Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Lacra en coles e institutos

El 'bullying' más allá de Sallent: ¿qué hacemos con los acosadores?

Entender el contexto del estudiante que hostiga, hacer que su familia confíe en el colegio y establecer límites firmes son tareas fundamentales para erradicar la violencia de las aulas

Viñeta incluida en el cómic ’Subnormal’, donde el exjugador de baloncesto Iñaki Zubizarreta plasmó el ’bullying’ que sufrió de niño. EDITORIAL PANINI

Cualquier manual de paternidad incluye la expresión ‘gestionar la frustración’ como un pilar fundamental de la educación de los hijos. Lejos de ser un mantra de la llamada crianza consciente, gestionar la frustración es una de las tareas más importantes que tienen los padres y las madres. ¿Por qué? “No saber controlar la impotencia es el primer motor de la agresividad en niños, niñas y adolescentes”, explica Alejandro Rodrigo, experto en intervención social y educativa con menores y autor de 'Cómo prevenir conflictos con los adolescentes'. Que un chaval tenga límites claros y sepa gestionar su frustración (entender y asumir sin violencia alguna que está enfadado porque quiere algo y no lo tiene) es fundamental para prevenir y combatir el 'bullying', ya sea físico, verbal o digital. Ahora bien, ¿qué hacemos con los menores acosadores? ¿Cómo se les recupera? ¿Qué se puede hacer para que muchos chavales dejen de naturalizar la violencia?

Violencia reactiva 'versus' instrumental

El 'bullying' no es una disputa o una riña puntual. El acoso, para ser considerado como tal, ha de ser continuado: amenazas, insultos y humillaciones a lo largo del tiempo. María Capellán, presidenta de la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnado (Ceapa), asegura que tener muy claro qué es 'bullying' y qué no resulta fundamental para luchar contra esta lacra. El acoso escolar no consiste en que dos personas -de igual a igual- se peguen un día. En el verdadero acoso, siempre hay dos perfiles: un hostigador y una víctima. No están en un plano de igualdad, sino que el primero está por encima.

“La violencia reactiva es más fácil de abordar. Es el caso, por ejemplo, de un chaval que pega a otro y este le responde. La violencia más complicada es la instrumental. Es decir, cuando existe premeditación y el acosador tiene por objetivo hundir al otro y conseguir un estatus social. Aquí tenemos un grave problema y no podemos darle la espalda”, destaca el autor de 'Cómo prevenir conflictos con adolescentes'. 

Las familias, del lado del colegio

Otro paso fundamental para tratar a los acosadores es que sus padres y madres se involucren y sean conscientes de que no están delante de un juego infantil. “El acoso no es cosa de críos”, insiste Rodrigo. Las familias de los acosadores “se tienen que rendir al colegio y han de confiar ciegamente en lo que les cuentan. Ellos, en casa, solo están acostumbrados a ver una cara de sus hijos, que en muchos casos, son unos manipuladores”. Si el chaval que está acosando sabe que su padre y su madre están en sintonía con el centro educativo, todo será mucho más fácil.

En los casos de 'bullying' hay un denominador común, la ausencia de “límites firmes, contundentes y compasivos”. Así lo explica Sara Carro, facilitadora de la cooperativa Fil a l’agulla. En su opinión, siempre hay que decir “no a la situación ('bullying') pero sí a la persona (acosador)”. “El que está dañando a otro tiene que ser acompañado para darse cuenta del mal que provoca. Muchas veces ni siquiera son del todo conscientes. Conseguir este objetivo es muy difícil", añade la experta. Cuando el acosador ya da ese paso y reconoce el daño que ha hecho quedan otros dos escalones que subir: la reparación y la garantía de no repetición.

“Si un chaval escucha en su casa a sus padres reírse de un vecino gordo, eso es lo que va a aprender, a burlarse y humillar”

Dani Cortijo - profesor de Secundaria

decoration

Derrumbar la figura del chivato

Además de pedir a los padres y las madres que colaboren con la escuela para atajar el problema del 'bullying', el profesor Dani Cortijo exige que la educación en casa se base en el respeto. La conducta del 'bullying' también se aprende, igual que el machismo. “Si un chaval escucha en su casa a sus padres reírse de un vecino gordo, eso es lo que va a aprender, a burlarse y humillar”, destaca.

Además, el 'bullying' no solo es responsabilidad del acosador y su familia, sino de todo el grupo de amigos que, en clase, le jalea y le ríe las gracias. Docente en un instituto de L'Hospitalet, Cortijo invita a estudiantes y familias a derrumbar la idea del chivato. “Denunciar que hay un estudiante que está haciendo la vida imposible a otro en clase o en el patio no es chivarse, sino luchar por una sociedad más justa”, asevera el docente.

"La responsabilidad del 'bullying' es de toda la comunidad. Vivimos en una sociedad con violencia estructural, machista, racista y tránsfoba”

Sara Carro - facilitadora de Fil a l'agulla

decoration

Acompañar al acosador y recurrir a profesionales

¿Se puede recuperar a un acosador? Sí, pero cuidado que la responsabilidad del 'bullying' no es solo del acosador sino de toda la comunidad, reconoce la facilitadora de Fil a l'agulla. “Vivimos en una sociedad con violencia estructural, una sociedad machista, racista y tránsfoba”, critica. El profesor Cortijo insiste en que el problema no solo está en el que practica el 'bullying' sino que hay que ver y comprender todo su contexto, situación familiar incluida. “El alumno no tiene la culpa de nacer donde ha nacido”, subraya el docente. Al igual que el divulgador Rodrigo, Cortijo considera fundamental acudir a servicios profesionales para solucionar un caso grave de violencia o humillaciones. “Los profesores no podemos saber de todo. Tenemos sentido común pero no somos psicólogos”, destaca.

El profesor de L’Hospitalet critica que a los docentes se les pida ser expertos en todo, incluida la resolución de conflictos. “Yo nunca doy a un alumno por imposible. Soy el primero que se pide a los más conflictivos. Revertir la situación es muy gratificante. Pero lo que no podemos es desatender al resto de alumnos. A los profesores nos reprochan que nos falta formación. Y no. Lo que nos falta es realismo y, sobre todo, tiempo”, concluye.

Compartir el artículo

stats