En los almacenes del Ministerio de Sanidad o las comunidades hay casi 14 millones de vacunas frente al covid que han caducado y que, por motivos de seguridad, no pueden ser inoculadas a la población y por tanto, previsiblemente, serán destruidas. Los motivos de que haya que deshacerse de antígenos que podrían ser muy útiles en otros países donde el covid aún golpea con fuerza, como China, es que ha descendido el ritmo de vacunación, se adquirieron lotes por encima de las necesidades para estar preparados ante cualquier eventualidad y además los antígenos frente al coronavirus tienen una fecha de caducidad muy corta.

Por todo ello, los gobiernos europeos están estudiando desde hace semanas la gestión de stocks y la posibilidad de reducir los compromisos de compra para evitar la destrucción de vacunas. La propia ministra de sanidad española, Carolina Darias, defendió en Bruselas a principios de mes la adecuación de los contratos a la nueva realidad epidemiológica del covid, que está estabilizado y provoca menos ingresos hospitalarios y muertes precisamente gracias a la amplia cobertura vacunal que existe en Europa y a la inmunidad adquirida tras miles de infecciones.

Según ha informado este martes el Ministerio de Sanidad después de que 'The Objetive' revelara la existencia de esos 14 millones de dosis caducadas, "los Estados miembros mantienen una posición firme junto a la UE para renegociar con los laboratorios los contratos existentes para ajustar los mismos a la situación actual en cuanto a cantidades y ritmo de entrega y así evitar el almacenamiento de dosis que pudieran caducar".

"Reserva estratégica"

El Gobierno español alega que todos los estados miembros cuentan ahora con un stock de vacunas que se compraron "para estar preparados ante cualquier eventualidad" y reconoce que en los almacenes nacionales hay un total de 13.870.197 dosis caducadas, un 4.91% de las recibidas (206 millones).

Asimismo, defiende la necesidad de contar con "reservas estratégicas de medicamentos" que se almacenan "como previsión de potenciales imprevistos y que, afortunadamente, en algunos casos no es necesario utilizar". "Forma parte de la necesaria preparación frente a amenazas de salud pública", remacha Sanidad.

Por último, el Ministerio recuerda que España ha donado y cedido hasta el momento 70 millones de dosis y sigue trabajando, a través del mecanismo de solidaridad Covax, para realizar más entregas a terceros países, siendo uno de los Estados que más vacunas ha remitido a territorios con más dificultades para la adquisición de antígenos.

El ritmo baja

Precisamente, esta semana se ha abierto la posibilidad de vacunarse con la cuarta dosis frente al covid a toda la población española, dado que se permite que los menores de 60 años se inmunicen por "motivos administrativos u otros" y para los mayores de esa edad la inoculación de la segunda dosis de refuerzo comenzó en septiembre.

Sin embargo, el ritmo de vacunación ha descendido dado que mucha gente se ha relajado y ya no está tan preocupada por una enfermedad que no trastoca la vida diaria. Así, la primera dosis de refuerzo la tiene el 92,6% de la población mayor de 60 años y la segunda solo el 53,2%. Por ello, Sanidad ha instado a las personas mayores y más vulnerables al covid que acudan a su centro de salud a solicitar un pinchazo que proporciona protección frente a la variante ómicron y las subvariantes que circulan en la actualidad.