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Yates clásicos que han visitado Mallorca | ‘Haida 1929’, un yate clásico de 93 años

El ‘Haida 1929’ fondeado frente a Palmanova en enero del 2018. | MANUEL R. AGUILERA

El Haida 1929 es un precioso yate de diseño clásico que data precisamente de ese año, 1929, es decir, que tiene nada más y nada menos que 93 años de navegación.

Se trata de una embarcación con un pasado intenso, construida con el nombre de Haida en Alemania, concretamente en los astilleros Krupp Germania Werf en Kiel para el millonario norteamericano Max C. Flieschmann, dueño de una empresa de levadura. La nave, de construcción robusta, estaba prepara para realizar largos cruceros científicos y de pesca por el océano Pacífico, obra de la firma Cox & Stevens. Su puerto base durante diez años fue el de Santa Bárbara, en California, y su nombre era en honor de un pueblo indígena con grandes habilidades marineras.

En octubre de 1940 lo adquirió la Marina norteamericana, que lo reformó en Long Beach para utilizarlo como guardacostas, siéndole suprimido el bauprés y dotándolo, entre otro armamento, con un cañón de 76 milímetros. Su nombre fue cambiado por el de Argus y empezó a patrullar por la bahía de San Francisco. En septiembre de 1941 pasó como buque científico al Coast and Geodetic Survey, que le puso el nombre de Pioneer, pero estuvo muy poco tiempo en sus nuevas tareas dado que, con la entrada en guerra de los Estados Unidos, volvió a la Marina, recuperando el nombre de Argus y volviendo a sus funciones de patrullero. Como hecho más destacado de esta etapa es el salvamento de 60 náufragos de un carguero hundido por un submarino japonés. Finalmente fue dado de baja en abril de 1946.

Ese mismo año fue vendido al magnate egipcio Maurice Ada, que lo restauró y le puso el nuevo nombre de Sarina, navegando por el Mediterráneo durante más de 20 años, primero basado en Alejandría y después en Cannes.

En 2005, cuando se llamaba ‘Haida G’, entrando en Palma. | MANUEL R. AGUILERA

En 1968 fue vendido al empresario norteamericano Larry Green, y posteriormente al año siguiente a Loel Guinnes, ex miembro del parlamento británico.

En 1979 Guinnes lo vendió al productor de cine australiano Robert Stigwood, quien le hizo una reforma en el que se le puso una chimenea falsa donde ocultar el sistema de comunicaciones por satélite recién instalado. En 1981 se hizo con él, ya sin la falsa chimenea, el coleccionista de arte Stanley J. Seeger, que lo renombró Rosenkavalier en honor a la ópera de Richard Strauss. Pasados siete años, en 1988, lo compró una familia japonesa con negocios inmobiliarios, pasando en 1992 a Andreas Liveras, empezando entonces la nave a operar en el negocio chárter. En 1999 pasó a un empresario suizo que lo renombró Haida G y lo reformó, siendo sus motores desmontados y revisados. En el año 2011 nueva venta y nuevo nombre, Doña Amelia, aunque después pasó una larga temporada amarrado en el río Fal. Finalmente, desde el año 2016 tiene nuevo propietario, siendo reformado en los astilleros Pendennis en Falmouth, pasando a llamarse Haida 1929, en honor al año en que entró en servicio.

El barco, de líneas muy elegantes, tiene una eslora en la línea de flotación de 54,9 metros, una eslora total, contando el bauprés, de 71,1 metros y una manga de 9,1 metros, con 720 toneladas de registro, y va dotado de dos motores diésel con una potencia total de 1500 BHP, que le imprimen una velocidad de 11 nudos. Su capacidad es de 12 invitados en 7 lujosos camarotes, con una tripulación compuesta por 17 personas, evocando sus interiores la época en que se construyó, destacando su salón principal y su biblioteca.

En aguas mallorquinas ha podido ser visto en diferentes ocasiones, como Haida G y últimamente como Haida 1929, la última en los primeros meses de este año 2022.

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