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Perfil

La historia de amor y odio con Ibiza de Antonio Escohotado

El escritor fallece en la isla después de más de medio siglo ligado a ella

Antonio Escohotado. Tony Hernández

Harto del confinamiento en Madrid, Antonio Escohotado (Madrid, 1941-Ibiza 2021) decidió trasladarse a Ibiza el año pasado para vivir los que él creía ya sus últimos días en una casa de es Pou des Lleó. Vamos, que se retiró a morir, lo que ha ocurrido este domingo, en el que había sido su paraíso.

El filósofo, jurista, ensayista y profesor universitario mantenía una larga relación con la isla que inició en el año 70, cuando llegó con una plaza de funcionario, a la que accedió en una huida anterior, para salir del gris de la capital en plena época franquista. Lo hizo en busca de libertad y se instaló en una casa sin luz ni agua corriente, en compañía de su hijo pequeño, a la espera de que llegara su esposa.

Él mismo resumió aquella primera experiencia en el libro ‘Mi Ibiza privada’, sobre su historia de amor y odio con la isla: "Migré a la isla en 1970 y apenas me moví de allí hasta 1984, cuando una alianza de maleantes y policías sugirió poner tierra de por medio. Superado aquel mal trago, llevo años pasando buena parte de septiembre en un simpático hostal de Salinas, algo que permite no andar demasiado en la higuera sobre el hoy de mi patria adoptiva otrora".

"Tengo por evidente que escribir sobre uno mismo plancha al sujeto con el objeto, y si no linda con la indiscreción corteja el vacío. Sin embargo, las metamorfosis de Ibiza quizá permiten pasar del género autobiográfico a perfiles de una realidad propiamente dicha, difusos en otro caso, y con eso como brújula preciso algunos recuerdos y datos...", escribió.

Durante este último año en la isla son muchos los que se han acercado hasta él, algunos jóvenes solo con la intención, como él mismo confesó, de fumarse un porro en su compañía y al abrigo de su charla. Esa experiencia se ha visto reflejada en dos obras que ahora son el testimonio último sobre la Ibiza de Escohotado, el documental ‘Antonio Escohotado’ de Samaj Moreno, y el libro ‘Los penúltimos días de Escohotado’, del periodista Ricardo F. Colmenero. Ambos resultado de entrevistas con el escritor en su casa de Sant Carles.

En ellos cuenta sus días en Ibiza, la apertura de la discoteca Amnesia, de la que fue socio fundador, y su salida de la isla, en 1984, tras verse envuelto en una oscura trama de tráfico de drogas con la mafia corso-marsellesa, de la que negó siempre su implicación, para acabar encerrado en la cárcel de Albacete. Entonces ya era profesor de la UNED y su detención y condena supuso un gran escándalo.

No recurrió la sentencia, llegó a un acuerdo con la Fiscalía y aceptó ese encierro de un año durante el que alumbró la enciclopédica ‘Historia general de las drogas’, su libro más conocido y el que sigue siendo referencia para muchos.

Pero antes vivió unos años extraordinarios: "Éramos libres", aseguraba en el documental de Moreno: "En esa época el sexo lo ocupaba todo en mi mente; en nuestra mente", explicaba en referencia a aquellos primeros días en el que se mimetizó en el movimiento hippie y en el que el sexo, los encuentros con los amigos y las drogas eran su día a día. La música le llevó a tocar con fluidez la guitarra y solían reunirse en el bar La Tierra del puerto de Vila -por el que pasaban personajes de todo tipo, desde Orson Welles a Roman Polanski, Pink Floyd o Elmyr de Hory, entre otros- una vez por semana. Allí conversaban, compartían y descubrían nuevos horizontes.

La Tierra cerró y ‘la tribu’ perdió su local de reunión. Y así surgió Amnesia, que al principio iba a llamarse El taller del olvido. Junto a varios socios y tras recibir la herencia de su madre, ya viuda, Escohotado fundó en 1976 uno de los clubs más famosos de la isla en la actualidad; para él, una simple casa de campo donde se reunían para escuchar música en vivo.

"Ahora no reconozco aquello", aseguraba en la entrevista. Después de vivir varios meses en el local durante las obras, la apertura fue tan apoteósica que la carretera de Sant Antoni colapsó.

Años después de abandonar la isla decidió regresar para pasar un mes cada verano en el hostal Mar y sal de ses Salines, donde cultivó la amistad con su propietario, Vicente, y con diferentes personajes de la isla, que acudían allí a reunirse con él en esos días de descanso.

En medio ha ejercido como profesor universitario, tertuliano en diferentes televisiones y ha publicado más de veinte libros de los más diversos temas, desde las drogas a la filosofía griega, la antropología, la sociología o el derecho, el último ‘Hitos del sentido’, publicado el pasado año.

Una historia llena de luces y también de sombras para un hombre que durante las entrevistas que Ricardo F. Colmenero le hizo para su última biografía le llegó a confesar: "Muchacho, soy un chalao, no te olvides. Soy muy consciente de que soy un chalao".

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