La Catedral se convirtió este miércoles en el espectacular telón de fondo del rodaje del reality más visto de la televisión británica, Love Island. Los esculturales cuerpos de los concursantes de la cadena ITV cambiaron por un día la casa del programa en el Llevant de la isla por la Bahía de Palma. Salieron del confinamiento en el que viven desde junio para disfrutar de una jornada marinera a bordo de un lujoso yate de 26 metros de eslora y líneas clásicas construido en los años 60. Se relajaron en el barco durante «una excursión de un día por la costa, admirando las bellas vistas de la Bahía», explicaron desde la productora minutos antes de soltar amarras.
El equipo de grabación y los concursantes partieron de la zona del Moll Vell sobre las 11 horas. El aparcamiento del puerto frente a la Escala Real estaba reservado desde las seis de la madrugada y hasta allí fueron llegando poco a poco vehículos del programa y la furgoneta negra que trasladó a los protagonistas que quedan de la octava temporada del popular show televisivo. También había curiosos en primera línea que se preguntaban el motivo de tanto ajetreo y, cuando se enteraron de que era un rodaje de Love Island, más de uno se sorprendió.
El reality lleva emitiéndose en Gran Bretaña desde el 6 de junio, este año desde una villa diferente a la habitual. Como la anterior, se encuentra en el Llevant, aunque la actual es más moderna que la famosa possessió de Sant Llorenç des Cardassar que se alquilaba como la Casa del Amor cuando no era ocupada por los solteros más populares de la televisión. En el exterior pueden disfrutar de un jardín con piscina y varias áreas de relax y barbacoa, además de una terraza en la azotea; mientras que lo más destacado del interior es el dormitorio decorado al estilo pop art con seis camas dobles donde los concursantes comparten sus momentos más íntimos.
