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Andreu Muntaner: «Antes había personas que destacaban, ahora todos son iguales»

El geólogo y coleccionista de cámaras y fotografías antiguas cumplió ayer 95 años - «No me gustan los programas de Photoshop, echo de menos los retoques a mano con tinta china»

Andreu Muntaner celebra su 95 cumpleaños en su casa en Palma. PENÉLOPE OLIVER

Con vívidos recuerdos en su memoria, Andreu Muntaner no ha perdido un detalle en su mente de la larga trayectoria de su vida. A sus 95 años, aunque con algunos problemas de espalda, se asemeja en espíritu al niño de 10 años que vivió la época anterior a la Guerra Civil, de la que tiene muy buenos recuerdos: «Cuando hundieron el crucero Baleares subí con mis amigos al mirador de la Catedral a ver como llegaba el Canarias chamuscado».

Nació con la dictadura de Primo de Rivera y uno de sus primeros recuerdos es la proclamación de la República en 1931. De hecho, tiene una colección de cámaras Lirba, hechas por el mallorquín Rosselló en los años 40. La marca de estas, es la palabra «abril» al revés: un guiño al día en el que se anunció la Segunda República Española, de la que el fabricante era simpatizante. En la época, no era conveniente proclamarse socialista, por eso, con este gesto, daba a conocer su verdadero pensamiento.

Muntaner compara los detalles que caracterizan el siglo XX y el XXI, y es que las cosas han cambiado mucho más de lo que parece. Para él, que nació en 1926, algo que se ha perdido son los oficios de antes: «No es lo mismo que un sastre te haga un traje a medida a que lo haga una máquina. Esa diferencia sigue existiendo hoy en día», afirma con nostalgia.

Recuerda su juventud de manera muy vívida y no puede evitar volver a los años en los que aún había clases sociales y «los militares eran los únicos que podían pasear por el centro del Born».

Durante su juventud se especializó en la ciencia de la geología y la hidrología y, aunque no es titulado, le tomaron como referente. Junto a José Darder Seguí realizó trabajos en varias partes de la península y conoció a catedráticos de múltiples universidades.

Con decenas de estudios y publicaciones a sus espaldas, entró a trabajar en Gesa, una de las etapas de su vida que, si pudiera, volvería a vivir. Colaboró en los proyectos de los embalses del Gorg-Blau y Cúber y fue nombrado vocal accidental del Servicio Geológico del MOPU para el estudio de hídricos de Balears. El agua y sus instalaciones es, sin duda, una de sus pasiones de la que podría hablar durante horas.

Su afición por la fotografía comenzó cuando tenía 64 años, recién jubilado y con tiempo libre, inició su trayectoria como coleccionista. Aunque tiene unas 100 cámaras de fotos, no se proclama como tal, sin embargo las habitaciones de su casa están llenas de estas máquinas capaces de captar recuerdos. Su amor por la fotografía le ha dado un conocimiento infinito que aún le persigue.

Una de sus aficiones no tan conocidas es volar. La primera vez que lo hizo retrató la Serra de Tramuntana desde una avioneta junto a unos militares que le dejaron unirse a su operación.

Cámaras de fotos ‘Libra’ fabricadas por Rosselló en los años 40. PENÉLOPE OLIVER

A día de hoy, con casi un siglo a sus espaldas, conoce la misma cantidad de detalles del mundo fotográfico como de la ciencia de los recursos naturales. Su andadura por el siglo XXI es crítica «con él mismo y con los demás». No le gustan los programas como el Photoshop, echa de menos los retoques a mano con tinta china, su trabajo como geólogo y la «marcha» que había en aquel entonces en la plaza Gomila. Asimismo, no pierde la sonrisa ni la energía que hervía dentro de él en los años en los que la libertad era un regalo.

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