Conforme se registran más problemas para encontrar seguros para los actos taurinos, más crece el número de municipios que apuntan a estar en una ‘lista negra’ de las aseguradoras. La línea roja parece estar en las cogidas que se producen en cualquier modalidad de los ‘bous al carrer’: si hay un herido por un toro en un festejo, el municipio en el que se ha producido pasa a ese listado, que no ha salido a la luz pero que fuentes de todos los sectores implicados en la cuestión apuntan a Levante-EMV, diario que pertenece al grupo Prensa Ibérica al igual que este medio, que existe.

La Federación de Peñas Taurinas de Bous al Carrer va apuntando los municipios que han tenido problemas a la hora de contratar seguros. Hasta ahora se trata de Argelita, Betxí, les Alqueries, Les Useres, Puebla de Arenoso y Vila-real, en la provincia de Castellón; Puçol, Bonrepòs i Mirambell, Ontinyent, Paiporta, Massamagrell, Sagunt, Picassent y Tavernes de la Valldigna, en València; y Calp, El Moralet, Orba y Teulada, en Alicante.

Sin embargo, en los últimos tiempos, los promotores de los eventos de ‘bous al carrer’ han tenido problemas a la hora de contratar seguros específicamente para el ‘bou embolat’, y ahí desde ayuntamientos y peñas taurinas ven incoherente el criterio de la siniestralidad. Se quejan de por qué unos festejos sí son asegurados con facilidad y por qué otros no lo son.

En concreto, no se explican por qué dos de las tres aseguradoras que normalmente concedían seguros para ‘bous embolats’ no lo hagan ahora. Solo una de ellas se ha remitido siempre a un criterio relativo a sus principios empresariales a la hora de no hacer pólizas para toros embolados, al considerar que se trata de un acto en el que se maltrata a los animales involucrados.

Este jueves se produjo el primer acercamiento entre instituciones públicas, aseguradoras y peñas, en unas semanas en los que el futuro de estas celebraciones está en jaque a causa del aumento de la mortalidad —ya van ocho fallecidos en la C. Valenciana este año—. La cuestión de fondo y bastante complicada de resolver, es quién paga, apuntan varios de los protagonistas del conflicto.

Un ejemplo factible puede ser que un acto taurino cueste 700 euros de asegurar de manera ilimitada, pero que los gastos si hay heridos pueden ascender a 150.000 euros. En ocasiones, las pérdidas de las compañías son enormes y no les sale a cuenta. "La normativa exige un mínimo de 6.000 euros en asistencia sanitaria, lo que pasa es que hace unos diez años una aseguradora sacó la ilimitada. Yo dije en su día que eso era la muerte para las aseguradoras, ya que es un agujero sin fondo", dice una persona del ámbito de los seguros taurinos.

El presidente de la Federación de peñistas, Germán Zaragoza, indica que las aseguradoras no les dicen "directamente" si el problema es económico o no. "Que nos sean claros y nos digan realmente cuál es el problema, si es económico, todo pasa por subir las primas. Y si no, la solución pasa por hacer una mutua", asevera. Zaragoza considera que la peligrosidad de los ‘embolats’ no es mayor que las de los toros comunes. Y argumenta que, pese a que los decesos han subido, los heridos han bajado hasta los 350, casi 200 menos que en 2019.

De momento, los ayuntamientos van con los peñistas tras la primera toma de contacto y su propuesta a la Generalitat es que se cambie el decreto para que los seguros cubran más de 6.000 euros, tal y como publicó el jueves este periódico. "No da ni para dos tiritas", dicen los peñistas. Aficionados y alcaldes pidieron una reunión con Sanidad y creen que se debería copiar la regulación de Navarra y Aragón, donde la sanidad pública la que cubre los incidentes.

Desde la Generalitat, el secretario autonómico de Seguridad y Emergencias, José María Ángel, afirma que pretende que "los actos se hagan cada vez con toda la seguridad", y remarca que "cada alcalde es responsable de hacer toros en su pueblo». Asimismo, en lo relativo a la diferenciación del ‘bou embolat’ a la hora de conceder o no un seguro, subraya que "las aseguradoras tendrán que explicar por qué ahora la cobertura es interesada en alguna de las modalidades taurinas".

Renuncia a la fiesta

La problemática ha llevado a algunos pueblos a renunciar a su celebración y a otros a asumir el bou con solo una póliza de 24.000 euros. Puçol fue el primero en dar la voz de alarma. El pleno municipal acordó que, como organizador, celebraría bou embolat los días 7 y 10 de septiembre con un seguro limitado, mientras que para los otros cuatro restantes no asumiría tal riesgo. Al no encontrar una cobertura total, ha renunciado al bou embolat.

Su alcaldesa, Paz Carceller, del Partido Popular, pide "llegar a un acuerdo en la negociación". "Si no lo asume y las compañías aseguradoras se niegan a asegurar los festejos con pólizas ilimitadas, la fiesta de los ‘bous al carrer’ estará en riesgo . Ahora es el toro embolado pero en un futuro puede ser todo", lamenta Carceller. La primera edil de Puçol no ve la "diferencia entre el embolado y el toro de por la tarde", y ve incongruente el criterio de las aseguradoras. "Más que de siniestralidad, es un tema de rentabilidad", apunta.

Paiporta renunció este viernes a organizar el ‘bou embolat’ al no encontrar cobertura total del festejo. Y en Massamagrell, las peñas pidieron amparo al alcalde, que ha anunciado que dará cobertura a pesar de la oposición del pleno municipal.

División social

La polémica llega en un momento de convulsión en el que los ‘bous al carrer’ sufren del cuestionamiento de parte de la sociedad valenciana por el trato que reciben los animales y por la inseguridad en aumento en los festejos, tal y como refleja la cifra de muertos. Y también, respecto a la última propuesta de ayuntamientos y taurinos, de que los heridos en esos festejos se tengan que pagar con dinero público. Sueca, que no permitió los ‘bous’ en mayo, ha reafirmado su apuesta. La nueva ordenanza de animales de compañía refleja que estos actos quedan prohibidos.