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Historias tras la 'fuga de cerebros'

"Tienen que cambiar muchas cosas para que los científicos emigrados volvamos a España"

La reforma de la ley de la ciencia deja en el tintero el despliegue de medidas para revertir la fuga de cerebros

La neurocientífica Jeniffer Sanguino Gómez, en su laboratorio en la Universidad de Ámsterdam.

La reforma de la ley de la ciencia, aprobada este viernes por el Consejo de Ministros, arranca dejando una gran tarea pendiente sobre la mesa. El nuevo marco legal, según explican sociedades científicas y plataformas de profesionales, esboza mejoras para mejorar las condiciones de la comunidad científica española. Pero no consigue desplegar todas las herramientas necesarias para saldar la 'deuda' con los investigadores españoles que tuvieron que emigrar al extranjero en busca de oportunidades y que ahora desean volver a trabajar en España. El Ministerio de Ciencia, por su parte, argumenta que ya se está trabajando en un plan específico para recuperar este talento científico emigrado.

El reto de frenar (y a poder ser revertir) la 'fuga de cerebros' es monumental. "Tienen que cambiar muchas cosas para conseguir que los científicos emigrados volvamos a España", comenta Ana Moyano de las Muelas, una viróloga española que tuvo que emigrar a Sudáfrica para realizar su doctorado y que ahora desarrolla su línea de investigación desde Alemania. "No es suficiente ofrecer contratos indefinidos o planes de carrera si cuando llegamos a los laboratorios españoles vemos que no hay fondos y que no podemos investigar. España necesita invertir más en su ciencia y en sus científicos y ofrecer condiciones a la altura de los demás países", esgrime la científica.

"España necesita invertir más en su ciencia y en sus científicos y ofrecer condiciones a la altura de los demás países", Ana Moyano de las Muelas, viróloga en Alemania

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Uno de los puntos críticos de este debate es la diferencia de salario (y condiciones) que separan la carrera de un científico en España con la de un profesional que emigra al extranjero. Sobre todo en las primeras etapas de formación. "La primera beca que conseguí en España a duras penas me daba para vivir. Pero cuando logré una en Ámsterdam vi que la diferencia de sueldo era casi el doble y que, además, tenía mejores condiciones laborales", explica Jeniffer Sanguino Gómez, investigadora española especializada en neurodesarrollo y ahora afincada en Países Bajos. "Es muy triste ver que en España hay muchos investigadores compitiendo por muy pocas becas y que este sistema acaba por expulsar a gente muy buena", añade. 

"Es muy triste ver que en España hay muchos investigadores compitiendo por muy pocas becas y que esto acaba por expulsar a gente muy buena", Jeniffer Sanguino Gómez, neurocientífica en Ámsterdam

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Más allá del sueldo, otro de los factores que inclina la balanza de los científicos emigrados es la diferencia en las condiciones laborales. Por ejemplo, en lo relativo a las políticas de conciliación laboral (y todo lo que implica para el desarrollo personal de los profesionales). "Mientras mis compañeras de doctorado en Ámsterdam están teniendo hijos y formando su familia, muchas de mis colegas españolas siguen viviendo con sus padres", explica, a modo de ejemplo, Sanguino Gómez. 

Las investigadoras Jeniffer Sanguino Gómez y Ana Moyano de las Muelas explican por qué muchos científicos españoles se ven obligados a emigrar para seguir trabajando. EPC

Falta de oportunidades

Historias de científicos españoles emigrados al extranjero hay miles. En el caso de Moyano de las Muelas y Sanguino Gómez, ambas científicas afirman que no emigraron por gusto, sino por necesidad. En el caso de la viróloga, el desencadenante fue no conseguir una beca remunerada para arrancar su investigación. Y en el caso de la neurocientífica, el problema fue que en España hay muy pocos grupos de investigación focalizados en su área de estudio (y esto, indirectamente, significa que se invierte muy poco en este tema). En ambos casos, las científicas señalan la falta de fondos y oportunidades como la principal razón para buscarse la vida fuera de su país natal.

En lugares como Alemania, explica Moyano de las Muelas, "los laboratorios punteros están llenos de españoles". "Los científicos formados en España son muy bien valorados en el extranjero porque tienen un nivel muy bueno. Esto demuestra que el problema no es nuestro", comenta Sanguino Gómez. "Si tuviéramos más oportunidades para quedarnos, muchos no nos marcharíamos. Y si se invirtiera más en la ciencia y en los científicos, muchos volveríamos a investigar en España", reflexiona la viróloga. Según apuntan varios estudios realizados sobre la cuestión, tan solo una pequeña parte de los científicos españoles emigrados en el extranjero se plantean volver a corto plazo. O, dicho de otra manera, todavía hay una gran mayoría de profesionales que se 'resigna' a seguir investigando fuera de España.

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