Todavía estaban por nacer el woke y el queer, pero el título de Diabéticas Aceleradas sofocó desde su nacimiento a los ofendidos profesionales, que criticaron con colmillos la utilización cómica de una enfermedad. Pep Noguera tuvo que dar otro paso al frente para reivindicar su condición de diabético, y el derecho a no sacralizarla para inscribirse en el codiciado panteón de las víctimas. A partir de ahí y hasta esta entrevista, el secreto consiste en reírse sin pedir permiso, como solían los mallorquines antes de que les alteraran incluso el humor.
CATÁLISIS