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Día Mundial de la Salud Mental

Un psicólogo y un psiquiatra y medio para 225 pacientes al año: la falta de medios lastra la lucha contra la anorexia

La unidad de Sant Pau, centro de referencia para todo el Barcelonès, atiende el triple de casos desde 2017

Sesión grupal de la unidad de atención a los TCA en Salt. IAS

Los trastornos de la conducta alimentaria (TCA), que incluyen principalmente anorexia, bulimia y atracones, no son solo cosa de niñas y adolescentes. También hay adultos (sobre todo mujeres jóvenes) que los sufren y cuya prevalencia aumentó significativamente en los últimos dos años, con motivo de la pandemia. La unidad de trastornos alimentarios del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau, en Barcelona, que atiende solo a mayores de edad que están graves (los leves van a los centros de salud mental para adultos, los CSMA), ha aumentado en un 35% sus pacientes en los últimos cinco años. Esta realidad se enfrenta a otra, la de los pocos recursos: en esta unidad de Sant Pau, de referencia para todo el Barcelonès, solo trabajan una psiquiatra a jornada completa, otra a media jornada y un psicólogo a jornada completa.

Entidades como la Associació de Famílies Contra l'Anorèxia i la Bulímia (Acab) denuncian que "la mayoría de unidades en TCA tienen ahora los mismos recursos que hace años". No se han aumentado las plazas de los hospitales de día ni los profesionales. "Se está trabajando con los mismos recursos que hace 20 años, pero las personas que necesitan atención se han multiplicado por 10", denuncia Acab. La Conselleria de Salut esgrime que su 'Pla director de salut mental i addiccions' priorizará la formación de profesionales dentro de la primaria (CSMA y CSMIJ), aumentará las plazas de hospitalización parcial, fortalecerá las unidades de trastorno de la conducta alimentaria y creará una unidad de subagudos especializada en TCA de adultos. Pero, de momento, las familias de los afectados se sienten abandonadas.

La unidad de TCA de Sant Pau recibe al año unas 225 derivaciones, el doble que antes de la pandemia

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Y el covid-19 agravó la situación. "Al año recibimos unas 225 derivaciones, el doble que antes de la pandemia", describe Mar Carceller, psiquiatra de la unidad de TCA de Sant Pau. "Hemos triplicado las primeras visitas desde 2017. Pero es verdad que en la pandemia hubo un pico enorme de gente que no hubiera debutado si no hubiera estado encerrada en casa viendo en Instagram a gente que decía que tenía que hacer deporte", apunta Carceller. La unidad de TCA de Sant Pau, a diferencia de la de Sant Joan de Déu (que cuenta con dos áreas, una de ingreso total y otra de ingreso parcial), solo tiene un área de ingreso parcial, lo que viene siendo un hospital de día.

Más recaídas

Con la pandemia, alerta Carceller, las pacientes que antes atendía la unidad (la mayoría son mujeres de entre 18 y 32 años, pero también hay mucha población de entre 35 y 45, e incluso gente que supera los 60) "recayeron muchísimo". "Tenemos repunte entre nuestras pacientes, debuts en personas de 25 años y nuevos casos que debutaron en pandemia siendo menores y ahora yason adultos". Además, hay mucha "anorexia atípica": gente que antes tenía un índice de masa corporal (IMC) más alto de lo normal, que ha perdido peso muy rápido y que ahora está "desnutrida".

Hay mucha "anorexia atípica": gente que tenía un IMC más alto de lo normal, que ha perdido peso muy rápido y que ahora está "desnutrida"

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Esta unidad de Sant Pau, para la que hay una lista de espera de tres meses (aunque prioriza los pacientes más graves, que pasan antes), es de referencia para todo el Barcelonès. Tiene 20 plazas. Los pacientes son de "mucho riesgo". "Ahora mismo hay nueve personas en espera para entrar. Puede parecer poco, pero son personas en riesgo orgánico: tienen bajo peso y desnutrición", apunta la psiquiatra, quien asegura que tanto sus compañeros como ella están "al borde del colapso".

Cogerlo "a tiempo"

"Necesitamos más psicólogos psiquiatras para dar respuesta a toda esa gente que está esperando y también a toda aquella que, aunque tiene un trastorno más leve, si la cogemos a tiempo, no recaerá y la enfermedad no irá a más. Es importante que estas personas sean atendidas en unidades especialidades y no damos abasto: ahora mismo yo tengo que filtrar y coger antes a los pacientes más graves". La unidad de TCA de Sant Pau cuenta con un psiquiatra y medio (uno que trabaja 40 horas y otro que trabaja 20 horas) y un psicólogo (40 horas) para todo el Barcelonès.

Una persona con TCA tiene alrededor de un 10% de mortalidad. Estos trastornos "matan más que el covid". Las personas adultas que los sufren suelen haber debutado en la etapa juvenil, pero tienen después recaídas. En pandemia, relata esta psiquiatra, debutaron mujeres universitarias de en torno 24 años. También mujeres durante el postparto. En definitiva, gente que quería "perder peso" y que luego acaba desarrollando un TCA.

Según Carceller, la unidad ha visto sobre todo "anorexia y bulimia", ya que los "atracones", aunque tienen más prevalencia, se consultan menos.

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