La búsqueda de la autonomía energética se ha convertido en una prioridad para todos los países europeos sin descuidar el cumplimiento de la agenda climática y de los objetivos de descarbonización y aumento de energías renovables aprobados por Bruselas para 2030.

La invasión de Ucrania por parte de Rusia ha acelerado aún más esta carrera. La Comisión Europea ha aprobado el plan REPowerEU para independizar a Europa de los combustibles fósiles rusos lo antes posible. Este plan tiene como una de sus medidas estrella el desarrollo de la industria del biometano en Europa llegando a producir 35 bcm (miles de millones de metros cúbicos/año) de este gas renovable en 2030, es decir, diez veces el nivel de producción actual.

Un gran reto que implica un volumen similar al consumo de gas natural de los Países Bajos y casi el 10% del consumo total de la UE, un ambicioso objetivo que ha acelerado la gran carrera europea entre países para liderar el desarrollo de esta energía renovable.

Esto se debe a que el desarrollo del biometano, es decir, el gas renovable que se obtiene a raíz de un proceso de depuración del biogás, tiene una composición y poder energético equiparables a los del gas natural, lo que permite su inyección en la red de gas y su uso para fines tan cotidianos como la calefacción doméstica o los grandes procesos industriales que usan gas natural, pero en este caso con una energía 100% renovable.

Esta característica provoca que cada año sean más los países europeos que apuestan por esta fuente de energía dado su gran potencial futuro. España es el tercer país europeo con más posibilidades para su producción, pero hoy en día está rezagada en su desarrollo y lejos de otros como Dinamarca, Alemania y Francia para los que el biometano es una prioridad estratégica.

El gran potencial del sector del gas renovable se hace más incuestionable cada año. La producción combinada de biogás y biometano en 2020 ascendió a 191 TWh (según el informe de PwC España, conforme a la petición realizada por la Fundación Naturgy, con la finalidad de analizar el potencial desarrollo del biogás y biometano en España y su impacto en la reducción de la huella de carbono). Sin embargo, el sector necesitará apoyo legislativo e inversiones relevantes en los próximos años para aprovechar todo su potencial.

En países referentes a nivel europeo la cuota aplicada estimada para el biometano está alrededor del 10% del consumo final, en la que destaca Alemania con una cuota del 20%. En Dinamarca, por ejemplo, la producción de biogás se realiza ya en 180 plantas basadas en el tratamiento de las deyecciones ganaderas y los residuos orgánicos. Dinamarca es el país europeo de referencia, pues un 28% del gas consumido es de origen renovable. En Francia comenzaron a operar 91 nuevas unidades en 2020 y otras 123 plantas empezaron su actividad entre enero y octubre de 2021. Seguido de Francia, los países que experimentaron un mayor crecimiento en el número de plantas de biometano son Italia con 11 plantas en 2020 y Dinamarca con otras 10 plantas en ese mismo año.

Un millón de empleos potenciales

Según datos de la Asociación Europea de Biogás (EBA, por sus siglas en inglés) sobre el análisis del sector, en 2019 constaban en Europa un total de 18.943 instalaciones de producción de biogás. Esta cifra supone un 4% más de plantas que en el año anterior con las que se produjeron un total de 193 TWh de biogás. En cuanto al biometano, continuó creciendo hasta llegar a 725 plantas durante 2019, que produjeron 26,7 TWh.

De acuerdo con los datos disponibles en el Registro administrativo de instalaciones de producción de energía eléctrica (PRETOR) del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, en España hay 146 instalaciones de biogás, de las cuales 130 reportaron consumo de biogás en 2020. Se calcula que la producción de biogás en estas plantas está en torno a 2,74 TWh.

Sin embargo en España según los datos de Enagás, la producción no llega al 1% y el objetivo es alcanzar esta cifra en 2030, según la Hoja de Ruta del Biogás en vigor que agrupa 45 medidas establecidas en cinco áreas estratégicas. Mientras, la previsión es que en Europa aproximadamente el 30-40% de las necesidades de gas de la UE podrán cubrirse con biogás o biometano. Dicho crecimiento representa 420.000 oportunidades de empleo para 2030 y más de 1 millón de puestos de trabajo para 2050.

Planta de biogás

Los productores europeos cuentan con alrededor de 19.000 plantas de biogás y 900 de biometano y buscan nuevas formas de cooperación con terceros países para apoyar el despliegue de biogás fuera de las fronteras de la UE, según la EBA. En este contexto, es fundamental la agilización de permisos y trámites para abrir nuevas instalaciones. En Francia, por ejemplo, únicamente se necesitan 12 meses para construirse una planta, a diferencia de España, donde ese periodo es más extenso. De hecho, los proyectos de biometano están sujetos a una multitud de requisitos legales porque se superponen con áreas como la agricultura, la gestión de residuos, el reciclaje, la industria energética, los fertilizantes y la producción de enmiendas del suelo que ralentizan el proceso.

