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Adicciones

Cuando el móvil te roba la vida

Al 71% de la población le preocupa padecer ansiedad por el mal uso de la tecnología, al 66% perder habilidades sociales y al 46% tener nuevas adicciones, según un estudio del Observatorio Nacional de Tecnología y Sociedad

Una persona usando su teléfono móvil, en una imagen de archivo.

María tiene 16 años y varios miles de seguidores en Instagram, pero ningún amigo en la vida real. Y lo peor de esta historia es que María no está preocupada por eso. Es más, considera que tiene muchísimos amigos. El nombre es ficticio pero el caso es real. Ella no considera que tenga ningún problema, pero sus padres buscan la manera de que acceda a ir a consulta y reconozca que está enganchada al móvil

La palabra es "enganchada" y no "adicta", como explica Julio Abad, psicólogo especialista en adicciones de la fundación Patim. Pero sigue siendo un gran problema por un motivo: "cualquier persona ahora mismo tiene el móvil en las manos o lo tendrá dentro de cinco minutos; para mirar las redes, el correo, mandar un mensaje, etc", explica Abad. El móvil es algo necesario en nuestro día a día, no podemos pensar en simplemente tirarlo a la basura. "Así que solo se puede reconducir la conducta para que se vuelva más saludable", añade. Porque un teléfono por sí mismo no es algo malo. 

La preocupación no solo llega a las consultas de los psicólogos sino que está ampliamente extendida en la calle. Un reciente estudio del Observatorio Nacional de Tecnología y Sociedad, dependiente del Ministerio de Economía, asegura que al 71 % de la población le preocupa padecer ansiedad o estrés por el mal uso de el teléfono móvil. El 66 % teme la pérdida de habilidades sociales y el 57 % perder capacidades mentales por el uso prolongado de esta tecnología. El 46 % cree que puede dar pie a nuevas adicciones, el 42 % que le afecta a la calidad del sueño y el 40, 5 % que provoca pérdida de la noción del tiempo. 

Abad explica que no son muy significativos los casos que le llegan a consulta, pero que los hay. "Son personas que han roto con su día a día. Han perdido el trabajo o a la pareja, se han quedado sin amigos, han dejado de ver a la familia, es una desestructuración social total", explica. A veces puede ser el refugio donde protegerse de otros problemas como el bullying, en el caso de los adolescentes. "El teléfono se convierte en el sitio donde yo estoy bien", dice Abad. Denuncia que "el móvil mal usado puede robarte la vida". 

Como en el caso de María, el mal uso de las redes sociales puede provocar que las personas confundan qué es una amistad. Consuelo Tomás, directora del Instituto Valenciano de Ludopatía y Adicciones no Tóxicas, cuenta que "las redes sociales pueden generar conductas muy histriónicas y narcisistas, en las que la autoestima de la persona acabe dependiendo del número de comentarios y likes que se reciban, además de no distinguir la esfera de lo íntimo y lo público", cuenta. "Es imposible tener 4.000 amigos. Eso no son amigos porque no te van a ayudar cuando estés pasando un mal momento", asegura. 

"Se trata de fomentar un buen uso del móvil, porque es imposible prohibirlo"

Luis Miguel Real - Psicólogo

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Jóvenes en TikTok e Instagram

Luis Miguel Real es psicólogo especialista en infancia y adicciones y ve muchos casos de este tipo en consulta. Adolescentes y jóvenes de 19 y 20 en Instagram y menores de edad muy jóvenes en TikTok. "Normalmente son los padres los que llegan preocupados y casi siempre es cuando se empieza a notar en los estudios. Cuando notan una bajada de nota", dice. Como Abad, explica que "se trata de fomentar un buen uso del móvil porque es imposible prohibirlo", pese a esto cuenta que "un adolescente no tiene la capacidad de manejar una herramienta tan poderosa como un ordenador, porque hace décadas que ya no son móviles. Además, las redes sociales están creadas para ser lo más adictivas posibles", resume. Un cóctel para el que los adolescentes no están preparados. 

Para Real, la mejor manera de atajar estas conductas es preguntar a los hijos. "Muchos padres se sorprenden, pero hay que preguntar a los hijos cuánto tiempo de uso consideran ellos razonable si tienen que cumplir con todas sus obligaciones. Normalmente contestan cosas bastante sensatas", dice. A partir de ahí, organizarse en casa y en familia. 

La realidad no son las redes 

El mal uso del móvil puede traer trastornos como el ‘fomo’. Así se le conoce como "el miedo a perderse algo si se está desconectado. La persona necesita estar todo el día dando vueltas en redes y conectado para ver lo que está pasando por si no se entera de algo. Eso produce un deterioro en la concentración y en la capacidad de atención", dice Tomás. 

A parte, el mal uso del móvil provoca -a parte de estar enganchados- "cada vez menos comprensión lectora y capacidad de sumergirse en la lectura, cada vez vemos más faltas de ortografía, y muchas personas tienen destrozados lo horarios de sueño porque la luz de las pantallas evita que produzcamos melatonina para conciliar el sueño", dice Tomás.  

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