"¿Puedo volver a contagiarme?". Es una de las preguntas que más repiten a los médicos los pacientes contagiados por la viruela del mono. Así lo constata, en el día a día, en consulta, el dermatólogo Pablo Fernández, del madrileño Hospital Ramón y Cajal. La respuesta, aclara, es que existen pocas probabilidades aunque asegura que todavía es una enfermedad con grandes incógnitas para los especialistas y que, si bien todo apunta a que el brote registrado en Europa está echando el freno -en su hospital los casos en agosto han disminuido de forma notable, precisa- hay que mantenerse alerta porque todavía existe transmisión comunitaria. La viruela del mono, describe a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA, diario que pertenece al grupo Prensa Ibérica al igual que este medio, "ha sido un golpe de realidad" y hay que estar preparados "continuamente" para asistir a la aparición de brotes similares en un escenario en el que las enfermedades infecciosas emergentes "deben tener la importancia que merecen".

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha asegurado este martes que el brote de viruela del mono comienza a ralentizarse en Europa. España es el país que registra más notificaciones: 6.543 casos. Desde Madrid, la comunidad con más afectados (2.365 con datos de la Consejería de Sanidad), el doctor Fernández -uno de los autores de una investigación publicada por el Grupo Español de Enfermedades de Transmisión Sexual y Sida de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV) en la revista científica el British Journal of Dermatology - confirma la tendencia.

La Comunidad de Madrid tiene 2.365 casos confirmados (un aumento de 10 positivos respecto al lunes), y ha administrado un total 4.666 dosis de la vacuna, es decir, 231 más durante el fin de semana. Hasta la fecha se han contabilizado 2.365 contagios y se ha descartado la presencia del virus en otros 990 pacientes (11 más que ayer), según han informado a Europa Press fuentes de la Consejería de Sanidad.

La curva se ralentiza

Han pasado casi cuatro meses desde que se notificó el primer caso en nuestro país y los médicos reconocen que el actual brote parece dar señales de comenzar a remitir. Aunque las cifras se mantienen altas: más de 6.500 casos en España. "En mi experiencia personal, por lo que he podido comprobar del día a día en mi hospital -donde tenemos una muestra representativa- en agosto han disminuido bastante los casos. De ver dos o tres pacientes al día de media, ahora estamos viendo dos o tres por semana", señala el especialista. Atendiendo a las gráficas del Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC, por sus siglas en inglés), agrega, se ha visto que en general en todos los países hay "una tendencia a la estabilidad y a la baja".

"Con la globalización, las enfermedades pueden afectar más a diferentes partes del planeta", señala el dermatólogo.

Con datos del organismo europeo de este mismo martes, desde el comienzo del brote y hasta el 29 de agosto de 2022, se han notificado 18.072 casos confirmados en 29 países de la Unión Europea con España -donde en julio se registraron dos muertes relacionadas con la enfermedad- a la cabeza, seguida de Alemania (3.422), Francia (3.421), Países Bajos (1.136), Portugal (846), Italia (740), Bélgica (671), Austria (265) o Dinamarca (173).

Una enfermera inocula la vacuna frente a la viruela del mono a un hombre. EFE

El dermatólogo del Ramón y Cajal advierte: es difícil hacer previsiones de cara al futuro. Incluso saber si la viruela del mono es una dolencia que ha llegado para quedarse, pese a ser endémica de África. Reconoce que, para los especialistas, la aparición de la enfermedad ha sido "un golpe de realidad" pese a que, en foros de medicina tropical, ya se hablaba "que podía ocasionar un brote de estas características y, al final, lo ha hecho. Tenemos que estar preparados continuamente para estas posibles eventualidades. Con la globalización, las enfermedades al final ya no son tan tropicales, limitadas a una isla, sino que cada vez pueden afectar más a diferentes partes del planeta".

El doctor Fernández abunda: la crisis provocada por la viruela del mono les ha demostrado que hay que mantenerse siempre alerta. "Tenemos que coordinarnos desde diferentes puntos, no solamente científico, sino social, epidemiológico...para poder estar preparados porque, al final, es muy difícil predecir cuándo y dónde van a ocurrir estas enfermedades", apunta. E insiste en un aspecto vital: "Detectar los casos en las cadenas de transmisión y, sobre todo, informar de una manera veraz".

Un brote con nuevas características

¿Qué han visto los dermatólogos durante estos casi cuatro meses desde la detección del primer caso?. El especialista afirma que, en cuanto a las características clínicas, han podido comprobar que son diferentes a lo que se había descrito en brotes "más grandes en África, que era lo que lo que conocíamos hasta la fecha". Además, han podido constatar que la enfermedad "es evidentemente dermatológica porque en la gran mayoría de los casos hay manifestaciones cutáneas que están localizadas, fundamentalmente, en la zona genital ya que el medio de contagio es un contacto sexual estrecho".

Los especialistas no entienden "muy bien por qué hay personas que responden con más lesiones que otras" a la enfermedad.

Admite que hay aspectos que les siguen llamando la atención. Por ejemplo, no entienden "muy bien por qué hay personas que responden con más lesiones que otras o tampoco encontramos unas características que nos hagan prever que una persona pueda desarrollar la enfermedad más diseminada -con más lesiones inflamatorias- y otras tienen cuatro o cinco lesiones, sin casi síntomas, y lo pasan sin ningún problema".

Una "excelente evolución"

En cualquier caso, aclara, la gran mayoría de los pacientes han tenido una "excelente evolución" y "no se observan unas secuelas, al menos a corto plazo, muy complicadas. Tenemos que ver, por ejemplo, en otros pacientes que tengan inflamación de la zona rectal que pudiera ocurrir en el futuro. No lo sabemos. Pero la mayoría presentan una enfermedad leve, más delimitada y, como mucho, les pueden quedar a algunos ciertas cicatrices", indica el médico.

Explica que todos los enfermos que han visto y siguen viendo -muchos acuden a través de los servicios de Urgencias de los hospitales- tienen "muchísimas dudas" que los médicos intentan resolver, además de hacerles un seguimiento. "Poco a poco, a medida que podamos ver a más pacientes así, en seguimientos a más largo plazo, podremos saber si hay algún tipo de secuela o algún tipo de repercusión más. Pero, presumiblemente, no".

Un test de la viruela del mono. EPE

Una de las preocupaciones que trasladan más a menudo los afectados es si pueden volver a contagiarse. "Lo preguntan mucho. Les preocupa. Y, presumiblemente, no, porque esto les va a dar una inmunidad mantenida a largo plazo frente no solamente a la viruela del mono, sino otros Orthopoxvirus del mismo género. Insisto no se puede confirmar cien por cien, porque nunca nos hemos enfrentado a un das a un brote de esas características, pero, basándonos en las características del propio virus, entendemos que haberlo pasado da inmunidad".

¿Ha llegado la viruela del mono para quedarse?. "Es complicado saberlo. Depende de si conseguimos delimitarlo lo antes posible, pero que llegue a desaparecer del todo es difícil porque sigue habiendo transmisión comunitaria", señala el médico. Precisa que, aunque la mayoría de los casos en el continente europeo, corresponden a hombres jóvenes con antecedentes de relaciones en contexto sexuales de riesgo, el contagio no sólo se produce en este contexto. E insiste, a modo de conclusión, que siguen recogiendo todos los datos e investigando, porque también "hay casos que son más atípicos y queremos entender por qué puede ocurrir para adelantarnos a otras posibles eventualidades"