Al menos 28 personas desaparecieron anoche en el Atlántico horas antes de que un avión de Salvamento Marítimo encontrara la lancha neumática con la que trataban de llegar a Canarias con solo 13 supervivientes aferrados a sus flotadores laterales, según han relatado estos últimos.

Dos fuentes diferentes de los servicios de socorro han confirmado a Efe este lunes que las 13 personas rescatadas hoy a 120 kilómetros al sur de Gran Canaria por dos helicópteros de Salvamento Marítimo (12 hombres y una adolescente, todos subsaharianos) han relatado al llegar a tierra que la mayor parte de sus compañeros se ahogaron en el mar la noche previa al rescate.

Los supervivientes aseguran que eran más de 40 personas a bordo de la lancha, que llevaban cuatro días navegando y que un golpe de mar hizo que la mayor parte de sus compañeros cayeran al agua anoche.

Esta tragedia se produce apenas 24 horas después de que otros 44 emigrantes murieran al hundirse otra patera en la misma zona del Atlántico, en el entorno del Cabo Bojador, con doce supervivientes rescatados del mar por servicios de emergencia de Marruecos.

De acuerdo con la información facilitada tras su salida al mar por las familias, esa neumática había zarpado rumbo a Canarias con 41 personas, todos varones, menos una mujer joven, y no había noticias sobre su paradero desde el sábado pasado.

Un avión de Salvamento Marítimo había comenzado a buscarla este fin de semana en aguas situadas al sur de Gran Canaria, donde este lunes la ha encontrado ya semihundida.

La situación que describió la tripulación del avión Sasemar 103 era tan desesperada que Salvamento Marítimo envió a la zona dos helicópteros (uno desde Gran Canaria y otro desde Tenerife) y pidió a dos buques mercantes que estaban en las cercanías que ayudaran a los náufragos si tenían algún tipo de embarcación auxiliar, porque el barco de rescate, la Guardamar Calíope, iba a tardar unas tres horas en alcanzar esa posición desde el puerto de Arguineguín.

En un primer momento, el avión reportó que "podría" haber personas en el agua, aunque luego Salvamento matizó que no podía asegurarlo, porque en esa zona las condiciones meteorológicas de nubes y oleaje no permitían observar la escena con toda claridad.

Al llegar a la zona los helicópteros, el Helimer de Gran Canaria recogió de los restos de la zódiac a once supervivientes (diez hombres y una mujer) y dejó asegurados con chalecos salvavidas a otros dos, para que los socorriera el Helimer de Tenerife.

Los mercantes que movilizó Salvamento Marítimo (un buque de transporte de ganado y un enorme portacontenedores de 277 metros de eslora) no pudieron sacarlos del agua sin arriesgarse a provocar otro accidente, pero sí colocarse de manera que su casco les protegiera del viento y vigilar que no les sucedía nada mientras llegaba la ayuda.

Las fuentes de los servicios de emergencia consultadas por Efe aseguran que los supervivientes relataban que algunos de ellos ya estaban en el agua cuando aparecieron los helicópteros, asidos a los flotadores de la neumática, que estaba bastante dañada.

Tanto la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) como la Organización Mundial para las Migraciones (OIM) llevan tiempo advirtiendo que la ruta atlántica a Canarias se está convirtiendo en una de las vías migratorias más mortíferas del mundo.

Según los recuentos que realiza la OIM, el año pasado uno de cada cinco inmigrantes que perdió la vida en ruta en el mundo pereció en una patera rumbo a Canarias (1.109 de 5.795).

Si los datos de desaparecidos de la OIM se cruzan con los balances de llegadas de Frontex, se observa que el año pasado perdió la vida rumbo a Canarias una persona por cada 20,3 que llegaron a tierra (4,9 %, 1.109 sobre 22.504). Esa tasa duplica la mortalidad de las travesías del Mediterráneo, que asciende en conjunto a una víctima por cada 50,7 supervivientes (1,9 %, 2.048 sobre 103.989).