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Testimonio

El drama de una prostituta: "Sientes que la gente no te valora"

Una superviviente de nacionalidad rumana de 35 años que logró salir tras ejercer durante años en Castellón, narra su amarga vivencia

Imagen de archivo de una prostituta en la calle.

Son silenciadas y prácticamente invisibles socialmente. Se sienten amenazadas y quieren vivir en el anonimato. Son las víctimas de la prostitución. Una de ellas, una superviviente de nacionalidad rumana de 35 años que logró salir tras ejercer durante años en Castellón, narra el drama de este submundo. Lo hace casi en tercera persona, porque a ella, al igual, que al resto de mujeres prostituidas les cuesta entender que son víctimas.

Cuesta tener un testimonio de una prostituta qué le lleva a hablar sobre este asunto. 

Me interesa mucho hablar de este tema porque he visto a muchas chicas tratadas muy mal por sus novios, sus maridos o quien las trae ahí. Tú sabes que viven una situación de trata porque lo ves, alguien las ha traído, ves como ganan dinero y no tienen ni para comer ni para comprarse un gel, se lo quitan, les hablan mal y les pegan. 

¿Cómo decides venir?

En mi país trabajaba para estudiar porque mis padres no podían pagarme los estudios. Conocí un chico que me contó cosas sobre trabajar en España y yo ahora no sé si por tonta, o porque no tenía mucha cabeza o yo qué sé, dije que sí, sabiendo a qué venía, a prostituirme. Pero una cosa es saber que vas a hacer y otra cosa es hacerlo. De todos modos, la mayoría vienen engañadas por chicos que dicen estar enamorados. Hay que ser muy fuerte para querer salir de esa situación y no es fácil. 

¿Crees que la mayoría de mujeres que ejercen la prostitución llegan tratadas por alguien?

Si, Si, ahora en estos momentos no lo sé tanto, pero creo que sí. Si te ibas a trabajar en la calle o en club siempre había alguien que te pedía dinero, aunque vinieras por tu cuenta. Te pide que le des una parte del dinero. 

¿A ti también te pedían?

A mí no me pedían porque yo hice otro tipo de trato. El chico con el que yo vine tenía su trozo donde llevar chicas y las que trabajamos ahí le dimos dinero, no recuerdo bien cuanto era porque hace muchos años, pero serían sobre los 5.000 euros. Para que no nos molestarán por estar allí. También ha cambiado el dinero que se gana, antes era mucho más, había muchísimo más trabajo en la calle. Aunque de vez en cuando siguen pasando coches ofreciéndote ir a trabajar con ellos a un club o a un piso.

¿Por qué crees que es tan difícil tomar la decisión de salir?

Por miedo. Porque el proxeneta tiene más gente, la mayoría son peligrosos y la chica lo sabe. Ha habido casos que amenazaba la familia en Rumania o algunas tienen hijos incluso con ellos y los utilizan para amenazarlas y chantajearlas. He visto situaciones donde no les dejan ver a sus hijos si no les pasan cierto dinero y que él llegue a comprarse casas y varios coches con ese dinero en su país, mientras ella esta aquí trabajando un montón de horas y no tiene ni donde dormir, ni que comer. Pienso que ellas se quedan en esa situación porque no ven la posibilidad de tener una ayuda real. Porque por mucho que a ella la protejan aquí, ¿quién defenderá a su familia en Rumania? La ley es la ley, pero la ley no siempre se cumple. Y luego están las mujeres que trabajan por su cuenta, es el dinero rápido porque en cualquier trabajo tu tardas muchas horas en conseguir lo que ahí consigues en una hora, pero el trabajo no es el mismo. No es fácil, pero con el tiempo te acostumbras y lo haces porque no ves otra forma de conseguir dinero. Y ahí ejerciendo la prostitución sientes que la gente no te valora y se piensa que eres una analfabeta y cosas así, que casi pueden hacer contigo lo que quieran. Eso no es vida, y ves que fuera de esto hay otro mundo. Se puede salir.

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