Medidas que activan la expansión del biometano en Europa

Los permisos para convertir una planta de cogeneración de biogás hacia la producción de biometano deben acelerarse con requisitos mínimos y debe prestarse especial atención a la realización de proyectos piloto y de demostración en toda Europa.

Para evitar esos trámites administrativos complejos se pueden establecer ventanillas únicas que combinen permisos ambientales y de construcción. De tal modo que se regulen los tiempos de revisión con límites de tiempo y se promueva una comunicación más transparente a los solicitantes de los permisos. Además, los permisos pueden extender la validez para reducir la carga administrativa.

Las estrategias nacionales deben contemplar medidas de apoyo a la inversión, incentivos para cambiar las plantas de biogás por plantas de biometano y la creación de esquemas nacionales de apoyo, basados por ejemplo en periodos de financiación de largo plazo y en aumentar el número de licitaciones al año con una capacidad mínima aceptada.

El riesgo de largos plazos de entrega de los equipos de producción de biometano se puede aminorar a través de un fondo de garantía europeo para tecnologías renovables para reducir el riesgo de las inversiones. Esto permitirá a los proveedores de tecnología abastecerse y reducir los tiempos de entrega, pero también atenuará los riesgos relacionados con la volatilidad de los precios de las materias primas.

Emisiones Netas Cero

La cooperación público-privada entre la cadena de valor del biometano, la CE y los Estados miembro, así como establecer requisitos unificados para la inyección de biometano en la red en toda Europa, equilibraría los esfuerzos entre el productor de biometano y el usuario final.

El aumento de los fondos de investigación garantizará la entrada en el mercado de nuevas tecnologías como la gasificación y nuevos pasos de pretratamiento de biomasa. Esto, a su vez, permitirá utilizar un mayor número de materias primas para la producción de biometano y, por tanto, aumentará su potencial a largo plazo y reducirá los costes de inversión.

Puesta en marcha de Biometano en España

En 2021 Naturgy fue la primera compañía que inyectó gas renovable procedente de vertedero en la red de distribución de gas de España. El Proyecto de Gas Renovable Elena opera en el Parc de l’Alba de Cerdanyola del Vallés en Barcelona, junto al vertedero Elena. La planta produce 12 GWh al año de biometano, equivalente al consumo anual de 3.200 hogares, tras una inversión de 2,2 millones de euros. El objetivo es evitar la emisión a la atmósfera de 2.400 toneladas de CO2 al año.

El Proyecto de gas renovable de la EDAR de Butarque (Madrid), enmarcado en el Consorcio Europeo ECO-GATE, fue un proyecto piloto cofinanciado por la Unión Europea y liderado por Nedgia. La instalación estaba formada por un módulo de producción de biometano para la inyección del gas en la red de Nedgia, generado a partir de los residuos de la estación depuradora de aguas residuales del Canal Isabel II.

El Consorcio Europeo ECO-GATE está cofinanciado con fondos de la Unión Europea mediante programa CEF y está formado por 38 empresas de cuatro países, entre ellos España, seguido de Portugal, Francia y Alemania.

Unue es la primera planta que genera biometano a partir de residuos agroindustriales con inyección a la red gasista. Se trata de una instalación fomentada por iniciativa privada. La empresa burgalesa Biogasnalia, referente en la gestión de residuos de Castilla y León, es la responsable de generar biogás en la instalación. La finalidad es producir e inyectar aproximadamente 20 GWh al año de biometano en el sistema gasista español. Esto equivaldría a una reducción de emisiones cerca de 30.000 toneladas equivalentes de CO2.

Los objetivos a medio plazo:

La UE se plantea establecer objetivos vinculantes para la penetración de los gases renovables en el mix energético a nivel de uso. En este sentido, es importante también establecer sistemas de control que permitan evaluar el cumplimiento de estos objetivos. La cuota obligatoria estimada para el biometano en países líderes del entorno europeo se encuentra alrededor del 10% del consumo final de gas en 2030, destacando países como Alemania que ha establecido una cuota del 20%.

Estrategia a largo plazo neutra

Sin embargo, en el caso de España la previsión indicada en la Hoja de Ruta del Biogás ya publicada por el gobierno es que el biometano represente únicamente el 1% del gas consumido a través de la red de gas natural a 2030, por lo que queda muy lejos de los ambiciosos objetivos europeos. De hecho, a través del reciente Plan REPowerEU para poner fin a la dependencia de la UE con respecto a los combustibles fósiles rusos, la Comisión Europea ha fijado un Plan de acción sobre el biometano que tiene como objetivo impulsar la producción de biometano hasta los 35.000 millones de m3 anuales de aquí a 2030, objetivo que supone entre un 6% y un 8% del consumo actual de gas de la Unión Europea.

El futuro nos depara una energía verde, no contaminante, no fósil y de altas garantías en cuando estabilidad y precio.