Zara, la cadena de moda del grupo Inditex fundada por Amancio Ortega, ha recuperado las bailarinas doradas que Lady Di lució en Mallorca en el verano de 1987, en la que fue la segunda visita de los entonces Príncipes de Gales a la isla, un calzado que ya fue tendencia entonces y ahora regresa a sus escaparates con un modelo acabado en piel curtida y suela de caucho reciclado por un precio de 39,95 euros.

Lo descubre la edición española de la revista de moda Harper's Bazar en un reportaje que firma Marina Scofield, que recuerda que Diana de Gales lució ese calzado, aunque con talón, a diferencia del actual, acompañando un conjunto de falta pantalón en tonos amarillos, durante el posado en las escaleras de Marivent, en compañía de Carlos de Inglaterra, sus hijos Guillermo y Enrique y los Reyes Juan Carlos y Sofía.

Lady Di, con las bailarinas que ahora ha recuperado Zara

Lady Di, con las bailarinas que ahora ha recuperado Zara Torrelló

En el verano de 1987 Carlos de Inglaterra y Diana de Gales llegaron a Mallorca, invitados de nuevo por la Familia Real española. Pero lo hicieron por separado, quizá porque el año anterior las imágenes de toda la familia viajando junta en un mismo avión, que aterrizó en la base aérea de Son Bonet, provocó un auténtico escándalo, con las críticas consiguientes a la inconsciencia del heredero al trono.

Bailarinas doradas de Zara Zara

El matrimonio ya se encontraba en crisis y ni siquiera compartieron las excursiones que realizaron por la isla. Lady Di tomaba el sol en Illetes, las playas del sur de Mallorca de la finca de s'Avall, propiedad de la familia March o navegaba en el Fortuna en compañía de don Juan Carlos. Y Carlos de Inglaterra, que fue recibido a su llegada por el entonces príncipe Felipe y Constantino de Grecia, prefería pintar acuarelas en Valldemossa, visitar a Lady Romsey o navegar con esa misma antigua novia a bordo del yate Virginian.

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25 años de la muerte de Lady Di: su paso por Mallorca

Las crónicas de la segunda visita a Mallorca de los Príncipes de Gales aparecían pobladas de especulaciones sobre el distanciamiento del matrimonio. Y el número de reporteros y enviados especiales británicos que informaron de esa segunda estancia en la isla dobló en número a los del año anterior. El matrimonio de Lady Di se venía abajo, pero su popularidad aumentaba de forma desmesurada a la vez que se convertía en un icono de la moda.