La muerte de Irene Jiménez, una chica de 17 años de Manzanares (Ciudad Real), alérgica a las proteínas de la leche, ha causado enorme consternaciónCualquier paciente que haya sufrido una reacción grave -anafilaxia- debe llevar consigo un dispositivo con adrenalina para su inmediata inyección. Según explican los médicos a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA, del grupo Prensa Ibérica,  lo aconsejable es llevar dos autoinyectores por si el primer pinchazo son es suficiente para la urgencia alergológica. Pero advierten: son caros (una media de 50 euros por inyección y duran en torno a un año) y no existe ninguna financiación. De hecho, reclaman al Ministerio de Sanidad que los incluya entre los medicamentos de aportación reducida.

Este viernes, ante el trágico suceso en Manzanares, la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC), pide que este tipo alergias a los alimentos, los medicamentos, el látex o el veneno de insectos, "no sean tomadas a la ligera". En representación de todos los alergólogos españoles, la SEAIC ha querido pronunciarse sobre el terrible fallecimiento de la joven de Alcázar de San Juan, extremadamente alérgica a las proteínas de la leche de vaca, tras ingerir un café "que al parecer contenía restos de leche". La sociedad científica expresa "su más sentido pésame a los padres, familiares y amigos por la irreparable pérdida de su ser querido, y más aún tratándose de una persona tan joven".

Tal y como han confirmado la Parroquia Asunción de Nuestra Señora de Campo de Criptana y el Ayuntamiento de Manzanares, la joven fallecía este miércoles en la UCI del Hospital Mancha Centro de Alcázar de San Juan. La parroquia ha explicado que una de las voluntarias de Manzanares "sufrió un inesperado contratiempo, por causas ajenas a la organización". Tras intervenir el 112, fue trasladada a la UCI del hospital. El Ayuntamiento de Manzanares ha expresado sus condolencias.

Desenlace mortal

Con motivo del trágico suceso, los alergólogos recuerdan que, en algunas personas, una alergia alimentaria puede causar una reacción grave llamada anafilaxia. "En algunos casos con un desenlace mortal o casi mortal cuando el individuo alérgico entra en contacto con la sustancia que induce su alergia, por mínimas que puedan ser las cantidades de dicha sustancia", recuerda la SEAIC. Por ello, reclama que este tipo de alergias "no sean tomadas a la ligera" y se extremen las medidas de precaución cuando una persona alérgica "informa y solicita que se tenga precaución en la evitación de un alérgeno en concreto".

Insisten "en la necesidad de que los propios pacientes, así como todas las personas cercanas a ellos, se aseguren de llevar siempre consigo los medicamentos necesarios para tratar una reacción alérgica, especialmente los autoinyectores de adrenalina, y que conozcan su correcto manejo y cuándo deben ser administrados". Subrayan que "la administración precoz de estos fármacos puede ser decisiva"".

Con datos de la sociedad científica, según el estudio epidemiológico más amplio sobre anafilaxia publicado en España, se estima que en los últimos años se ha producido un incremento en el número de hospitalizaciones por esta causa. En España se calcula que existe una incidencia de más de 103 episodios por 100.000 personas/año. Y concretamente, los grupos de edad entre 0 y 4 años, tienen una incidencia tres veces superior, más elevada durante los dos primeros años de vida. 

Reacción mortal

La anafilaxia es la reacción alérgica más grave de instauración rápida y potencialmente mortal; entre sus síntomas más comunes destacan la insuficiencia respiratoria o cardiovascular. Según la Guía de actuación GALAXIA 2022, de la sociedad científica, las causas más frecuentes son los alimentos, los fármacos y las picaduras de insectos, especialmente himenópteros. El tratamiento que permite abordar ágilmente esta reacción es la adrenalina intramuscular, que se administra a través de autoinyectores.

La Sociedad creaba a comienzos de años un Comité de Anafilaxia formado por un grupo de trabajo de veinticuatro personas, liderado por la doctora Victòria Cardona, alergóloga del Hospital Vall d’Hebron (Barcelona). Uno de los puntos clave para la SEAIC, y concretamente para el Comité, es la financiación de los autoinyectores de epinefrina (comúnmente conocida como adrenalina), que son unos dispositivos de inyección automática que se emplean para las urgencias alergológicas. Cualquier paciente que haya sufrido una reacción debe llevar consigo un dispositivo para su inmediata inyección intramuscular en caso de una nueva reacción.

Las alergias pueden provocar una reacción mortal.

Sin embargo, denuncian los alergólogos, su coste actual dificulta a los pacientes y a sus familias su adquisición. Desde la sociedad científica detallan a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA que el precio medio es de unos 50 euros, pero en las guías clínicas, las últimas recomendaciones, son llevar dos dispositivos porque puede haber una anafilaxia bifásica que necesita una segunda administración de adrenalina. De manera que el precio de los dos dispositivos que debe llevar un paciente alcanzaría casi los 100 euros -sin ninguna financiación, reseñan los médicos- y la duración media media debería ser de un año.

De hecho, con motivo de la creación del Comité de Anafilaxia, la sociedad pedía al Ministerio de Sanidad que incluyera los autoinyectores entre los medicamentos de aportación reducida, dada la cronicidad y gravedad de la patología por la que se prescriben. La SEAIC considera que la anafilaxia debe catalogarse como una enfermedad crónica, ya que el paciente que ha experimentado una reacción anafiláctica siempre tendrá riesgo de sufrir otro episodio similar.

Para la doctora Victòria Cardona "es imprescindible" que, por parte de Sanidad y de la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios (AEMPS), se adopten las medidas necesarias para garantizar un suministro seguro y estable a un precio razonable. "Y así asegurar su disponibilidad independientemente de la capacidad económica del afectado o de su familia", indican los especialistas.