Tras un año y medio marcado por los confinamientos y la pandemia, este verano ofrece la oportunidad de mirar y disfrutar de los cielos estrellados al aire libre. Con la ayuda del astrónomo Miguel Querejeta del Observatorio Astronómico Nacional (IGN-MITMA) y la información que facilita la web de este organismo, resolvemos algunas dudas sobre los próximos eventos astronómicos. 

¿Qué planetas se observarán?

Júpiter, Saturno, Venus y Marte serán visibles a simple vista y fáciles de localizar. A comienzos del verano, Júpiter y Saturno se podrán observar hasta el amanecer, luego casi toda la noche durante parte del mes de agosto, para terminar la estación siendo visibles únicamente al anochecer. Al caer la noche también serán visibles Venus y, hasta mediados de agosto, Marte.

El 2 de agosto Saturno estará en oposición (respecto al Sol, que se situará justo detrás de la Tierra) por lo que se situará en un punto de su órbita cercano a nosotros. Esto facilitará la observación del planeta, sus anillos y lunas utilizando pequeños telescopios. También tendrá que utilizar este tipo de instrumentos quien quiera observar Neptuno en oposición el 14 de septiembre (un pequeño punto azul).

Los planetas no se suelen ver como en las espectaculares imágenes que conocemos de ellos, sino como potentes puntos brillantes en el cielo (incluso desde la estación espacial internacional), pero siempre son un foco de atracción.

¿Se va a producir alguna conjunción de planetas?

El interés astronómico de las conjunciones es que algunos astros pueden verse muy cercanos en el cielo, lo que puede resultar muy estético y ayudar a identificarlos. Pero no hay que olvidar que es una cuestión de proyección: ver un planeta cerca de otro es una proximidad solo aparente, ya que cada uno sigue circulando por su órbita alrededor del Sol.

Este verano se producirá, por ejemplo, la conjunción de Marte y Venus [un ‘encuentro’ muy mitológico] el 12-13 de julio: la mínima separación se alcanza el día 13, pero el día 12 esa distancia es casi idéntica. Más tarde, el 18 de agosto, tendrá lugar la conjunción entre Marte y Mercurio, pero no tiene interés astronómico porque no se verá, ya que ocurre con ambos planetas por debajo del horizonte cuando haya oscurecido.

¿Podremos ver a Mercurio?

A primeros de julio al amanecer, pero solo si tenemos una vista muy despejada hacia el horizonte este. El día 5 de julio se produce su máxima elongación (máxima separación angular respecto al Sol) en su actual periodo orbital. No es necesario ningún telescopio para verlo, pero el problema es que se eleva muy poco sobre el horizonte antes de que el Sol salga y haga imposible su visión. Por lo tanto, si tenemos cualquier pequeño obstáculo en esa dirección, como montañas o edificios, no podremos observarlo. El día 8 de julio, una fina luna menguante será visible junto a Mercurio y puede ayudar a localizarlo (de nuevo, con vista muy despejada sobre el horizonte este).

¿Qué conjunciones de planetas habrá con la Luna?

Pueden resultar visualmente muy atractivas. En estos días veremos la conjunción de la Luna con diversos planetas:

27-29 de junio al amanecer, con Saturno y Júpiter.

8 de julio al amanecer, la citada conjunción con Mercurio.

12 y 13 de julio al anochecer, con Venus y Marte

24-26 de julio, con Saturno y Júpiter.

10 y 11 de agosto al anochecer, con Venus.

20-22 de agosto, con Júpiter y Saturno.

9 y 10 de septiembre al anochecer, con Venus.

16-18 de septiembre, con Saturno y Júpiter.

¿Será un buen año de perseidas?

La lluvia de las perseidas es una lluvia anual de meteoros (comúnmente llamados "estrellas fugaces" o “lágrimas de San Lorenzo”) que alcanzan su máxima actividad hacia el 12 de agosto, pero se observan días antes y después. Las velocidades de estos meteoros pueden superar los 50 km/s y se pueden llegar a ver hasta 200 en una hora. El 2021 será un año excelente para observar las perseidas porque sucederán pocos días después de la luna nueva (8 de agosto). 

