Está hecha a ganchillo y no es una mantelería, una muñeca ni un bolso. Se trata de una cabina de teléfono decorada con esta técnica y está en la localidad zamorana de Fermoselle. Sus vecinos y visitantes bien saben de este doble icono: por un lado, la cabina telefónica y, por otro, el ganchillo. Dos hitos de una época pasada más valorados que nunca por su tradición y por su capacidad de evocar un paso muy añorado por muchos. O si no, que se lo digan a la comunidad de Yo fui a EGB, que ha rescatado en su redes sociales esta joya:

En su post, la comunidad alude a la asociación de mujeres fermosellanas, las responsables de que esta cabina luzca así de original. Aunque para gustos, los colores. La publicación ha originado un sinfín de comentarios:

  • "De vivir allí, yo también habría participado"
  • ¡Me apasiona el ganchillo! Vaya joya en Fermoselle
  • Pues a mí me parece que es una horterada total: las dos cosas por separado, genial, pero si las juntas...
  • Ole por Fermoselle y esas mujeres

En cualquier caso, la cabina tiene truco: no funciona. Lo pudo comprobar el periodista deportivo Antonio Lobato, que también sucumbió a esta cabina de Fermoselle durante una ruta por los Arribes del Duero: "¿Cuánto tiempo hace que no veis algo como esto, funcione o no?", ha dicho. Aquí puedes ver el vídeo:

Las nuevas cabinas: tarjetas de crédito

La mayoría de las cabinas que quedan en Zamora son relativamente “modernas” ya que estaban adaptadas no sólo a las inevitables monedas, sino que ya permitían su uso con tarjeta. No es el caso de la de Benavente, en desuso y puro elemento decorativo.

Una llamada a la semana

En España hay 14.824 cabinas de teléfono que registraron una media de 0,17 llamadas al día, lo que equivale a una llamada semanal de promedio. La causa principal de la caída en desuso de estas estructuras fue la irrupción de la telefonía móvil. Y es que ya en el año 2006 en España ya existían más líneas de teléfonos móviles que habitantes. Otro dato que refleja la poca relevancia que tienen las cabinas entre los españoles es que más del 88% de la población reconocía no haber usado nunca una cabina, según datos del Eurobarómetro del año 2014.