La reina Letizia llega este 15 de septiembre a la cincuentena “segura de sí misma”, tras un durísimo camino para encontrar su sitio en Zarzuela que comenzó hace 18 años cuando se prometió al entones Príncipe de Asturias. “El día de la coronación, Letizia se dio cuenta de que ya no había nadie por encima de ella y todo cambió”, comenta la escritora y periodista Carmen Duerto al hablar en exclusiva para este periódico del nuevo libro que lanzará en septiembre ‘Letizia, una mujer real’ (Harper Collins) en el que repasa la faceta como esposa y madre de la reina, una “mujer obsesiva, perfeccionista y controladora”, que "ha logrado dar sentido profesional" a su papel como consorte del rey Felipe VI. "No ha sido fácil", insiste Duerto, ávida recolectora de todo tipo de cotilleos de las casas reales que lo mismo mantiene una animada charla sobre recetas de cocina con doña Sofía que le pide a don Felipe que le guiñe un ojo.

La Reina cumple 50 años, ¿cree usted que se ha convertido en una gran profesional de la Corona?

Se ha convertido en una gran profesional de lo que ella entiende por Corona.

¿Qué es lo que entiende?

Que es ante todo un trabajo. Debido a su pasado, toda su obsesión era dar sentido profesional a su papel dentro de la familia real. Ella era una mujer trabajadora y procede de una familia de izquierdas más cercana a los ideales republicanos que monárquicos. Se enamoró de un príncipe y luchó por encontrar su sitio. Lo ha conseguido.

¿Cómo casa esa obsesión por la profesionalización de su papel como Reina con su reivindicación del derecho a disfrutar de tiempo libre?

Uno es rey 24 horas al día y por eso choca esa intención de quere disfrutar de una parcela privada. Aún recuerdo cuando le pregunté en Palma si iba a seguir allí de vacaciones y me respondió con aquel comentadísimo: "¿Acaso esto son vacaciones privadas?". No obstante, también ha conseguido poder disfrutar de esa parcela privada impensable para reyes anteriores. Las vacaciones, su tiempo libre, las celebraciones familiares y de ocio son tabú, pero para su trabajo quiere la máxima difusión. Durante estos 18 años ha ido adaptando su idea de monarquía que nada tiene que ver con aquella de que se es rey por gracia divina o por gracia de la Constitución.

Portada del libro 'Letizia, una mujer real'.

¿Cómo cree usted que ha sido ese camino de adaptación?

Durísimo, sobre todo, por ese ansia que tiene ella por hacerlo todo bien. Ella entró en una familia que no tiene los mismos códigos que el resto de los mortales. No diría que entró en un terreno hostil, pero sí que se encontró en un entorno, cuanto menos, extraño para ella. Seguro que en alguna ocasión, sobre todo al principio, alguien le habrá hecho sentir que estaba fuera de lugar. Ahora todo ha cambiado y ella se siente muy segura.

¿Cuándo se produjo ese cambio?

El día de la coronación de Felipe VI, en junio de 2014. Cuando ella se baja del coche frente al Congreso de los Diputados se la ve a gusto, imponente. Letizia supo ese día que ya no había nadie por encima de ella, era la Reina.

¿Sabe usted si se entendió alguna vez con su suegro, el rey Juan Carlos?

Debió de haber algún momento de entendimiento, pero pocos. Me comentó alguna persona de la familia que al rey Juan Carlos le molestaba que Letizia, cuando era princesa, no le hiciera la reverencia en público.

¿Estará encantada entonces con la marcha voluntaria del rey emérito a Abu Dabi?

Me imagino que cuando no tienes fluidez de trato con alguien, si se aleja, mejor que mejor. Deja de perturbarte. Como además los escándalos del rey emérito empañaban el reinado de su marido, cuanto más lejos, mejor.

Parece que habla usted de dos bandos dentro de la Casa Real.

Es que hay dos bandos y además no lo disimulan. El papel de la monarquía es aglutinar y dos reyes distanciados más que sumar, resta.

¿Cómo es doña Letizia como madre y esposa?

Como lo es con todo: perfeccionista, obsesiva y controladora. Recuerdo a esas niñas de muy pequeñitas en el posado veraniego del Palacio de Marivent mirar únicamente a su madre. Eran además capaces de leer lo que la Reina les decía con tan solo una mirada. Al Rey y a la princesa Sofía les ayuda mucho en las alocuciones. Ella se redacta sus propias intervenciones.Tenemos una reina con pensamiento crítico propio, que navega por internet, que si tiene una duda la consulta directamente. Su evolución en los discursos va a la par que a su asentamiento y control de la situación en palacio.

¿Considera que doña Letizia toleraría de alguna forma desprecios como los que ha sufrido doña Sofía por parte de su esposo?

Creo que no. La reina Sofía fue educada para el aguante, para hacerse la digna y no querer ver lo que no le conviene. Yo creo que Letizia se plantaría y además me parece que Felipe VI no ha heredado el gen mujeriego de su padre.

¿Ha cicatrizado ya aquel rifirafe que tuvo con doña sofía en Palma?

No, eso, como el: "¿Acaso esto son vacaciones privadas?", se recordará siempre porque el lenguaje no verbal decía muchísimo de lo que pasaba en esa familia.

¿Insinúa que las reinas no se soportan a pesar de la complicidad que demuestran en público?

Cada una tiene su función, su casa y su vida. Se llevan y punto. Este verano en Marivent vi a Felipe VI muy pendiente de su madre de una forma natural. Esas confidencias y complicidades entre las reinas se dieron solo ante más de 200 fotógrafos. Luego la reina Sofía se quedó sola y yo aproveché para estar con ella 30 minutos.

¿Qué le contó?

Tenemos conversaciones surrealistas sobre cocas de patata de Valldemossa, recetas, cremas para la piel...La vi que comía un buñuelo un tanto seco y le ayudé a deshacerse de él y también la invité a venir conmigo a la fiesta de los marineros del Club Náutico.

No me diga que se llevó a la reina emérita de marcha.

Me dijo que le encantaría pero que no podía. Yo insistí y le dije: "Venga conmigo que la vida son dos días"

Señora Duerto, ¿qué opina de la vida de influencer de Victoria Federica?

Que hace muy bien. Si la han echado de la familia real tendrá que buscarse la vida. Y los tiempos mandan. Ella es una nativa digital con amigos pijos que se lo pasan fenomenal ganando mucho dinero sin importarles la exposición mediática.

¿Y del llanto de Urdangarin?

Pues evidencia que no está bien. Se pasó tres años en la cárcel más o menos protegido pero al salir, la realidad le ha dado un soberano bofetón. Quiere reinventarse pero lo tiene complicado porque siempre será relacionado con la casa real.

¿Qué pintan hoy Cristina y Elena en la casa real de la que ya no forman parte?

Nada de nada.

¿En qué orden clasificaría la categoría humana de don Felipe, doña Sofía y doña Letizia?

No soy íntima de ninguno de los tres. A Letizia le agradezco el que un día me ayudase en mi labor como periodista. Me encanta conversar con doña Sofía y me gusta mucho don Felipe cuando me guiña un ojo.