Permítanme concluir que se hallan ante la foto más elegante de la historia de Mallorca, no es raro que Valentino enloqueciera con sus protagonistas. Ninguno de los dos había posado jamás, ninguno imaginaba que ese sábado iban a retratarles. De hecho, se resistieron, y permítanme también que presuma de haber participado en la producción de una imagen gestionada por la simpar Raquel Horna y rematada magistralmente por B. Ramon. Ningún personaje se les resistía. Entonces y solo entonces, agosto de 1988, Rosario Nadal era la hija de Minaco, y también el ángel que recorría en solitario la noche palmesana. Kyril de Bulgaria era el mejor amigo de Felipe de Borbón y dormía en Marivent. Para vivir una pasión semejante, se necesita una figura equivalente. Un año después, ella vino a contarme que se casaban, y es como si la luz se apagara. Gestionamos muy profesionalmente la boda con Reyes. Después, el tiempo tiene razones que el amor no entiende.
