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Consecuencia de la pandemia

Afectados por la vacuna de AstraZeneca piden que les traten "los efectos adversos graves" que siguen sufriendo

La secretaria e impulsora de la asociación Ateava, la baenense Berta Guijarro, recalca que, aunque los perjudicados por este suero frente al covid están recibiendo apoyos de médicos, necesitan una mayor atención a sus síntomas

Berta Guijarro, secretaria de la Asociación de Trabajadores Esenciales Afectados por la Vacuna AstraZeneca. Mariluz Ariza

La Asociación de Trabajadores Esenciales Afectados por la Vacuna AstraZeneca (Ateava) está consiguiendo los primeros apoyos de profesionales médicos, respaldo que para estas personas resulta "muy importante", ya que las personas que integran este colectivo denuncian que siguen sufriendo "efectos adversos graves" tras haberse vacunado en 2021 con el suero de esta farmacéutica frente al covid. Esta asociación tiene prevista el 16 de enero una reunión en Andalucía con afectados por trombos, problemas cardiacos y otras consecuencias que achacan a esta vacuna.

La secretaria e impulsora de esta asociación, la profesora de Baena Berta Guijarro, recuerda que "la vacuna de AstraZeneca que nos asignaron a determinados colectivos profesionales fue paralizada cautelarmente por notificaciones de trombosis, suspendida para menores de 60 años y finalmente retirada del programa de vacunación en España". Por eso, quienes se vacunaron inicialmente con AZ continuaron la pauta vacunal con dosis de Pfizer o Moderna.

Según Guijarro, "el desconocimiento de los efectos secundarios de esta nueva vacuna ha hecho que muchos de las personas afectadas hayamos sufrido retraso en la detección de nuestras enfermedades y, que aún hoy, algunos miembros de la asociación sigan sin diagnóstico todavía".

Dificultades a las que se enfrentan

Entre las dificultades que encuentran las personas que aseguran verse afectadas por los efectos de esta vacuna, Ateava destaca la "falta de reconocimiento de la vacuna como agente desencadenante de las patologías que presentan, así como que la mayoría de sus casos no están siendo notificados a la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps) por los médicos que las atienden". También denuncian la "demora en la atención y derivación a especialistas" y que cuando no hay prueba diagnóstica objetiva se esté llegando a considerar que es un proceso psicosomático.

Además, Ateava critica que "no exista un protocolo de actuación para atender los efectos secundarios provocados por las vacunas, lo que además, conlleva que los profesionales no puedan acceder a la consulta de otros casos".

Sin protocolo para abordar los efectos secundarios

Berta Guijarro añade que "no existe un protocolo de actuación para atender los efectos secundarios provocados por las vacunas, lo que además, conlleva que los profesionales no puedan acceder a la consulta de otros casos". "No se nos hace seguimiento, lo que dificulta el diagnóstico y los posibles tratamientos y existe una falta de visibilización a nivel sanitario, administrativo y social. Ante estas dificultades, necesitamos apoyo e investigación para encontrar diagnósticos y tratamientos a nuestras enfermedades. Confiamos en la ciencia, porque es la única que podrá ayudarnos a encontrar solución, pero mientras necesitamos algo tan importante como una correcta asistencia, tal y como viene recogido en la recomendación 21 de la Comisión de Investigación Relativa a la Gestión de las Vacunas y el Plan de Vacunación en España", recalcan desde Ateava.

La negativa experiencia de una cordobesa

El caso concreto de Berta Guijarro, que es similar al de otros integrantes de la asociación y que guarda también "muchas coincidencias con personas con covid persistente", como ella misma sostiene, provoca que esta profesora lleve de baja desde hace más de un año. Guijarro asegura que, aunque lo ha pedido reiteradamente, no ha sido derivada a una unidad especializada de covid y hace hincapié en que su situación de salud le complica mucho volver a su puesto de profesora, ya que sufre a diario un dolor de cabeza muy incapacitante, como consecuencia de la trombosis en el seno venoso izquierdo que le fue diagnosticada tras vacunarse. "Sufro algunos problemas de memoria y el estrés me provoca aún mayor dolor de cabeza, por lo que no sé cómo puedo volver al trabajo si me quitan la baja. El trombo está mejor, pero sigue habiendo restos del mismo. Cualquier persona que me conociera antes de esto y me vea ahora notará todo lo que me ha perjudicado esta situación", indica.

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