El déficit de la hormona de crecimiento afecta a uno de cada 10.000 menores en España y, aunque se considera una patología rara, es la deficiencia hipofisiaria más común, explican los médicos. Un diagnóstico temprano y un correcto seguimiento del tratamiento son clave para lograr que los pacientes alcancen una altura normal en la edad adulta. España ya cuenta con un nuevo tratamiento: somatrogón, una inyección semanal de Pfizer, para el déficit de la hormona de crecimiento en niños y adolescentes a partir de 3 años.

En un encuentro con medios, la directora médica de la Unidad de Enfermedad Raras de Pfizer España, Nuria Mir, ha explicado que nuestro país ha tenido una participación fundamental en el desarrollo clínico de esta hormona de crecimiento de administración semanal, con la participación de seis centros españoles en el ensayo fase 3 y siendo el cuarto país en número de pacientes incluidos.

"La primera hormona de crecimiento recombinante para tratar esta patología se puso a disposición de los pacientes y profesionales hace más de 30 años. Desde entontes, en vista del impacto en la calidad de vida y la interferencia en las actividades diarias, la industria farmacéutica se volcó enseguida en buscar formulaciones semanales que permitieran pasar de una administración diaria a una administración semanal", ha señalado la médico.

Según informa el laboratorio, durante veinte años, se han investigado una veintena de formulaciones. "Ahora estamos ante la primera hormona de crecimiento de larga acción comercializada para la indicación de déficit de hormona de crecimiento pediátrico en España", ha señalado Mir.

Hasta ahora, inyecciones diarias

En la actualidad, el tratamiento consiste en inyecciones diarias de hormona de crecimiento. Son seguras y eficaces, pero necesitan de la implicación y constancia de la familia y el paciente para su correcto cumplimiento hasta que el niño termine su crecimiento; por lo que generalmente es un tratamiento prolongado, indica la farmacéutica.

Por esto, este avance terapéutico que permitiría pasar de una inyección diaria a una semanal implicaría "una reducción importante de la carga de la enfermedad y mejora en la calidad de vida del paciente y su familia" ha apuntado, a su vez, la doctora Lidia Castro Feijóo, endocrinóloga pediátrica e investigadora del Hospital Clínico Universitario de Santiago de Compostela e Instituto de Investigación Sanitaria de Santiago de Compostela (IDIS). Se calcula que, hasta dos tercios de los niños con la enfermedad, pueden omitir más de una dosis diaria a la semana.