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Fuego

La ceniza de los incendios de Zamora causa la muerte de algas y amenaza el ecosistema del Lago de Sanabria

El biólogo Antonio Guillén reclama la instalación de depuradoras para preservar el Parque Natural sanabrés en óptimas condiciones

Bañistas en el Lago. Araceli Saavedra

El biólogo Antonio Guillén Oterino alerta ante la situación que vive el agua del Lago de Sanabria, una vez que el aire ha transportado las cenizas de los incendios que han destruido la provincia y están depositándose en todos los ecosistemas acuáticos, y demanda la instalación de depuradoras para intentar preservarlo.

El zamorano, que ha estudiado ampliamente el lago glaciar tiempo atrás, expone que las cenizas provocan que “el agua se ponga turbia, pero como tiene un componente alcalino muy grande, como si fuera sosa cáustica, lo que provoca es la muerte del fitoplancton”. Esta situación en el Lago de Sanabria ha producido que “el agua se aclare, ya que las algas que forman parte del fitoplancton se están muriendo”.

El experto, autor del numerosas publicaciones didácticas y científicas entre las que figura el libro “Lago de Sanabria 2015. Presente y futuro de un ecosistema en desequilibrio” aporta el dato de que este año el agua tenía muy poca transparencia, “de menos de tres metros, gracias a que las diatomeas (unas algas) están colonizando, y desde que han caído las cenizas ha aumentado dos metros y medio más”, una circunstancia que, desde su punto de vista, “va a provocar un efecto rebote terrible”, sostiene con rotundidad.

El doctor en Ciencias Biológicas por la Universidad de Salamanca atestigua que estos días el agua “al pasar por una manga aparece un barro tremendo que es la mezcla de las cenizas con los microorganismos muertos”.

La mortandad conllevará la aportación de nutrientes en el fondo de las aguas “con lo que la situación va a empeorar para la vida de los animales y de las plantas que en él habitan”, señala Guillén Oterino. El biólogo remarca que esta “ocurriendo como con el Mar Menor porque los esfuerzos que se hacen resultan totalmente insuficientes y deberían incrementarse”.

El experto apunta que la administración “tendría que apostar por hacer una inversión fuerte e instalar unas depuradoras que funcionen óptimamente, no como ahora, y resolver el problema” porque “el Lago de Sanabria es un verdadero tesoro”, subraya el profesor de Biología del IES Batalla de Clavijo de Logroño.

El biólogo también ha tomado muestras en las turberas existentes en Sanabria con motivo de la impartición de varios talleres infantiles, donde los menores y sus familias han aprendido a trabajar con un microscópico y donde el docente les ha dado a conocer los organismo minúsculos que viven en las turberas, un ecosistema cuyos microorganismos aumentados en imágenes hechas por el propio biólogo le valieron ganar en 2007 el Premio Nacional de Fotografía Científica organizado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, el Ministerio de Educación y Ciencia y la Federación Española de Ciencia y Tecnología.

Sus fotos, acompañadas por textos, protagonizan “Tesoros de las turberas”, situada en el espacio de la rampa del Museo Etnográfico de Castilla y León dentro del Festival de Teatro en Miniatura, Mamut 2.

Las turberas, menos afectadas por el polvo en suspensión

Las turberas existentes en la sierra de Segundera, en un primer análisis, se han visto muy poco afectadas por los restos de los incendios. Se observa ceniza, pero no han afectado tanto como al Lago. Los depósitos son menores que en las zonas de valle” testimonia el biólogo Antonio Guillén Oterino. “Hemos visto unas algas que tienen forma de estrella que son tremendamente sensibles a la contaminación atmosférica y al cambio del ph del agua y sin embargo he notado solo una pequeña alteración”, describe. Este hecho ha sido una sorpresa “para bien, pues tras comprobar lo del Lago me temía que las turberas pudieran estar más afectadas, lo que es esperanzador en medio del desastre natural que hemos tenido”.

Las turberas son unos espacios naturales que en España priman las formadas cerca de las cumbres de las montañas, son muy desconocidos y el zamorano ha analizado. Están a punto de desaparecer en muchos sitios por la contaminación y por el cambio climático. “Siendo unos espacios tan pequeños en extensión tienen una biodiversidad tremenda. Los organismos que viven allí son muy interesantes desde el punto de vista científico, pero desde el punto de vista estético son preciosos”, certifica Guillén.

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