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Ganaderos

Bomberos de pastoreo

Las ovejas son la mejor solución para evitar la propagación de incendios | Un rebaño integrado por 1.500 ejemplares puede reducir la cantidad de material vegetal inflamable hasta en 7.500 kilogramos diariamente

Las ovejas desempeñan una importante labor preventiva frente al fuego. A.J. GONZÁLEZ

La llegada del verano provoca siempre un crecimiento de los incendios en España, debido a la escasez de lluvia. Este año, a causa de la ola de calor de julio, estamos experimentado el peor año del último siglo, según las estimaciones del Sistema Información de Incendios Forestales Europeos (EFFIS). El año 2022 deja registradas a nivel nacional más de 200.000 hectáreas quemadas tan solo en el mes de julio, sumadas a las 80.000 de junio.

De acuerdo con los datos medios registrados desde el 2006 y hasta el 2021, se anotan una cantidad máxima de 163 incendios, en contraposición a los 313 ocurridos en lo que llevamos de año.

Por ello, estamos en busca de alternativas para reducir la posibilidad de incendio en este lapso de tiempo tan delicado para el campo. 

Una de las medidas más efectiva a la par que ecológica es la de las ovejas bomberas. Estos animales, durante el pasto, ingieran una cantidad media de entre 4 y 5 kilogramos de materia vegetal seca, más propensa a quemarse.

Felipe Molina, pastor de ovejas en Córdoba cuenta que su rebaño de 1.500 ovejas realiza un gran aporte a la reducción del pasto seco, con una ingesta diaria de hasta 7.500 kilogramos.

Sin embargo, "a los ganaderos no nos gustan que las llamen ovejas bomberas, pues realizan muchas más labores", asegura Molina. Además de comer pasto, también lo pisotean, creando "vereditas y reduciendo aún más el riesgo de incendios"

Por otro lado, las semillas que dejan en función a las plantas que comen (plantas de menor tamaño que los arbustos), implica una repoblación mucho más favorable, con un pasto reducido. Gracias a esto, las ovejas crean cortafuegos naturales y veredas en las fincas que, lejos de parar en seco el fuego, permiten reducir drásticamente su propagación.

Las cabras, también

Al igual que la labor realizada por las ovejas, las cabras apoyan este desempeño con el pasto no ingerido por las propias ovejas. Mientras estas se dedican a comerse los arbustos más pequeños a ras de suelo, las cabras se ocupan de morder hojas y ramas, así como arbustos de difícil acceso; lo conocido como ramoneo.

"Lo ideal sería hacer cortafuegos con máquinas y que los ganaderos repasen esos cortafuegos con su ganado, comiéndose pequeños rebrotes", comenta Molina. El pastor asegura que una labor complementaria entre máquinas y ganado sería la mejor manera de evitar esta clase de incendios. Asimismo, señala, supondría una drástica bajada de contaminación, pues la maquinaria solo tendría que actuar cada 10 o 12 años y el resto del trabajo sería realizado por las ovejas.

Esta es la intención del plan Rapca, un programa dirigido por la Dirección General del Medio Natural de la Consejería de Sostenibilidad, Medio Ambiente y Economía Azul de la Junta de Andalucía.

El principal objetivo del plan Rapca es el empleo del ganado en régimen de pastoreo controlado, eliminando combustible vegetal de las zonas de cortafuegos y mantener así las infraestructuras de cara a la prevención de incendios forestales. La acción del ganado ordenada y controlada por el pastor mantiene las áreas cortafuegos, provocando discontinuidades en las masas forestales que impidan la propagación del fuego.

Un oficio que se pierde

No obstante, Molina asegura que la problemática de este asunto es doble: "El pastoreo se lleva a mano con los pastores, y el oficio se está perdiendo. Además, a las ovejas solo se les hace caso desde junio hasta septiembre", sentencia el pastor.

A pesar de lo que pueda pensarse, la mayor parte de la labor por parte de estas ovejas bomberas es realizada con 8 o 9 meses de anterioridad durante el invierno. En la temporada de lluvias, el pasto es más apetecible para ellas, por lo que es más sencillo de apurar. 

El pasto seco no puede retirarse con tanta facilidad, sumado a que, según comenta Molina, "el pastoreo no es solo lo que quitan de en medio. Las ovejas seleccionan el tipo de pasto que más les gusta, que suele ser hierba pequeña".

Por este motivo, la labor realizada por el ganado para evitar la propagación de incendios es crucial de cara a mantener las zonas de vegetaciones intactas y reducir el riesgo de quema de hectáreas.

Las ovejas, además de ingerir todo ese pasto inflamable que puede implicar un fuego aún mayor del originado en un primer momento, crean cortafuegos naturales gracias a las veredas que forman, tanto en el campo como alrededor de las fincas.

Sumado a su labor de repoblación, con plantas más pequeñas y que conllevan un menor riesgo de inflamación, se conforma un área rural mucho más preparada para frenar y reducir los posibles incendios que surjan en los alrededores.

Un desempeño en combinación con las cabras y los cortafuegos artificiales que ayuda a crear un espacio más seguro y prevenido. 

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