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Souvenirs | El souvenir estrella de Mallorca

La pieza más valiosa | La estrella del Museo del Souvenir está elaborada en madera de olivo y muy imbricada en la cultura mortuoria del Mediterráneo.

Todos los museos tienen sus piezas estrella. Son aquellas ante las que se agolpan las multitudes para embelesarse ante obras excepcionales creadas por artistas extraordinarios. Algunos ejemplos. En el Prado, Las Meninas de Velázquez. O los Fusilamientos del 3 de mayo, de Goya. En el Louvre, la Gioconda de Leonardo da Vinci. En el Rijkmseum de Amsterdam, La ronda de noche de Rembrandt. En el British Museu, el friso del Partenón de Atenas. En la isla de los museos de Berlín, el busto de la reina Nefertiti. En el Museo de El Cairo, la máscara mortuoria de Tutankamon. En el Museu de Mallorca…, ahí no hay colas, aunque algunos bronces prehistóricos, cerámicas o pinturas góticas las merecen.

El Museo del Souvenir que venimos recorriendo desde hace dos veranos también tendrá su pieza estrella. Estará en una sala exclusiva, con paredes de colores neutros para que no distraigan la atención de los extasiados visitantes. La iluminación, fría para evitar el deterioro de la obra maestra, fijará la atención en los escasos centímetros de tamaño de esta cumbre de la creación humana. Estará protegida con vidrio blindado para evitar sustracciones o agresiones de los iconoclastas, que ya destruyeron los rostros de Ramsés II junto al Nilo o los budas de Bamiyan dinamitados por los talibanes.

La estrella del Museo del Souvenir está elaborada en madera de olivo. Quizá sea imitación, pero la intención es lo que cuenta. La elección del material ya es toda una declaración de principios. Emana mediterraneidad por todos sus poros, o quizás sea más adecuado decir por sus vetas. El Mare Nostrum no se entiende sin su fruto, la oliva, o su jugo, el aceite virgen extra. Los antiguos lo entendieron. El garum, la preciada salsa de los romanos, se mezclaba con el oleum para aromatizar sus platos más preciados. Aún hoy, la ensalada griega con pimiento, tomate, olivas de tamaño descomunal y queso feta debe regarse con abundante aceite de oliva extra virgen. Las bondades de la cocina mediterránea se asocian al uso de esta grasa saludable en contraposición a la mantequilla o la manteca del centro y el norte de Europa.

La pieza más valiosa | La estrella del Museo del Souvenir está elaborada en madera de olivo y muy imbricada en la cultura mortuoria del Mediterráneo.

La pieza más valiosa | La estrella del Museo del Souvenir está elaborada en madera de olivo y muy imbricada en la cultura mortuoria del Mediterráneo.

La madera del ‘Olea europaea’ es noble como pocas. Es una de las especies más duras y compactas. Posee un tronco nudoso y un leño muy apretado con madera blanca muy apreciada en ebanistería. Da unos acabados muy lisos, y puede ser pulida y teñida. Antes de que el mundo del souvenir también se ‘achinase’, los más apreciados que se adquirían en la isla eran los elaborados con madera de olivo. Sirve para un cenicero, un barómetro o para los útiles de cocina.

Otra característica de la pieza más destacada del museo es su imbricación en la cultura mortuoria del Mediterráneo. Los ritos relacionados con los difuntos han inspirado algunas de las mejores músicas. La Iglesia ha ideado ceremonias fastuosas para encomendar las almas al Creador. El arte nos permite conservar la cara de los que se fueron o incluso explicar cómo se fueron. Por poner solo un ejemplo, el Entierro de Ramon Llull de Miquel Bestard.

Es hora de presentar este souvenir tan relacionado con nuestra forma de ser. Es un ataúd. Sí, un sarcófago. En su tapa, para no ofender a ninguna religión, se ha pintado una flor. Por supuesto, también figura la inscripción ‘Recuerdo de Mallorca’ para que resulte evidente dónde se parió una idea tan genial. Si algún afortunado de cualquier punto del orbe ha adquirido o recibido este regalo se acordará toda la vida. Si lo ha comprado para consumo propio, intentará rememorar si iba cargado de drogas o alcohol en el momento de cerrar la transacción. Si es el receptor del obsequio, recordará durante años el momento en que se truncó una amistad.

¡Ah! Se me olvidaba. Al abrir el ataúd, el difunto se levanta y se le levanta un pene desproporcionado. ¿Cabe mayor ingenio en algo tan diminuto?

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