Casi un millar de vecinos siguen desalojados de sus casas, ubicadas en las 13 localidades amenazadas por las llamas de unos incendios que comenzaron a desatarse en Navarra este sábado y cuya virulencia y rápida evolución tiene a miles de personas trabajando sin descanso.

La presidenta de Navarra, María Chivite, ya ha instado a iniciar los trámites para solicitar al Estado la declaración de zona afectada gravemente por emergencia de protección civil.

Ninguna persona ha sufrido daños de consideración, y ese sigue siendo el dato más valorado por el Gobierno foral, cuyo vicepresidente, Javier Remírez, ha reiterado que todas las actuaciones tienen como "prioridad" evitar los daños personales, seguido de los materiales en los núcleos urbanos, y en cultivos e instalaciones empresariales después.

Poco después de participar en la primera reunión del día del Comité Asesor de Emergencias Remírez confirmaba a los periodistas que por tercer día consecutivo la situación es "delicada", pero ha mejorado en respecto a ayer en tres focos, ya "en estabilización y vigilancia" al darse por controlados.

Preocupan, por tanto, los fuegos ya muy extendidos de la Valdorba y de la sierra del Perdón, los dos focos "muy intensamente activos" que centran este lunes los esfuerzos de unos 650 efectivos de bomberos y del guarderío forestal, a los que hay que sumar todo el personal de la Guardia Civil, Policía foral, policías locales y los recursos que han llegado de otras comunidades autónomas y del Estado, también de la Unidad Militar de Emergencias (UME).

Trabajos desde el aire

El trabajo desde el aire también cuenta con más medios que otros días, con 4 aviones Foca del Ministerio para la Transición Ecológica (MITECO), y 10 helicópteros, de los Gobiernos de Navarra y Castilla La Mancha y del Ministerio para la Transición Ecológica (Miteco).

Mientras , hay cientos de ejemplos de la fuerza de la solidaridad que ha conseguido en estos días pasados frenar las llamas y salvar vidas y enseres, como en las instalaciones de Congelados de Navarra en Valtierra, a cuyas puertas llegó el fuego pero, a diferencia de otras naves cercanas, no las dañó gracias a los trabajadores y a los medios que tenían, que se sumaron al trabajo de los bomberos, ha valorado a Efe el director de la empresa, Benito Jiménez Cambra, quien lo ha considerado "épico".

Tampoco David Navarro, agricultor de Tudela, dudó en acudir a Arguedas en la madrugada del domingo cuando las llamas arrasaban varios términos de la localidad, donde se dedicó a refrescar el terreno y a dotar de agua con su cisterna a los bomberos guiado por un "sentimiento de solidaridad, apego al terreno, apego a los compañeros y de intentar ayudarnos los unos a los otros".

Su compañero de Los Arcos Íñigo Arizaleta colaboró sin dudar en los trabajos para atajar las llamas que el sábado pusieron en un brete a los cultivos y a las casas de su propia localidad: "Es algo que te sale solo. Para cuando piden colaboración ya estamos allá. No hace falta que nadie me diga que tengo que ir si veo que hay peligro al lado del pueblo. Yo vi humo y ni me lo pensé".

Ese impulso es el que guía a numerosos voluntarios de la Cruz Roja, como los que atienden a los 25 vecinos de San Martín (en un principio fueron 200) que continúan albergados en el velódromo de Tafalla tras salir a la carrera acuciados por las llamas, y que hoy recibían comida cocinada y caliente por deferencia de la ONG "World Central Kitchen" del conocido cocinero José Andrés.

Mientras tanto, hoy lunes se han reabierto con normalidad todos los centros de salud de Navarra, si bien más problemas han tenido en algunos colegios, como el de Ujué -cerrado por desalojo del pueblo- o el de Valtierra, ubicado junto al monte incendiado, con daños en ventanas, ceniza en el interior, fuerte olor y alta temperatura.