Los países más ricos del planeta, responsables de hasta el 75% de las emisiones de gases de efecto invernadero que han desencadenado la crisis climática, prometieron reunir 100.000 millones de dólares cada año para ayudar a los países en vías de desarrollo a hacer frente a esta emergencia ecológica global que, hoy por hoy, está mostrando su cara más cruda en las zonas más pobres del planeta. Doce años después de la firma de este acuerdo, la promesa del fondo verde de 100.000 millones de dólares sigue sin cumplirse. Es más. Todo apunta a que este objetivo no se alcanzará hasta, como mínimo, 2023.

La noticia llega tan solo seis días antes del arranque de la Cumbre del Clima de Glasgow (COP26). En vísperas de la mayor convención global sobre cambio climático, un nuevo análisis de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) muestra hasta qué punto se han incumplido los planes de financiación climáticos y reclama una hoja de ruta más firme para garantizar la captación y reparto de estos fondos. 

Según desvelan los registros, los fondos recaudados en la última década para ayudar al sur global a paliar los daños de los extremos climáticos oscilaron entre los 60.000 y los 70.000 millones de dólares anuales. En 2019, antes de la pandemia de covid-19, los países ricos reunieron alrededor de 80.000 millones de dólares para planes de mitigación. Aunque el balance de 2020 todavía no está del todo cerrado, los expertos indican que el objetivo de recaudación tampoco se cumplió. "Es probable que la meta de los 100.000 millones también se quede corta en 2021 y 2022", concluye el análisis, publicado este mismo lunes.

Presuntos culpables

La radiografía de esta promesa incumplida no solo muestra que los países más ricos del mundo han quebrado sus compromisos. También reprocha la escasa financiación privada con la causa. "No tenemos que pensar que el objetivo final son 100.000 millones. Es mucho más. Conforme avance la crisis climática se necesitarán más fondos para los planes de adaptación y mitigación en los países en vías de desarrollo", destaca Alok Sharma, presidente designado de la COP26. Según estima la ONU, de hecho, para 2030 se necesitarán entre 140.000 y 300.000 millones de dólares para paliar los efectos de la crisis climática en el sur global. 

Este último balance de los planes de financiación climáticos ha evitado señalar de manera directa qué países son los responsables de esta promesa quebrada (probablemente, tanto por cuestiones políticas como por el complicado engranaje de los cálculos). Pero según señala un reciente análisis publicado en la plataforma World Resources Institute, Estados Unidos debería aportar un 40% de los 100.000 millones de dólares contra la crisis climática. Aunque en los últimos años apenas ha sumado 7.000 millones anuales a estos fondos.

La revista 'Nature', por su parte, también señala que países como Australia, Canadá y Grecia se han quedado "muy por debajo" de las contribuciones prometidas. Japón y Francia, en cambio, habrían aportado por encima de lo requerido por sus compromisos (aunque, una vez más, sigue habiendo debate sobre si los préstamos y subvenciones deberían sumarse en el mismo paquete o si deberían computar por separado). "La mayor parte de la financiación climática se ha destinado a proyectos para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y solo 20 mil millones se destinaron a planes de adaptación", concluye el análisis. 

Según han anunciado este lunes portavoces de Reino Unido, Alemania y Canadá, durante la Cumbre del Clima se concretará un nuevo plan de ejecución sobre financiamiento climático. La pelota vuelve a estar en el tejado de Glasgow.