Tras prohibir la publicidad de las casas de apuestas fuera del horario de madrugada, con el fin de dar una respuesta a la alarma social que ha generado la proliferación de locales de ocio donde se puede apostar y el creciente problema de la ludopatía, el Gobierno ha dado una nueva vuelta de tuerca a la legislación al aprobar un real decreto destinado a reforzar la protección de las personas más vulnerables al juego y, entre ellos, a los jóvenes de entre 18 y 25 años.

La nueva normativa contiene una treintena de medidas destinadas a que las empresas del sector "estén obligadas a promover pautas de consumo saludable y a minimizar la aparición de daños en la esfera personal, familiar y patrimonial de las personas afectadas", según informa el Ministerio de Consumo, que es el impulsor del paquete legislativo. El real decreto supone un cambio de paradigma en el que se pasa "de un enfoque individualista centrado en que la persona jugadora es la única responsable" de su posible adicción, a otro "de carácter proteccionista que hace responsable de los riesgos de los juegos de azar y las apuestas a las empresas".

Fiel a este enfoque, la nueva ley obliga a los operadores a remitir un "mensaje específico que alerte" al jugador si está llevando a cabo una "conducta de riesgo" y a enviarle un resumen mensual de su actividad en las webs de juegos y apuestas. Además, no podrán aceptar tarjetas de crédito de personas jugadoras consideradas vulnerables y tendrán que contar con un servicio telefónico de asistencia y ayuda para comportamientos de riesgo.

El juego intensivo

La nueva normativa prohíbe los mensajes que fomenten el juego intensivo como “casi acertaste” o “estuviste cerca” al acabar una partida. Asimismo, no se podrá enviar a los jóvenes de entre 18 y 25 años actividades promocionales cuyo objetivo sea ajeno a la actividad del juego, como invitaciones a partidos o entradas a espectáculos. Tampoco podrán incluirlos en programas vip de fidelización.

Asimismo, las empresas estarán obligadas a informar a los usuarios jóvenes de que comenzar a jugar a edades tempranas está asociado a un mayor riesgo de desarrollar adiciones o ludopatía.