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Yates clásicos | ‘Talitha’, el yate al que le creció una chimenea

El ‘Talitha’, fondeado en la bahía de Palma en octubre de 2017. Manuel R. Aguilera

El Talitha, un yate construido en Alemania hace 92 años y después de una azarosa vida, ha llegado hasta nuestros días conservando su maravillosa imagen inicial, eso sí, con una chimenea más.

El barco fue un encargo del empresario norteamericano Russell Alger al equipo de diseño Cox&Stevens, siendo construido en Alemania, concretamente en los astilleros Friedrich Krupp en Kiel, con el nombre de Reveler, teniendo en el diseño original, una sola chimenea.

Poco después de su botadura, Russell Alger murió y el barco quedó amarrado en los astilleros de Camper&Nicholson en Gosport, cerca de Southampton, donde estuvo un año, hasta que lo compró Charles E.F. McCan, familia del fundador de las tiendas Woolworth que le puso el nombre de Chalena, pasando a ser su base el New York Yacht Club.

Antes de que acabara la década de los años treinta, el barco volvió a cambiar de manos, pasando al empresario Leon Mandel que se lo llevó a Chicago a su nueva base y cambiándole el nombre, esta vez por el de Carola.

Con la entrada en la segunda guerra mundial de Estados Unidos, fueron adquiridas muchas embarcaciones para ser convertidas en buques auxiliares de la flota, y el Carola no fue una excepción. Fue inicialmente convertido en un patrullero con el nombre de Beaumont, aunque finalmente fue usado como un buque meteorológico, actuando en el océano Pacífico y en la conversión le fue eliminado el bauprés.

El ‘Talitha’ cerca de Palmanova en octubre de 2018. MANUEL R. AGUILERA

Terminada la guerra fue nuevamente reformado, para convertirlo a sus antiguas funciones de yate, siendo adquirido en 1949 por el empresario Norman W. Woolworth, que lo renombró Elpetal. Así estuvo hasta que en 1957 pasó a manos del naviero griego Mari Embilicos, que lo usó hasta que murió su esposa, quedando amarrado a mediados de los setenta en Grecia.

En 1983 se hizo con él el productor Robert Stigwood, siendo reformado en Malta, donde recuperó su bauprés, y donde se le renombró Jezebel. El barco, pasados los años, y debido a su continuo uso, empezó a tener problemas mecánicos, siendo finalmente amarrado en Lisboa.

En 1993 fue vendido a John Paul Getty, quien procedió a su total restauración, que se llevó a cabo en Gran Bretaña, concretamente en Devonport, pasando a llamarse Talitha G. Esta reforma duró tres años y fue dirigida por el diseñador naval John Bannenberg, siendo modificado tanto su interior como su exterior y es cuando se le añadió la segunda chimenea que ostenta en la actualidad, se le agrandó además la caseta de gobierno y se le cambió la máquina por una nueva, pero eso sí, reteniendo el espíritu de los años 30 en que fue construido.

A la muerte de John Paul Getty en el año 2008, el yate pasó a manos de su hijo Mark Getty siendo reducido su nombre a Talitha.

Sus características actuales son eslora máxima 82,6 metros, manga 10,3 metros, calado 3,9 metros y 1.103 toneladas de registro. Su propulsión es mediante dos motores diésel que le imprimen una velocidad de crucero de 13 nudos y máxima de 15. Dispone de seis camarotes para un total de doce invitados, con una tripulación formada por diecisiete miembros.

Con los nombres de Talitha G y como Talitha, ha podido ser visto atracado o navegando por la bahía de Palma y otros diferentes puntos de la isla en varias ocasiones, sin ir más lejos esta pasada primavera estuvo varios días por la zona del Port de Sóller, eso sí, siempre paseando su preciosa silueta que no deja indiferente a nadie.

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