La pandemia que hemos estado viviendo ha generado consecuencias sobre todos nosotros a nivel económico, social y cultural. La moda siempre ha sido un claro reflejo de cada momento histórico y el confinamiento supuso un cambio en el comportamiento de los consumidores que se ha mantenido durante mucho tiempo. La moda comfy, con sus leggings, sudaderas, chándales y zapatillas en colores neutros y apagados se impuso sobre cualquier otro tipo de prenda más formal o sofisticada.

Cuando ¡por fin! hemos podido regresar (aunque tímidamente) a la vida social, las pasarelas y los street style se llenan de colores llamativos y estampados exagerados y psicodélicos, apareciendo un nuevo fenómeno al que se ha bautizado como dopamine fashion o moda dopamina, en clara referencia a ese neurotransmisor que regula el placer, que segregamos durante las situaciones agradables y que, además, aumenta la capacidad de la memoria a corto plazo e incrementa nuestra concentración y atención.

A menudo y de manera inconsciente nos vestimos según sea nuestro estado de ánimo, independientemente de cuáles sean nuestros colores preferidos. Y es que está más que demostrado que los colores influyen en nuestro estado de ánimo, no nos sentimos de la misma forma cuando vestimos de gris o marrón oscuro (que tienden a bajar el ánimo) que cuando lo hacemos de color rojo intenso o en tonos pastel. El último informe de Lyst, que analiza este fenómeno, muestra el crecimiento de las adquisiciones de abalorios y joyas de colores llamativos (en un 229%) y cómo la moda callejera se llena de color y entusiasmo, lo que se ha traducido en colecciones invernales en las que los colores intensos y vibrantes son los principales protagonistas.

Los especialistas afirman que vestir los colores rojos, amarillos, naranjas, verdes, turquesas y fucsias elevan nuestro ánimo y estimulan a la acción. Y si no te atreves (de momento) a utilizar estos colores sobre la ropa, puedes recurrir a los complementos como pañuelos, gafas, collares o brazaletes. Si ya has comenzado con tus compras, comprobarás que los comercios de la ciudad están llenos de prendas coloridas y sofisticadas. Si aún no lo has hecho, te aconsejo que pruebes y compruebes cómo este nuevo fenómeno funciona.

Niacinamida para la piel

La niacinamida es probablemente uno de los elementos cosméticos más desconocidos por el público en general, sin embargo, este ingrediente (que se encuentra en alimentos como la col rizada, las almendras o los champiñones) ayuda a que la piel tenga un aspecto mucho más saludable.

Regenera la piel desde el interior, incrementa la capacidad para retener la hidratación natural y además la protege del ambiente, por lo que es un ingrediente imprescindible para combatir la sequedad de la piel al tiempo que reduce el tamaño de los poros. Estos complejos también tratan las manchas a largo plazo, aunque también podemos observar efectos inmediatos de luminosidad y aspecto de la piel más relajada. Si tienes la piel muy grasa puedes utilizar un complejo de niacinamida y zinc ya que la acción antiseborreica de este completará el tratamiento que necesitas.

Existen muchas marcas en el mercado que cuentan con este ingrediente, quizás más desconocido, pero muy eficaz.

Joyas XXL

El maximalismo y la opulencia serán las claves para elegir los pendientes de esta temporada, añadiendo color y brillo a este complemento. Las joyas de flecos son algunas de las que nos proponen Chanel, Jil Sander, Saint Laurent o Isabel Marant, con decenas de tiras de cristales o perlas. Pendientes con flores primaverales que dan color y luz al rostro como los de Christian Dior con acabados esmaltados o de cuentas de colores. Y también regresa con fuerza la logomanía, piezas maravillosas con las que casas como Chanel, Fendi o Moschino rubrican sus creaciones con su logo. Así que este otoño invierno remarca tu rostro con pendientes extra grandes, extra largos y extra brillantes ¡sin pudor!