De cada 10 personas que sufren la experiencia de pasar una temporada en prisión en España, ocho no vuelven a la cárcel por otro delito. El mito del presidiario como individuo generalmente predispuesto a reincidir se derrumba tanto como el de las cárceles fábrica de más delincuencia, a la luz de un estudio de Instituciones Penitenciarias realizado sobre las 19.909 excarcelaciones tramitadas desde el año 2009. 

La tasa de reincidencia -en este caso, personas excarceladas que, con posterioridad a su excarcelación, cometen un delito nuevo, y sobre datos de prisiones de toda España salvo Catalunya- es concretamente del 19,98%, y esa es la principal conclusión del informe, que ha presentado este viernes en la cárcel de Burgos el ministro Fernando Grande-Marlaska. El titular de Interior le ha dado la vuelta al porcentaje: “Yo prefiero decirlo de otra manera: el 80,02% de los internos que cumplen su condena y alcanzan la libertad no vuelven a prisión por haber cometido nuevos hechos delictivos”, ha dicho. De las casi 20.000 personas que salieron de la cárcel, 3.978 sí volvieron a verse entre rejas en los últimos diez años por delitos cometidos ex novo en ese periodo. 

En la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias subrayan la exactitud de los datos de este estudio: no es un muestreo, sino el análisis de todos los casos. Sin presunción estadística entonces, el informe, de la Central de Observación Penitenciaria, que depende de esa secretaría general, crea un retrato robot del preso reincidente moderno: varón (94,97%), español (88,6%) y de entre 31 y 50 años (64,4%). Solo el 5,3% de los ex reclusos que volvieron tenía más de 51 años, y un porcentaje anecdótico, el 0,13%, tenía más de 71 años.

El estudio derriba también algún pilar de la propaganda xenófoba: el preso extranjero reincide menos. Si los reclusos españoles que vuelven a la cárcel son el 24,83%, los extranjeros que, una vez cumplida condena, tornan a verse entre rejas por cometer otro delito son un 7,92. Tres veces menos. 

La composición de la población extranjera en España explica que, de los presos reincidentes, un 6,44%, la mayoría de los extranjeros, fueran originarios de países africanos. Entre las mujeres extranjeras, la tasa de reincidencia desciende al 3,05%.

Volver a matar

El estudio de Interior hace aportaciones a un abordaje del fenómeno del delincuente profesional. Y para detectarlo se ha utilizado el método de comprobar si quien vuelve a la prisión -un atracador, por ejemplo- retorna por haber cometido el mismo delito u otro diferente. 

Los datos arrojan una clara diferencia entre quienes fueron condenados por atentar contra la propiedad mediante el robo o el descuido o los que ingresaron en prisión tras atentar violentamente contra las personas. 

Reinciden más los ladrones que los agresores. De aquellos que cometieron robo o hurto y entraron de nuevo en prisión, el 76,29% había vuelto a violar la ley de la misma forma. De los que habían sido condenados por homicidio, ya habían cumplido pena y entraron de nuevo en prisión, el 6,55% volvió a delinquir, pero solo cuatro de 61 casos había vuelto a matar. Entre los presos que delinquen de nuevo y son condenados, los del robo y el hurto son inmensa mayoría: 2.278 sobre el total de 3.978 excarcelados vueltos a encarcelar.

El tiempo juega además un papel importante, a la luz de los datos. La mayoría de los reincidentes (53,01%) cometieron de nuevo delito en los tres primeros años tras volver a pisar la calle. La reincidencia más rápida, la que se da antes de que se cumpla un año tras la excarcelación, ocupa un 3,45% de los casos.

Algo más de un tercio de los reincidentes vueltos a encarcelar, el 34%, retornaron a la cárcel por cometer más de un delito. La reincidencia por solo un delito representa la inmensa mayoría de los casos.

La tasa de reincidencia en el mismo delito entre los que entraron en prisión por primera vez tras atentar contra la libertad sexual es del 22,22%, superior a la media. En esa franja son mayoría los casos de regreso a la cárcel por cometer otro delito distinto.

En el narcotráfico, la segunda figura delictiva más abundante entre los reincidentes, la tasa de recurrencia en el mismo delito es del 42,48%. Y entre los autores de delitos de violencia de género que volvieron a prisión, 423 presos, cometieron el mismo delito un 41,60%.

Pista de aterrizaje

Contrarrestando los efectos perniciosos que pueda tener el exceso del encarcelamiento preventivo, la prisión condicional puede estar sirviendo de pista de aterrizaje para el condenado a prisión. El efecto probablemente reinsertador de las medidas de atenuación de la prisión aflora entre las cifras. Ocho de cada diez presos reincidentes en el el espacio temporal estudiado no habían pasado por un periodo de libertad condicional.

En el total de excarcelados desde 2009, la tasa de reincidencia baja al 12,62% entre aquellos presos y presas que pasaron por la libertad condicional. Del doble, más de un 24%, y por tanto casi cinco puntos por encima de la media global, es la tasa de reincidencia entre los presos que no llegaron a disfrutar de esa medida.

El ministro Marlaska se ha comprometido en la prisión de Burgos a "reducir en el futuro, todavía más, esa tasa de un 19,98% de reincidencia penitenciaria, para aumentar el número de personas que cuando dejan atrás estos muros no vuelvan a delinquir".