El Ministerio para la Transición Ecológica ha abierto ya la vía para una nueva delimitación del dominio público marítimo-terrestre en diez playas valencianas. Los estudios de inundabilidad, encargados a Tragsatec, tratan de fijar la variación del nivel del mar y la sobreelevación por la rotura del oleaje. Los trabajos permitirán al Gobierno revisar los deslindes vigentes, con la consiguiente afectación para las zonas ahora ocupadas por propiedades privadas y municipales.
Los tramos que se analizarán comprenden más de diez kilómetros de cuatro comarcas distintas, Camp de Morvedre, l’Horta, la Ribera y la Safor. Se trata de Sagunt, Puçol, El Puig de Santa María, Massamagrell/València, Sueca, Cullera, Tavernes de la Valldigna, Gandia y Bellreguard. El pliego técnico no deja lugar a la duda cuando señala que «se deben incluir en la ribera del mar aquellos terrenos que se inundan como consecuencia de la acción del mar». Sin la virulencia de Gloria, que hace tres años arrasó el litoral, la borrasca Isaack ha acabado por borrar un poco más la costa valenciana.
El nuevo límite quedará fijado «hasta donde se haga sensible el efecto de las mareas, o el alcance de las olas en los mayores temporales». Por lo visto esta última semana en puntos como Dénia, Xábia, Sagunt, Pinedo o Gandia, comercios, viviendas y paseos han sido golpeados por la borrasca Isaack agravando una erosión que se ha intensificado en el último lustro.
La altura máxima en cada tramo
En los frentes costeros abiertos se deberá estudiar el régimen extremo del oleaje, la situación y exposición de la costa a los temporales, calculando la altura máxima de la ola y su dirección. Para ello se partirá de observaciones visuales y registros instrumentales, utilizando datos existentes procedentes de boyas de Puertos del Estado y también series históricas. El informe tendrá que reflejar para cada tramo la altura máxima del nivel del mar.
"Esta es la evidencia del cambio climático", señalaba hace unos días Jorge Olcina, catedrático de Análisis Geográfico Regional en la Universidad de Alicante. "Hay que ir a una desocupación progresiva, pactada con propietarios y ayuntamientos, de la primera línea", remarcaba. Olcina señala a la Ley de Costas de 2013, cuya modificación por parte del Partido Popular permitió ampliar concesiones que iban a vencer en una primera línea muy castigada ahora por el progresivo calentamiento del Mediterráneo. Consistorios como el de Tavernes de la Valldigna ya han anunciado, sin embargo, que defenderán "hasta donde sea necesario" los intereses de los vecinos. Reclaman soluciones integrales a la regresión.
Olas que rompen ya en los edificios y las urbanizaciones
Según los expedientes que figuran en la Demarcación de Costas, en playas como la de Sagunt la revisión afecta a casi 1,2 kilómetros. Todo el arenal urbano. Sin embargo, se quedan fuera la del Almardà, muy afectada por la regresión, y tampoco se contempla la del Grau Vell. En Puçol, mientras, se analizarán solo 710 metros. En el enclave costero entre Massamagrell y València, con 314 metros y 977 metros respectivamente, están previstos los tramos íntegros.
En la comarca de la Ribera, la lupa se colocará en Motilla, Gola del Rei y Mareny de Barraquetes (Sueca), con una extensión de 1.250 metros. En Cullera, mientras, serán casi 1,7 kilómetros los inspeccionados. En la Safor, por su parte, los técnicos trabajarán en Gandia (l’Auir), Tavernes de la Valldigna (la Goleta) y Bellreguard. Estos dos últimos son los realmente problemáticos, con tres edificios sobre los que las olas golpean de forma constante. En uno de ellos la zona de la piscina es ya impracticable.
