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Sexo

La guerra del porno: el sector clama contra el contenido gratis y salvaje del 'on line'

El Salón Erótico de Barcelona, que se celebra hasta el domingo 19 en el Pabellón Olímpico de Vall d'Hebrón, apuesta por el 'porno alternativo' y la pedagogía

Una oficina de MindGeek, el mayor conglomerado de porno ’on line’ del mundo.

Hay 750 millones de sitios web porno en el mundo. Uno de ellos, Pornhub, registra 100 millones de visitas diarias (962 búsquedas por segundo). El tráfico total del negocio supera al de Twitter, Amazon y Netflix juntos. Siguen la lógica de la economía de plataformas, con sedes asépticas y una legión de programadores y analistas de datos que se desentienden del impacto sobre los niños, los adolescentes y las mujeres.

Al otro lado, buena parte de los profesionales que trabajan en contenidos para adultos se encaminan hacia el porno ético, del que bebe el Salón Erótico de Barcelona, cuyo espot habla de masculinidad frágil, y que ofrece talleres sobre autoestima corporal y educación sexo-afectiva. Como subraya Erika Lust, la pionera de la pornografía feminista, "el porno es un espacio para expresarnos alrededor de la sexualidad", y "el modelo [de distribución] tiene una influencia enorme sobre cómo la entendemos, especialmente los jóvenes que ven porno antes de tener sexo".

Según el estudio '(Des)información sexual: pornografía y adolescencia' elaborado por Save the Children en 2020, los jóvenes ven pornografía por primera vez a los 12 años y casi siete de cada 10 (el 68,2%) la consumen de forma frecuente. Ser el 'libro de instrucciones' del sexo es un espanto, como lo es la deficiente educación sexo-afectiva de los menores. Pero si uno sigue la trazabilidad de quién se enriquece hoy con el negocio, puede que llegue a señores que dan charlas TED sobre emprendeduría, veranean en los Hampton y asisten a galas benéficas.

Sílvia Rubí, estrella del 'porno ético' que hará un 'show' en el Salón Erótico de Barcelona. Ferran Nadeu

Del DVD a la hemorragia

Erika Lust y la pornostar catalana Silvia Rubí han visto cómo mutaba la industria. Del control del trabajo y su empaquetado en DVD (envuelto en celofán) a la imparable hemorragia 'on line'. Actualmente el 98,5% del porno en la red es gratis y los intentos de las administraciones para regular el acceso han fallado.

"Al no tener que hacer un esfuerzo, el consumidor de porno no lo ve como una herramienta para potenciar su sexualidad –asegura Lust–, sino como la bolsa de patatas que te zampas para calmar la ansiedad o el aburrimiento". Además, como los algoritmos peinan las búsquedas, la audiencia cada vez está más hambrienta de escenas más extremas (son tendencia "las de aniñadas y de incesto", según Rubí, mientras las tatuadas –como ella– cotizan a la baja).

"Las plataformas han obligado al 70% de las productoras profesionales a echar el cierre"

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La gratuidad ha obligado al 70% del 'negocio tradicional' a echar el cierre, y los supervivientes experimentan situaciones kafkianas. "Pagan muy poco por una escena que luego ves que está en infinitos portales", explica Silvia Rubí; o están troceadas y retituladas de manera retorcida. "A veces tienes que recomprar una por la que te pagaron 100 euros para que no siga circulando eternamente en internet", añade la actriz.

Pero hay algo aún peor: suben 'clips' de menores extraídos de redes sociales enviados por terceros, o de exnovios abusivos con sed de venganza, o cuelgan vídeos de violaciones e imágenes sexuales de niños. "La gente habla de 'mainstream porn', pero yo lo llamo 'big porn' –dice Lust–. Del mismo modo que el 'big food' no está interesado en servir la comida más saludable, el 'big porn' no está interesado en la sexualidad humana. Quieren ganar dinero y concentrar poder".

Erika Lust, pionera del porno alternativo. Ricard Fadrique

Los tentáculos del gigante

¿De quién hablan Lust y Rubí? El rey absoluto del porno 'on line' gratis es MindGeek, una empresa registrada en Luxemburgo con oficinas en Montreal, Bucarest, Dublín, Londres y Los Ángeles. En su web corporativa se anuncia como "líder en diseño y desarrollo y gestión de sitios web con mucho tráfico", a secas, pero tres de sus sitios "con mucho tráfico" son Pornhub, YouPorn y Tube8, en el 'top 10' mundial.

MindGeek, el rey absoluto del porno 'on line' gratuito, registra 130 millones de visitas al día

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El embrión del imperio fue YouPorn, fundada en 2006 –un año después de YouTube– por el alemán Fabian Thylmann, un 'nerd' que vio en los 'clips' de porno gratuitos ['tubes'] una oportunidad de negocio. A base de un bombardeo de adquisiciones, se convirtió en el dueño del mayor holding erótico. Pero en 2012 fue arrestado en Bélgica por evasión de impuestos y extraditado a Alemania.

Vendió la empresa a su director de operaciones, David Tassillo, y a un inversor austriaco llamado Bernard Bergemar, que se resiste a pasear orgullo corporativo en las cenas de empresarios. Pasó a llamarse MindGeek y hoy es un conglomerado con unos ingresos anuales de 460 millones de dólares y 1.600 empleados.

"Para ellos el porno no es el producto, lo usan para atraer gente", explica Erika Lust

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"Para ellos el porno no es el producto, lo usan para atraer gente", explica Erika Lust. Según datos de consulta pública, el grupo maneja una subsidiaria de videojuegos para adultos, un producto VPN [red privada virtual] para que los usuarios puedan navegar de forma anónima y una extensa red de publicidad (el 'Sunday Times' publicó una pasmosa lista de las corporaciones que anuncian sus mayonesas, helados y desodorantes, entre otros, en Pornhub).

Mientras MindGeek fue obligado antes de la pandemia a cerrar una porción de contenido por alojar clips de menores, los profesionales del porno están sujetos a leyes para garantizar que los artistas sean mayores de edad.

Porno ético

"Queremos que se acaben los 'tubes', el porno solo es porno cuando está consensuado y hay papeles firmados de por medio", zanja Sílvia Rubí, representante del porno ético, que es el que tiene en cuenta las condiciones laborales del equipo, que la historia tenga un contenido que no sea machista ni misógino y que los 'performers' estén de acuerdo con lo que hacen.

Salón Erótico de Barcelona.

En eso fue pionera Erika Lust, que en 2004 abrió el camino al porno alternativo, "más allá de la visión masculina de los culos, las tetas, los coches y los cigarros" que dominaban la industria. Y su discurso prendió. Carles Valdés, fundador de la agencia de publicidad Vimema y creativo de los espots del Salón Erótico de Barcelona desde hace seis ediciones, ratifica la tendencia: "Mientras el porno tradicional era muy machista, está avanzando el 'slow sex' [sexo más consciente]". Y además, añade Lust, "en el sector sexual se negocia alrededor de una mesa y no debajo, como ocurre en la industria de la moda".

"Cada vez más hombres quieren apartarse de la misoginia y rehúsan este tipo de plataformas", se conforta Erika Lust

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¿Significa que no hay trazas de machismo en la producción de contenidos para adultos? En absoluto. "Los que llevan toda la vida en el porno quieren aferrarse a dinámicas de los años 90, tener el poder dentro de la escena –dice Rubí–, pero entre los jóvenes hay más deconstrucción". Según Erika Lust, cada vez "más hombres quieren apartarse de la misoginia, rehúsan este tipo de plataformas y pagan por los contenidos". El consumo del placer también puede ser responsable.

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