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Déficit sanitario

Nazareth Olivera, comadrona: "En la privada se hacen más cesáreas porque se busca el parto cuanto antes"

'Influencer' y autora de 'Ser mamá', Olivera denuncia la falta de especialistas en España y cómo el déficit afecta a los partos

Nazareth Olivera, matrona, autora de ’Ser mamá’ y del blog ’Comadrona en la ola’.

Nazareth Olivera es comadrona, autora de la guía del embarazo, parto y postparto 'Ser mamá' y de la cuenta en Instagram Comadronaenlaola, que tiene más de 104.000 seguidores. Está acostumbrada a dar consejos sobre biberones, hemorroides o partos, pero en esta entrevista denuncia la falta de reconocimiento hacia su profesión, el acuciado déficit de plazas existente -y futuro- y en cómo el problema se agudiza en la sanidad privada, como refleja la existencia de una mayor tasa de cesáreas que en la red pública (36% frente a 21%).

¿La profesión de comadrona está valorada en España?

Yo trabajo en un hospital público donde la autonomía de la comadrona está conservada, pero sé que no es lo habitual. Yo me formé en otro centro donde no era así, era todo muy jerárquico y no se respetaba la parcela de trabajo de las matronas en los partos normales, donde estamos capacitadas legalmente para llevar a cabo el trabajo, aunque muchas veces no se respeten nuestras competencias.

¿Por qué sucede esto?

Porque los ginecólogos u obstetras te dicen lo que tienes que hacer. Para empezar, en el propio ingreso, la matrona tiene la competencia de ver si la mujer está de parto y si hay que ingresarla. Pero hay hospitales donde el ginecólogo ingresa a mujeres muy al principio y esto conlleva que ese parto esté medicalizado de base. Además, hay hospitales donde se pone a las mujeres oxitocina o se les rompe la bolsa por rutina, aunque el parto esté progresando a su ritmo. Si la matrona dice que está evolucionando, no deberíamos recibir esas órdenes para que vaya más deprisa. A veces sí es necesario, pero tenemos nuestro propio criterio.

"Hay hospitales donde se pone a las mujeres oxitocina o se les rompe la bolsa por rutina"

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¿La situación es peor en la sanidad privada?

Sí. En los privados a menudo las matronas hacen una función que tiene más que ver con la enfermería y en los paritorios llevan muchísimas dilataciones a la vez. Aunque haya gente a la que le ofenda, no es normal que un hospital tenga una tasa del 60% de cesáreas y esto solo pasa en centros privados. Es algo objetivo. Y si se hacen muchas cesáreas es porque se busca que el alumbramiento sea cuanto antes. Una mujer para parir necesita tiempo, no puedes ingresar con dos centímetros de dilatación y a las tres horas hacerle una cesárea. Tendrás que darle como mínimo, para que inicie el parto activo, 18 horas, según las últimas recomendaciones científicas. Si se hace antes, no le has permitido ponerse de parto. El problema es que en muchos hospitales se hacen tactos [vaginales] cada dos horas, entonces la evolución del parto se mide en unos tiempos de unas seis horas, cuando todas las guías nos hablan de realizar tactos cada cuatro horas, con lo cual doblarías el tiempo necesario para ver si el parto progresa.

La reforma de la ley del aborto reclama poner fin a malas praxis que pueden acabar en violencia obstétrica. ¿Cree que servirá para reducir el intervencionismo innecesario en los partos?

Es un tema complejo, porque para empezar hay que definir bien qué es violencia obstétrica. Todo pasa por revisar los protocolos sanitarios y desde ahí cambiar prácticas clínicas e individualizar cada caso. Hay casos que sí necesitan una intervención. Pero uno de los problemas de la violencia obstétrica es que no se respeta la autonomía del paciente. Hay que explicar a la mujer cuál es la situación, pero muchas veces se hacen las cosas sin consultarles.

"Hay paritorios con insuficientes matronas y el verano pasado fue caótico"

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¿Estos problemas se ven agudizados por la falta de matronas, dado que se calcula que faltan más de 1.000 profesionales para igualar las tasas de otros países?

Hay paritorios con insuficientes matronas y el verano pasado fue caótico. En muchos sitios se tuvo que bajar a la mitad la capacidad de asistir porque, debido a la pandemia, en 2020 las comadronas que estaban cursando la especialidad interrumpieron su periodo formativo, lo que se ha traducido en que, en lugar de que se incorporaran en mayo, su residencia no finalizara hasta septiembre, con lo que esas residentes que suelen cubrir las vacaciones no estaban disponibles.

¿Se forzó entonces a algunas comadronas a doblar turnos o retrasar sus vacaciones?

Hicimos una encuesta que respondieron 153 matronas y el resultado es que en muchos centros se quitaron vacaciones o se forzó a hacer más turnos porque no estaban cubiertas todas las plazas.

¿Y podría volver a suceder, dado que se calcula que el 40% de las matronas se jubilarán en los próximos cinco años y no hay reemplazo previsto?

Sí. El próximo verano pensamos que va a haber un escenario parecido. Y, aunque se cubran los paritorios, está abandonada la atención primaria, donde hay una matrona por cada 10.000 habitantes y eso es una barbaridad. Así no se puede hacer una preparación al parto adecuada, ni el seguimiento posparto o de la lactancia. Y tenemos competencias en menopausia, adolescencia, anticoncepción y en muchos sitios no se desarrollan porque no hay matronas y las pocas que hay están dedicadas a las cosas básicas del embarazo. El resto de competencias no las estamos cubriendo.

"En la atención primaria hay una matrona por cada 10.000 habitantes, eso es una barbaridad"

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¿Cómo se podrían solucionar estas carencias?

Por un lado, mejorando las condiciones laborales. Muchas matronas tienen contratos de semanas sueltas, sin estabilidad. Entonces, si obtienen plaza de enfermera, optan por esa salida. Además, la falta de respeto a las competencias de las matronas hace que muchas estén quemadas y desencantadas de la profesión. Por último, habría que ampliar las plazas para formar matronas, porque ni siquiera se cubren todas las plazas acreditadas. Y hay que cubrir los huecos en primaria, que no están siendo creados o se cierran.

Sin matronas en los paritorios, ¿los partos instrumentales se dispararían?

Yo pienso que sí. Los ginecólogos son imprescindibles, pero están formados para intervenir en los partos patológicos. No están formados para esperar y tener paciencia, ellos mismos lo dicen. Si no hay matronas con nuestra formación -que cambien a la mujer de posición, que prueben diferentes cosas, que les den tiempo siempre que mamá y bebé estén bien- se dispararían las tasas de partos instrumentales y de cesáreas. 

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