Su origen está en que cada año, a principios de agosto, nuestro planeta cruza la órbita del cometa 109P/Swift-Tuttle donde se acumulan las pequeña partículas (como granos de arena o menores) que va dejando. Cuando una de estas partículas entra en la atmósfera terrestre a gran velocidad, la fricción la calienta hasta vaporizarla y la vemos como una ‘estrella fugaz’. La radiante o punto de donde parece venir esta lluvia de meteoros es la constelación de Perseo, de ahí su nombre.

Perseidas.

El punto de donde parecen venir las perseidas es la constelación de Perseo, de ahí su nombre. / astronomia.ign.es

Además de las perseidas, también serán visibles las delta acuáridas, con un máximo hacia el 30 de julio, pero se observan mejor desde el hemisferio sur.

¿Cuáles son las constelaciones del verano?

Además de la espectacular franja blanquecina que forma la Vía Láctea (acumulación de estrellas en el disco de nuestra propia galaxia) se pueden ver las agrupaciones ficticias de estrellas que constituyen las constelaciones. Nada más caer la noche, comienzan a aparecer las estrellas más brillantes y es fácilmente identificable el triángulo formado por Altair de la constelación del Águila, Deneb de la constelación del Cisne y Vega de la constelación de la Lira. Es el denominado triángulo de verano.

Alrededor de la estrella Polar, se verán a lo largo de la noche las constelaciones de Casiopea, Cefeo, el Cisne, el Dragón y las dos Osas (la Mayor y la Menor). También serán visibles de este a oeste, Pegaso, el Águila, la Corona Boreal y la Cabellera de Berenice. Cerca del horizonte podremos observar a lo largo de la noche algunas de las constelaciones zodiacales, de la Virgen (Virgo) a Acuario, esta última ya casi al amanecer.

¿Algún consejo para disfrutar mejor del cielo nocturno?

En la medida de lo posible, buscar cielos oscuros y dejarse admirar por las estrellas. No hace falta invertir en equipamiento caro para poder aprender a reconocer las constelaciones o disfrutar de espectáculos como la Vía Láctea, las perseidas o algunos cúmulos estelares. Hoy en día existen muchos recursos que nos ayudan a orientarnos en el cielo: aplicaciones para móvil u ordenador, como Stellarium, e información como la que proporciona el Observatorio Astronómico Nacional en su web astronomia.ign.es y redes sociales (@robsmadrid en Facebook y Twitter), donde cada semana se facilita información e ilustraciones de lo que se puede ver en el cielo. Con este tipo de mapas e indicaciones es muy fácil orientarse.

También existen numerosas asociaciones de astrónomos aficionados para aquellos que quieran aprender más. Y aunque no son imprescindibles, con unos prismáticos o un pequeño telescopio también se puede disfrutar mucho de la astronomía.

¿Qué podemos observar con prismáticos y pequeños telescopios?

Por ejemplo, el relieve de la Luna. Para tener una buena visión de él conviene ir observándolo noche tras noche mientras va creciendo la iluminación de nuestro satélite, pues así se ven aparecer nuevos accidentes orográficos.

Cuando la noche es más oscura (por haber luna nueva), se puede intentar observar nebulosas de emisión como el complejo de nebulosas de Orión (Messier 42 y 43), el grupo de las estrellas Pléyades y el resto de supernova conocido como la nebulosa del Cangrejo (Messier 1).

Con estos instrumentos sencillos también son muy agradecidos de ver Saturno y Júpiter, con sus lunas más brillantes, y hacer un recorrido por la franja estrellada que constituye la Vía Láctea. Además se pueden observar algunas estrellas dobles (por ejemplo, Albireo, en la constelación del Cisne) e incluso galaxias como M31 (Andrómeda).

¿Cuáles son los mejores cielos de España para ver las estrellas?

Probablemente el mejor sea el de la isla canaria de La Palma, todo un referente en calidad de cielo nocturno y donde este año se celebrará una conferencia internacional para avanzar en su protección a escala global.

Pero en otras partes de España y del mundo también se encuentran buenos lugares para la observación. La Fundación Starlight ha desarrollado un sistema de certificación para acreditar aquellos espacios que poseen una excelente calidad de cielo y representan un ejemplo de protección y conservación. Un mapa interactivo permite conocer las reservas y destinos turísticos Starlight, aunque en cualquier rincón alejado de la contaminación lumínica se puede disfrutar de las estrellas.