proyecto. Al fin y al cabo, "Drago-2 tiene un objetivo distinto y más complejo", tal y como destaca Alba Peláez, ingeniera óptica de IACTec-Espacio. Y es que, mientras Drago-1 es más apropiado para hacer estudios a gran escala, por ejemplo de la nubosidad o de episodios de calima; el Drago-2 es más conveniente para estudiar el estado de parcelas de cultivo o los daños ocasionados por una catástrofe natural. Tras integrar una lente con seis veces más focal, los investigadores lograron dotar a la pequeña cámara de una resolución final es de 50 metros por cada píxel. Las imágenes que ha tomado en sus cuatro meses de vida, confirman esta evolución.

Imágenes "impresionantes"

El 21 de febrero, los investigadores del IAC pudieron descargar las primeras imágenes que provenían del satélite. Era una nítida fotografía –en blanco y negro por haber sido tomada en el espectro SWIR– de una zona del estado de Mali. En la imagen se pueden comprobar varios focos de incendios, algo muy común en esta región caracterizada por la escasez de agua y el calor extremo. Al comparar esta imagen con las tomadas por el Sentinel-2 unos días atrás, se pudieron percatar de que se habían originado más fuegos que los que se habían detectado en un primer momento. "La órbita de nuestro satélite no coincide con las órbitas de los satélites que integran el Sentinel-2; una gran ventaja, que nos permite complementar sus imágenes", señala el ingeniero de software del IAC, Ignacio Sidrach-Cardona. 

Porque, como insisten sus promotores, el propósito de este desarrollo no es el de sustituir ningún otro instrumento. Ni siquiera su antecesor. "Lo que queremos es que haya más información y poner esta tecnología a disposición de los canarios", explica Oscoz. Las posibilidades de los dos pequeños instrumentos lanzados por el IAC son infinitas.

"Este tipo de desarrollos nos ayudan a afrontar los grandes retos del futuro, como son el cambio climático, la pérdida de biodiversidad o el control de bosques", destacó el comisionado del Perte Aeroespacial y director de la Agencia Espacial Española, Miguel Belló, durante su intervención en la rueda de prensa en la que se presentaron estas primeras imágenes tomadas por el nanosatélite. Resultados que Belló consideró "espectaculares" y que posicionan al IAC como una "referencia mundial".

Sus palabras fueron ratificadas por Rafael Rebolo, director de IAC, que hizo hincapié en la "gran calidad" de estas primeras imágenes , que "permiten distinguir numerosos y diversos fenómenos naturales". De ahí que, todo "apunte a futuros resultados y aplicaciones muy prometedores", entre los que se encuentra la aplicación de técnicas de súper-resolución a las imágenes de la cámara, "lo que permite mejorar incluso la calidad de las mismas", sentenció. 

"Los ciudadanos suelen creer que son ajenos a todo esto, pero lo cierto es que el uso de satélites está ligado a nuestro día a día", remarcó el comisionado, que enumeró algunos de estos usos, entre los que se encuentra la predicción meteorológica, la geolocalización, la telemedicina o el seguimiento de catástrofes naturales como la del volcán de La Palma. "Al final del día cada persona puede haber contactado hasta con 200 satélites", sentenció.

Los ojos canarios que miran la Tierra están cumpliendo el propósito que e IAC lleva siete años explorando: posicionarse en el "competitivo" mundo del espacio. Y es que en el sector de New Space, en el cual trabaja IACTec-Espacio, más de la mitad de las misiones que se lanzan fracasan. "No queríamos ser uno más de esos fracasos", resaltó Oscoz. Y con el empeño de un "gran equipo", han logrado eludir las garras del fiasco, conquistando segundo éxito en apenas unos pocos años. "Pocos equipos en el mundo han hecho algo parecido; lograr unos hitos tan importantes en tan poco tiempo", declaró Oscoz. 

 IACTec Espacio está conformado por un equipo que ya conforman casi una veintena de investigadores e ingenieros. Gran parte de ellos, contratados gracias a la colaboración del Cabildo de Tenerife, que destina 16 millones de euros a la promoción del desarrollo científico y tecnológico de la isla. "El IAC e IACTec siempre tendrá el apoyo del Cabildo", reafirmó el vicepresidente Primero y Consejero Insular Innovación del Cabildo de Tenerife, Enrique Arriaga, quien destacó que la I+D+i es "un nicho de negocio" y una "oportunidad laboral". 

El primer satélite canario

Estos dos satélites Drago son solo uno de los primeros pasos de este grupo de ingenieros, que ya está trabajando en sus próximas misiones. El buque insignia es el proyecto bautizado como Alisio-1. "Será el primer satélite canario", prometió Oscoz, que explicó que este instrumento contará en su interior con Drago-3 y un sistema de comunicaciones ópticas clásicas Tierra-Espacio. Se espera poner en órbita en el segundo semestre de 2023.  

Por otro lado, se encuentra el desarrollo de IACSAT-1, el primer observatorio astronómico espacial del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) que se empleará para la confirmación de nuevos exoplanetas de tipo terrestre fuera del Sistema Solar y el estudio y monitorización de asteroides primigenios cercanos a la Tierra. 

Por último, Oscoz adelantó un nuevo desarrollo, en el que van a aprovechar "la experiencia" ganada con los dos modelos Drago, para crear un dispositivo con aún más su nitidez. Si la primera cámara Drago podía fotografiar espacios con una resolución 300 metros por píxel y la segunda con 50 metros por píxel; este desarrollo estará diseñado para observar con una resolución de hasta 5 metros por píxel. "Podremos ver guaguas y furgonetas desde el espacio", explicó el científico. Las posibilidades de este instrumento son "innumerables" y, de hecho, Oscoz admitió que "cada día se nos ocurre alguna nueva". Entre ellas destacaron la vigilancia de los vertidos de fuel al mar, el rescate de personas en el mar o la contaminación lumínica. 

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